Por: @miguelpompav
La semana pasada cuando hablábamos del culto obsesivo de la Oposición hacia lo absurdo, no teníamos pensado en ningún momento hechos como los sucedidos también en la semana pasada, el primero fue la postura del Parlamento Europeo, o de los Eurodiputados y su estricta alineación por parte de la Oposición en México que inmediatamente aplaudió la postura que en pocas palabras quería dar una lección a Andrés Manuel López Obrador sobre la libertad de prensa, un absurdo viniendo de quienes en su momento se ufanaban de la censura que vivían los pequeños medios de comunicación que no gozaban de las canonjías del poder.
Los euroabsurdos surgieron, cuando a manera de respuesta el Presidente Andrés Manuel López Obrador dirigió una carta pública a los Eurodiputados acusándolos de borregos, a los mismos que acusan de censura en contra de los periodistas al Presidente pero que al mismo tiempo cancelan las transmisiones de las cadenas rusas de comunicación en sus territorios. Surgieron incluso más, cuando la renombrada oposición desempolvo uno de sus tantos diplomas, el de las relaciones internacionales, desconociendo la carta escrita por el Presidente, exigiendo la renuncia de Ebrard, desde luego no les gustó el tono con el que se respondió la postura del Parlamento Europeo en sus posiciones les hubiera gustado más una respuesta más servil, una que antepusiera los intereses europeos sobre la energía en vez de los intereses del pueblo, no por nada Andrés Manuel López Obrador les preguntó ¿por qué son tan injerencistas? Deberíamos repetir la pregunta a la oposición, aunque reformularla un poco ¿por qué son tan absurdos?
Pasado ese absurdo, a pocas horas de inaugurarse y antes de cerrar esta columna, ha surgido gran controversia por la inauguración del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, una obra construida en 29 meses por el Ejercito Mexicano, en respuesta a la cancelación del aeropuerto de Texcoco que estaba planeado terminarse hace años y que por la gran corrupción que lo rodeaba fue vetado por la población en 2018 e inundado meses después por las lluvias naturales del Estado de México. En estos días la oposición ha llegado al absurdo de reclamar el aeropuerto de Texcoco para el 2024, un tema como la construcción del anterior aeropuerto ocupa la mayor parte de su agenda y Quadri está dispuesto a encabezar la más digna de las luchas por tener un aeropuerto de “primer nivel” o es más de “primer mundo”, que absurdo.
Desafortunadamente aquello no terminó ahí, en esa apropiación de la lucha más digna de la oposición, sino en el ridículo de querer hacer mella del anuncio de inauguración con criticas que rozaron en lo absurdo, solicitar un viaje a Uber fue lo primero, que el aeropuerto se llame Felipe Calderón en vez de Felipe Ángeles fue lo que desató la burla en las redes, si bien todavía no existe una vía de comunicación eficiente que lleve al nuevo aeropuerto, desenfocar la atención sobre la prioridad que tiene el nuevo aeropuerto de desfogar la presión del actual de la Ciudad de México es parte de la lucha de la oposición, absurda pero muy suya.