Por Miguel Ángel Lizama @Migueliz8
Los partidos residuales de la elección presidencial con sus granjas de bots, marchas, antorchas y sectores sublevados; los traficantes de influencias internas y externas agrupados en cúpulas empresariales; la opinocracia mediática; la tecnocracia burocrática, electoral y judicial aún activa en la nueva Administración; todos crecidos y cebados con la Corrupción y protegidos por la Impunidad, insisten en confabularse para dinamitar el paso y trayecto del Presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR y la Cuarta Transformación. Es más que evidente.
Desde que recién electo comenzó a trabajar, en vez de dedicarse a viajar “para descansar de la extenuante campaña electoral”, como acostumbraban sus antecesores, López Obrador fue blanco del activismo malsano de los ex-presidentes PANistas Vicente Fox y Felipe Calderón, quienes sintieron amenazado su botín pirata obtenido en su Docena Trágica de PANismo.
Pese a que la gente que votó contra la hoy llamada Oposición, ya los conoce y no se traga sus patrañas, van sembrando el camino con piedras de distinta magnitud y minas de fragmentación, para generar inestabilidad social y propiciar violencia que les justifique el financiamiento de una “balcanización” del país e inducir desde el exterior (con expertos golpistas) la destitución del elegido pacíficamente por el Pueblo. Al pacifismo sobreponen el belicismo que les fue tan rentable en administraciones pasadas.
Basados en que el fin justifica los medios, los Desplazados del Poder esparcen mentiras, difunden enconos, hacen legal lo ilegal, acusan sin solidez ni pruebas, financian sabotajes, inducen y magnifican fallas lógicas en todo inicio asediado por la intriga. Se trata de crear condiciones adversas para impedir que haya paz, estabilidad y BIENESTAR PARA EL PUEBLO, por lo que aprovechan el ánimo conciliador y legalista del Presidente para desfogar sus frustraciones. Sus propósitos son ruines y sórdidos, antipopulares y marcadamente egoístas. Los mismos de entonces, son los mismos de ahora.
Los Desplazados compran –porque no convencen– adeptos de ocasión que se suman al coro denostador, como el caso reciente de un ex-subsecretario de la Defensa que utilizó un error reconocido de sus compañeros de armas, para hacer escarnio de TODO el Gobierno y particularmente del Presidente, incitando al golpismo. Expertos en insidias, los Desplazados detectan ambiciones y las alimentan con relaciones, financiamientos, promociones a nuevas alturas y beneficios de diversa índole.
El verdadero problema es que la gente, EL PUEBLO QUE MANDA, los conoce y ya no les cree, lo que aumenta su frustración y rencor, y multiplica su hostilidad, virulencia y envidia. El Presidente responde que “el fuego no se combate con el fuego” y tiene razón. El Mal se combate con el Bien. Pero también es muy cierto que “La cizaña debe arrancarse de raíz”, como cualquier campesino o agricultor lo sabe.
Por eso, para combatir a los Malos hay que darles un Bien. Una celda con tres comidas al día, gratis, sería un buen comienzo. Estarían tranquilos, aptos para aplacar sus frustraciones y curar sus diarreas, propicios para su reflexión o su ocio, sin nada que los preocupe.
Pero como los Desplazados son ateos, aunque comulgan y van a misa los domingos y hasta rezan rosarios, ignoran la Biblia –aunque digan que la han leído, pero no recuerdan cuándo ni dónde–, particularmente el Nuevo Testamento y el evangelio de Mateo, donde Jesús alude a la cizaña junto al trigo. Para no perjudicar el trigo que alimenta, Jesús recomienda esperar hasta el momento de la siega, para entonces sí, arrancar primero la cizaña y luego cosechar el trigo. Tal parece que el Presidente, lector y creyente, deja crecer la cizaña para, al momento de recoger el alimento, arrancarla de raíz. Los Desplazados harían bien en analizar el Nuevo Testamento y las enseñanzas de Jesús, para ver que los fariseos y escribas que los aconsejan están más lejos del Bien que los bancos de la moderación, y muy dentro del Mal. Los mismos de entonces, son los mismos de ahora.