Es hora de que los traidores y los delincuentes de cuello blanco, comiencen a pagarnos las fechorías, fraudes sutiles, traiciones, así como delitos electorales que cometieron, creyendo que los mexicanos somos tontos mientras que ellos son muy inteligentes.
Como parte de los asuntos pendientes en la agenda política nacional que los ciudadanos tenemos la obligación de impulsar, se encuentra el proceso de juicio político que está por iniciarse para destituir e inhabilitar a los consejeros electorales del INE, Lorenzo Córdova y Ciro Murayama.
Los destellos más brillantes de su larga carrera delincuencial disfrazada de interpretaciones personales de la ley se remonta al fraude del 2006, cuando por lo menos Murayama participó en el proceso de robo de la presidencia, para instalar en ella a Felipe Calderón.
Su simulación permisiva y delincuencial continuó en la siguiente elección a la presidencia, cuando pasaron por alto las cantidades ingentes de dinero que destinaron empresas como Monex, Soriana y Televisa para viciar el proceso, que luego ellos avalaron para colocar a un cómico como primer mandatario del país, que sirviera de títere a los intereses de la oligarquía y de las élites internacionales, vendiendo así a México.
En la elección de 2018 simplemente no pudieron hacer nada porque el tsunami de votos a favor del presidente López Obrador los dejó perplejos. No pudieron utilizar ningún recurso legaloide mal interpretado para detener la avalancha que los aplastó, pero fueron muy activos en el proceso electoral de 2021, cuando pasaron por alto todos los delitos cometidos por los partidos de derecha, atreviéndose a cancelar dos candidaturas legítimas de Morena a las gubernaturas de Guerrero y Michoacán, que incluso con sus trampas, también perdieron sus socios del PRIAN.
Se han pasado todo el sexenio del presidente López Obrador, tratando de estorbar y entorpecer la política de información del gobierno. Lo han intentado amordazar en forma constante, utilizando el dinero que cobran de nuestros impuestos para operar en contra de los de los intereses de los ciudadanos, tratando de frenar la transformación que estamos llevando a cabo, por supuesto coludidos con los cárteles electoreros de los mercenarios que militan en el PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano.
En últimas fechas su comportamiento errático, torpe y descarado, los llevó a sabotear la consulta de revocación de mandato del presidente hasta el límite de sus posibilidades, como lo hicieron el año pasado con la consulta para enjuiciar a los expresidentes ladrones y asesinos. Esta vez, a pesar de todas sus argucias fracasaron, se exhibieron e incurrieron en ilegalidades que les vamos a cobrar.
Hoy ya existe un expediente abierto en la subcomisión de análisis para juicio político de la Cámara de Diputados dedicado a estos dos personajes repulsivos, a fin de destituirlos para que la democracia pueda continuar avanzando, sin que las acciones de quienes dirigen el Instituto Nacional Electoral nos detengan.
Ahora que por fin los diputados escucharon la exigencia de la sociedad para remover a estas lacras de la democracia del lugar estratégico donde los colocaron, es nuestra obligación seguir impulsando el esfuerzo para que ese proceso se concrete este mismo año y nos deshagamos de los residuos tóxicos del sistema neoliberal pernicioso, para que no continúen entorpeciendo nuestra democracia.
Como dijo el político y militar argentino Manuel Belgrano: “Me hierve la sangre al observar tanto obstáculo; tantas dificultades que se vencerían rápidamente si hubiera un poco de interés por la patria”.