“soy Asperger funcional”, “él me fue a buscar…”: Suárez Gomís justifica agresión a Vicente Serrano
“La persona con Síndrome de Asperger tiene dificultades en la comunicación social y en la flexibilidad de pensamiento y comportamiento. Sin embargo, tiene un lenguaje fluido y una capacidad intelectual media e incluso superior a la media de la población…” OMS.
Bajo el argumento en los medios “soy un Asperger funcional” el actor Héctor Suárez Gomís, justificó la agresión que efectuó contra nuestro compañero periodista Vicente Serrano del medio “Sin Censura”, el día de ayer en un conocido restaurante de la plaza Arts en Polanco. A través de la red social Twitter, Vicente Serrano hizo el anuncio de que había sido agredido en su persona por el actor mencionado, debido a sus dichos y acusaciones por medio de las redes y, que derivado del ataque, esté le reventó los lentes en la cara. Vicente procedió a levantar una denuncia al M.P. por la agresión sufrida; al saber de ello, el actor contestó por medio de burlas en redes sociales.
Hoy se da a conocer que el actor se presentó a declarar ante el juez y justificó sus acciones con un “soy Asperger funcional”, “él me fue a buscar…”, lo cual es una manera muy cobarde de querer justificar los hechos agresivos. Empecemos por partes:
No todas las personas que padecen este trastorno son agresivas con las personas y en espacios públicos. Una persona con Asperger tienen problemas con destrezas sociales, emocionales y de comunicación; además, tienen conductas e intereses inusuales o, para expresar sus propios sentimientos, dificultades para entender el lenguaje corporal y evitan el contacto visual. Valoran mucho su espacio personal.
Según la OMS: el síndrome se encuentra dentro de los trastornos del espectro autista, los cuales se caracterizan por tener “algún grado de alteración del comportamiento social, la comunicación y el lenguaje, y por un repertorio de intereses y actividades restringido, estereotipado y repetitivo”.
- Los adultos con síndrome de Asperger pueden experimentar síntomas como:
- Interacciones sociales incómodas.
- Dificultad para hablar con otros.
- Incapacidad para interpretar comportamientos no verbales en otros.
- Practicar comportamientos repetitivos.
Usar una enfermedad como pretexto para agredir y hacer mofa hacia otros ya sea en redes o en su presencia, es un total insulto a las personas que lo padecen; ya que se les estereotipa dentro de un patrón que no es real. Las personas con capacidades diferentes luchan día a día por ser aceptadas en la sociedad, por ser comprendidas, por encajar en ella.
No es válido usar como pretexto un síndrome para justificar agresiones personales por no saber controlar las emociones y la frustración que le ocasionan las críticas vertidas por un periodista. Su comportamiento coincide más con una sociopatía, que con un espectro autista.
Dentro de las declaraciones que ha hecho a lo largo de estas horas, Hector Suarez Jr. ha comentado a los medios que “Una agresión a un periodista es solo si les agrede cuando traen el micrófono o que suceda en su centro de trabajo”.
En un Space declaró que “es víctima de un sistema donde lo buscan provocar para que reaccione”, de igual forma presume tener “un elevado IQ y ver las cosas de manera diferente desde las pantallas de un celular y una computadora, que se le dificulta tener relación e interacciona con las personas en directo…” Pretextos más, pretextos menos, las agresiones no se deben de justificar y las enfermedades no se deben de romantizar, mucho menos justificar los hechos y permitir que por ser “diferentes a otros” tengan la libertad de ir dañando a cuanta persona se encuentren en la calle, amparándose en el “estoy enfermo de…”
Hoy se exige una sanción contra el agresor, ya que el mensaje que se difunde con ello, es que cualquiera puede agredir libremente a otro por pensar diferente o por dar una opinión en redes y que esta no les guste.
Los medios buscan lavarle la cara, lo venden como un héroe valiente. Han hecho de todo esto un circo mediático, donde el victimario ya pasó a ser la víctima, dónde políticos, actores, comentaristas de la farándula, de la radio y, comediantes festejaron el golpe, alabaron los lentes rotos, vertieron comentarios machistas, burlones y homofóbicos hacia el agredido; donde el agredido lo provocó “por sus palabras de la red” y, por coincidir en el mismo restaurante que su agresor, donde los mismos que gritaban hace unas semanas “alto al odio”, hoy vanaglorian el mismo… La hipocresía en pleno.