La partida secreta de Salinas y los cheques a Aguilar Camín: Contralínea
No hay nada que no salga a la luz y aquí se entienden muchas cosas.
Gracias a una investigación del sitio Contralínea, se destapó como el dinero de las partidas secretas se gastaba a discreción por el presidente en turno.
De acuerdo con el sitio mencionado, tan solo el priista, Carlos Salinas de Gortari, llegó a manejar de (1988-1994) una cantidad de 200 millones de dólares (4 mil millones de pesos al tipo de cambio actual), relata el medio.
Dichos recursos del erario eran repartidos entre sus hermanos –Raúl principalmente– y sus amigos, compadres, burócratas, empresarios, legisladores, escritores, periodistas, dueños de periódicos y concesionarios de radio y televisión.
De acuerdo con Contralínea, en el caso del intelectual, Héctor Aguilar Camín, recibió aportaciones de aproximadamente 3 mil 424 millones 450 mil 200 pesos de aquella época, antes de que se eliminaran los tres ceros a la moneda mexicana y con las respectivas devaluaciones correspondientes a unos 30 años.
Los contratos celebrados con la Presidencia salinista corresponden al Centro de Investigación Cultural y Científica (CICC) y la empresa Nexos-Sociedad, Ciencia y Literatura, SA de CV, que es propiedad del intelectual Héctor Aguilar Camín.
Un aspecto a resaltar es que desde que Salinas de Gortari subió la Presidencia, Aguilar Camín comenzó a ver los beneficios de su amigo; este intelectual envió un “recibo provisional”, con su propia firma, para que los administradores de la “Partida Secreta” le dieran un cheque por 250 millones de pesos como primer pago “por adelantado”, del estudio nombrado como “El desafío educativo”, el cual sería realizado por el CICC y la empresa Nexos.
El asunto no paró ahí para el 27 de agosto de 1990, Aguilar Camín envió una factura complementaria por 248 millones 220 mil viejos pesos y en una carta le explica a “Don Carlos” Salinas la causa para pedirle más dinero. expuso que es a causa de la complejidad del propio estudio y por diversos compromisos del Inegi. Ya que los investigadores incurrieron en un retraso de seis meses, acontecimiento que, según él, le generó costos adicionales por 115 millones 920 mil pesos.
De acuerdo con Contralínea solo 10 días después, el 6 de septiembre de 1990, Salinas de Gortari usó dinero público para tener contento a su amigo escritor y a través de la cuenta de Banco Mexicano Somex se ordenó dar un cheque por 364 millones 140 mil pesos, más de lo que pedía Aguilar Camín.
El 18 de octubre de 1990 el intelectual recibió a nombre del CICC otro cheque por 795 millones 880 mil 500 viejos pesos, como pago de nuevas investigaciones que, aunque no se habían realizado, ya se las estaban pagando. El recibo tiene la firma de Aguilar Camín y fechado en Los Pinos, Distrito Federal, y contiene el membrete de la Secretaría Privada de la Presidencia de la República, a cargo de Justo Ceja Martínez, calificado como el hombre de confianza de los hermanos Carlos y Raúl Salinas.
Para el 5 de septiembre de 1991, se le entregó otro cheque a Nexos por 682 millones 145 mil 500 pesos, como pago complementario de las investigaciones que se habían acordado un año atrás. Este mismo día se presentaba otra factura correspondiente al 50 por ciento del costo de un estudio intitulado “América del Norte: evaluación del desempeño educativo”, por una cantidad de 150 millones 103 mil 750 pesos.
Contralínea reveló que el 1 de julio de 1992, Nexos otorgaba otra factura complementaria por el 50 por ciento adicional, por una cantidad de 143 millones 577 mil 500 viejos pesos, y 12 días después presentaba una factura más, con la leyenda de “anticipo”, para la supuesta ejecución de un proyecto parecido sobre América del Norte, pero en esta ocasión aumentaba el monto a 496 millones 422 mil 500 pesos.
Finalmente, cabe señalar que las facturas y los cheques iban y venían entre Carlos Salinas y Aguilar Camín, y en una tarjeta informativa que enviaba el escritor al presidente el 3 de septiembre de 1993, éste mostraba su servilismo al ex titular del poder Ejecutivo y escribió: “Presidente, se que no hemos terminado, pero nuestras finanzas, por la misma demora, andan mal. Si pudieras anticiparnos el saldo de la investigación, será una gran ayuda (solidaria)”, y de su puño y letra agregaba: “Un abrazo”.
Con información de Contralínea