La plancha del Zócalo se llenó, pero de casas de campaña. Los fundadores de FRENA se ensalzaron el sábado al mencionar que habían abarrotado a las afueras de Palacio Nacional con 250 000 presentes. Honestamente fue de risa, porque las ocasiones que se han acumulado esos porcentajes de asistentes— son precisamente cuando López Obrador asistió a mítines en la defensa de voto o pronunciamientos de carácter político. Con AMLO esas cifras son verídicas, sin simulaciones, ni acarreados; por ello, no hay posibilidad de aglutinar un cuarto de millón de población por más que estén entusiasmados con que el mandatario renunciará.
Por: Javier Lozano
La oposición no da una, esta desfondada; hace mucho que acarrea una mala racha en la toma de decisiones; su discurso es repetitivo y obsoleto; se han convertido en un contrapeso opaco y desdibujado; han perdido su identidad, dignidad y principios. Eso se reflejó hace poco cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación avaló por mayoría la aprobación del Juicio a Expresidentes. Eso fue un golpe durísimo para PAN, PRI e incluso, PRD, que se subió desde tiempo al barco de la sociedad tripartita de la derecha.
En esa coyuntura se mueve el FRENA: una expresión de la derecha reaccionaria y neoliberal. De hecho, volvieron a marchar; se han envanecido una vez que el mismo López Obrador comentara que, si reúnen 100 mil, y bajan sus índices de aceptación valorarían su petición. Eso no pasará; están lejísimos de eso, porque las causales que reclaman nuevamente las mieles del poder son un espejismo. Habrá que dejarles claro que, mientras el presidente sea respaldado por millones de mexicanos, sus razones son amorfas, no tienen ni pies ni cabeza.
A pesar de que vivimos en una fase distinta en la que hemos podido disentir los temas de gran trascendencia, AMLO no saldrá por la puerta de atrás de Palacio Nacional. En esa premisa, comunicadores y algunas paginas afines al FRENA comenzaron a circular números extraoficiales de 250 000 asistentes de distintas partes de la república; francamente, no estuvieron ni cercas de conseguir esa meta. Según los datos de las autoridades oficiales de la Ciudad de México, se calculó una movilización de 5000 personas.
Y por si fuera poco, simpatizantes del Acción Nacional plasmaron imágenes de un mitin del 2012 en el que hubo una inmensa concentración social; en esa misma dinámica, atestiguaron mensajes en las redes donde invitaban a la población en general a viajar sin ningún costo extra.
En esa misma propuesta donde solicitan la renuncia del presidente López Obrador, los propios seguidores de FRENA alimentaron la consigna de que, el lunes en la mañanera, el mandatario tenía que presentar su dimisión. Ojo, a pesar de que señalaron acarreo, la cifra estuvo corta, alejada.
En la plancha del Zócalo es irracional mencionar que asistieron 150 000 personas, eso es un disparate.
A comparación de otras marchas, se robusteció, pero no se llegó ni tantito a la meta, exageraron y manipularon las cifras.
A pesar de la algarabía, fue insuficiente la marca que les puso el presidente. En ese desanimo, se envaneció un grupo de detractores al mandatario; con fervor, pero sin soporte; con ajetreo, pero sin sostén humano; con gritos y consignas, pero con escasez de apoyo.
Entre aquellos que no siguen tolerando al presidente, no les ha quedado otra más que utilizar los mismos mecanismos del viejo PRI. Se acusó de acarreo, no lo dudo.
Finalmente, en ese vendaval de acusaciones, reportaron acarreo de gente a la plancha del Zócalo.
Lo cierto es que, ni eso, tumbará al mandatario López Obrador. De hecho, miles de mensajes circularon en apoyo al mandatario. Por ello, para aquellos que aspiran a que Andrés Manuel renuncie, terminaran desgastado en la manifestación. Nada, ni nadie puede con el poder de convocatoria del ejecutivo federal; su legitimidad es legítima y gigantesca; en tanto que, al FRENA, no le queda de otra que seguir pernoctando a las afueras de Palacio Nacional.
Nada someterá al presidente. Sino claudicó en 40 años, no lo hará a estas alturas de su carrera política. La protesta continuará, es una estrategia de la derecha el mantener un grupo opositor generando presencia. Buscan capitalizar los reflectores; asimismo, una tribuna que los meta a una mayor participación. Sin embargo, la chancha en la que pretenden competir, es una inmensa columna vertebral de más 30 millones de votos, y una aprobación monumental del 70%.
Siguen derrotados.
FRENA fracasó.