Algo está sucediendo en el ánimo de la oposición mexicana que se notan sumamente desesperados, exigiéndole al gobierno que modifique su estrategia de combate a la inseguridad. Está claro que no lo hacen porque la incidencia delictiva esté aumentando, de hecho mientras más disminuye, la derecha insiste con más empeño en ese cambio.
Y es que si bien disminuir la incidencia delictiva no ha sido fácil, lograr que esto suceda con los homicidios dolosos, que es el indicador más señalado por ellos, ha sido especialmente complicado, pero aún así ese delito ya disminuyó sustancialmente en 2021 y viene haciéndolo aún más en 2022.
Los homicidios dolosos en México crecieron en forma escandalosa en el período de gobierno del Carnicero de Morelia, Felipe Calderón, aumentando un 200% en relación con el nivel que presentaban al final del gobierno de Fox. Con Peña lo hicieron en otro 59% llevándolos a su nivel más alto de la historia moderna, con 36,685 casos en 2018 y una tasa de 29 homicidios por cada 100 mil habitantes, pero ahí el crecimiento se detuvo.
En 2019, primer año de gobierno del presidente López Obrador, por primera vez en 5 años los homicidios dolosos detuvieron su crecimiento y su tasa de incidencia se mantuvo en 29 homicidios por cada 100 mil habitantes durante ese año y el siguiente. En 2021 la estrategia de seguridad aplicada, que ya había detenido el crecimiento del delito, logró por primera vez que disminuyera en un 9.4% y que la tasa bajara de 29 a 26 homicidios por cada 100 mil habitantes, similar al de 2017.
Lo que resulta más alentador, es que en lo que llevamos de 2022 las cifras de este delito permiten proyectar otra disminución importante para finales del año; de hecho durante el primer semestre, la expectativa anual para la tasa de incidencia apunta llegar a 17 homicidios por cada 100 mil habitantes, que sería equivalente a la que teníamos en 2014, muy cercana a la de 13 que tienen hoy en los Estados Unidos, después del crecimiento escandaloso de muertes por armas de fuego que ha sufrido aquel país.
Así que por los resultados que estamos viendo en el comportamiento de este delito, especialmente a partir del año pasado, la estrategia aplicada por el gobierno federal ya está dando resultados, igual que sucedió desde el primer año en otros delitos como el de secuestro, que ha bajado en más de 65%.
A diferencia de lo que sucede en los Estados Unidos, donde no tienen una estrategia integral para disminuir la incidencia de muertes por armas de fuego, en México llevamos casi 4 años aplicado programas para atender las causas de la violencia desde su raíz, para aumentar sustancialmente las oportunidades de los jóvenes a fin de que no tengan que engancharse trabajando para el crimen organizado.
También se ha organizado e incrementado en forma generalizada, la vigilancia por medio de la Guardia Nacional con absoluto respeto a los derechos humanos, que hoy tiene presencia permanente en 266 bases regionales con alrededor de 100 mil efectivos operativos en todo el país, haciendo especial énfasis en los 50 municipios más violentos, en los que suceden prácticamente la mitad de los homicidios dolosos.
Con estas acciones ha disminuido la incidencia delictiva en prácticamente todos los delitos y hoy también lo está haciendo la del homicidio doloso, que es el que más trabajo y atención ha necesitado para lograrlo.
Justo ahora cuando se están comenzando a reportar bajas importantes en el delito más grave, ese que los opositores señalan como símbolo de la inseguridad, es cuando al mismo tiempo, estos corruptos desesperados de la derecha, están viendo esfumarse la que ha sido su principal bandera de ataque en contra del gobierno actual. Se están quedando sin pretextos para quejarse, que les ayudaban hasta hoy a disimular su estulticia y su odio clasista, característico de la subnormalidad que los aqueja.
Como dijo el dramaturgo inglés William Shakespeare: “Se puede hacer mucho con el odio, pero más aún con el amor”.