En la opinión de Elí González
@calacuayoMX
El periodismo es cuestionado y juzgado de manera justa e injusta por la sociedad que está harta de la manipulación televisiva y la prensa escrita, pues cada día la prensa convencional se torna menos objetiva.
Por un lado los conductores de radio y TV, los columnistas que antes recibían millones del erario, los que fueron el eco y el espejo de las mafias políticas. Esos periodistas acostumbrados a tutearse con los faraones en los altos mandos del país, no recuerdan o nunca conocieron lo que es la objetividad y la veracidad.
Pero también han existido los que pagan las consecuencias de esa mafia. Los juzgados injustamente . Esos que todos los días, sin más recursos que su coraje y su dignidad, se jugaban la vida en las calles en busca de la noticia y quienes al informar con veracidad, fueron reprimidos y muchas veces asesinados, por las mismas mafias que te dicen o copelas o cuello.
Esa veracidad que, a fuerza de ser buscada, defendida, expuesta por otros terminaba costándoles la vida.
Lo lamentable de todo es que a pesar que vivimos en un Nuevo México, muchas veces son ignorados por los gobiernos que prefieren a los convencionales y no a la nueva generación de periodistas que sin más ambición que informar u opinar libremente, son rezagados por falta de recursos, para publicitarse.
Muchas y muchos periodistas veraces han sido despedidos de sus trabajos, otros asesinados y otros obligados a callar la verdad sin la cual no existe la justicia. Otros que recogimos la pluma, pero seguimos rezagados en este Nuevo México.
La prensa libre está buscando una oportunidad en estos tiempos, pues entendemos que vivimos en una nueva era con un nuevo gobierno. Pero la prensa y poder en México, que se embarcaron en un amasiato maligno, sustentado, salvo contadas excepciones, en el comercio descarado de la verdad a cambio de millones, favores e influencias. Sigue aplastando a la prensa libre.
¡Increíble! hasta donde hemos llegado que hasta los que escribimos sin reflectores, sin la fama de los grandes columnistas, ya hemos sido llamadas a escribir a favor de alguien o algo, a cambio de algo; hemos sido amenazados para no tocar ciertos temas. Pero es difícil que una persona libre, honesta y sin más argumentos que su propia verdad, sea corrompida.
Es una obligación del nuevo gobierno investigar el flujo criminal e irracional que terminan en las cuentas bancarias de columnistas, presentadores de radio, TV y dueños de empresas de medios de comunicación, como es el caso de LatinUS.
Debe investigar quién le paga a los sicarios de la comunicación. Quienes en TV, radio y columnas periodísticas, son los encargados de la guerra sucia y que con desvergüenza hoy se presentan como críticos de un gobierno del que se dicen víctimas.
Los mismos que en gobiernos pasados, a base de millones de pesos del erario, vendieron aplausos o silencio, según conviniera en el momento.
Esos mismos periodistas que como cómplices guardaron silencio frente a la guerra de Felipe Calderón y que después continuó Peña Nieto. Esa guerra que siguió cobrando vidas, pero que además le acompañó la corrupción desmedida. A eso si, cerraron los ojos, la boca y las plumas no funcionaron para la crítica. Solo para la alabanza.
Esos mismos periodistas que salieron a justificar la guerra que emprendió Felipe Calderón para ganar legitimidad después de sus trampas para bajar al contrincante.
Felipe Calderón dio origen a la más sangrienta y desvergonzada guerra, con fines y conveniencia propia donde también se perdieron vidas de nuestros soldados y periodistas. Pero los medios callaron y solo aplaudieron los “logros”
Esos analistas y periodistas que decían ¿de dónde van a sacar dinero para becas y las promesas que hizo el presidente? Ahora que comprueban que el presidente de México hasta adelanta las becas y apoyos se retuercen de rabia.
Se comprueba que esos miles de millones que se gastaban en publicidad, de todos los privilegios que han gozado miles de aviadores, diputados, senadores, jueces y un largo etcétera. De ahí sale para todos los apoyos que ofreció AMLO y que está cumpliendo.
Ya nos acostumbramos a los ataques de los medios hacia el gobierno. Debemos estar conscientes que será crucificado y demolido por esas plumas, esos micrófonos y esas cámaras de televisión y ya sabemos porque.
Me complace ver que el gobierno de hoy no invierte ni un peso más en infomerciales, spots, en campañas publicitarias, en entrevistas, en falsos reportajes. Me complace ver que esos periodistas están dispuestos a hacer el ridículo diario para poder sobrevivir.
Me alegra que se haya terminado con el chantaje de la prensa que creía que iba a seguir engañando. Ya se les acabó su tiempo, que busquen su nicho de mercado en la decencia, en la publicidad empresarial, en la información objetiva y tal vez, solo tal vez así, la gente vuelva a confiar en ellos.
El periodismo debe ser reivindicado en nombre, honor y homenaje a los que han perdido la vida por escribir las verdades de ese sistema podrido y coludido con lo más putrefacto de la sociedad. Ese sistema que se resiste a morir y que vive aún en los jueces y en el INE.
Ya no más gobernantes, ineptos y corruptos esclavos del chantaje de los medios periodísticos, ni periodistas solapando a la clase política.
Brindemos un homenaje a esos periodistas honestos que fueron callados a la fuerza y que terminaron sus días en un charco de sangre, con todo su equipo de trabajo que siempre llevaban sobre sus hombros.
¡Ya basta! El mejor homenaje hacia ellos es la verdad, dejar de fingir, dejar de escribir a favor de los que tanto daño le hicieron a la nación.
Ellos que no se vendieron ni se dejaron extorsionar por esa clase política nefasta. Ellos y ellas que su labor fue clave para este cambio que hoy estamos viviendo, ellos y ellas son nuestros héroes a los que les debemos un homenaje eterno.
Seamos más voces, los que sin antecedentes de perversión en este medio, nos levantemos a recordarle al gobierno que debe ayudarnos a purificar al periodismo. Investigando a los delincuentes de la información y dando más oportunidades a los periodistas libres.
Por un México con educación y sin corrupción:
#NoMasMochadas