Ya tenemos seguros candidatos a la presidencia por Morena, rumbo a 2024.
No obstante que faltan 3 años de camino para llegar a la fecha en que el actual presidente de México, entregue el mando del país al sucesor salido de ese lejano proceso electoral, en redes sociales se habla desde ahora, de calificados (con estrella en la frente) y descalificados anticipados (con orejas de burro y una enorme F en el currículum), de acuerdo a gustos particulares y a posturas políticas y personales, en relación a quienes han manifestado su intención de competir por ese cargo, representando a Morena.
Antes de entrar de lleno en el tema, debemos recordar que la red social más politizada en este momento, es Twitter. Así lo reconoció hace pocos días el presidente López Obrador. Y ese dato se conocía en redes desde mucho antes.
En Twitter participan plataformas informativas de reciente creación, medios de comunicación convencionales, periodistas de viejo y nuevo cuño, así como político y empresarios con intereses específicos sobre la situación nacional.
Pero la base de Twitter está soportada en ciudadanos de a pie, que han adquirido la suficiente capacidad crítica, para defender sus convicciones particulares y enfrentar a quienes intentan posicionar ideas equivocadas o contrarias, a lo que en realidad sucede en el país.
Hasta el momento, las llamadas fake news, corren por cuenta del grupo de inclinación conservadora que participa en redes sociales. La defensa de la realidad, con características más o menos uniformes, se ha dado en los grupos que respaldan al proyecto de Cuarta Transformación, impulsado por el presidente.
Pero dentro de este segundo grupo, en el que hay distintas visiones sobre el quehacer político, se han dado “encontronazos” ocasionales que derivan en fricciones menores, que en nada afectan la fortaleza que defiende un proyecto nacional histórico.
Los grupos reaccionarios tratan de sacar raja política de estas escaramuzas que se dan de forma natural dentro de la izquierda, pero sin éxito alguno hasta ahora. Echan leña a la hoguera, atizan el fuego amigo, en un intento por fracturar el respaldo social al presidente López Obrador y al gobierno de la Cuarta Transformación.
Esa postura ha sido recurrente y a nadie toma desprevenido en el momento actual.
Entrando en el tema, debemos decir que el asunto que nace con la posición asumida por el senador Ricardo Monreal, en relación con la aprehensión del secretario técnico de la JUCOPO en el Senado, generó una cascada de acontecimientos que fueron debatidos ampliamente en redes sociales. En Twitter principalmente.
Un amplio sector social, no ve con buenos ojos la intención de Monreal, para aspirar a la candidatura de Morena en el 2024. No es un candidato que arrastre multitudes, ni que cuente con el carisma y trayectoria de López Obrador. Se desconfía de él por actitudes personales pasadas, en las que amenazó con salir del proyecto que ha construido poco a poco el hoy presidente López Obrador y buscar vías políticas ajenas a Morena y al cambio que se está dando. Se le ha calificado de traidor por este motivo, aunque nunca ha hecho efectiva su salida del partido. Es más, tiene un puesto de mucha responsabilidad en la Cámara de Senadores.
Defender la inocencia del secretario técnico de la JUCOPO, le trajo una serie de descalificaciones en redes sociales. Y éstas llegaron de las filas de la izquierda misma. Se dijo que atacaba al gobernador de Veracruz injustificadamente, siendo que el presidente apoya a este mandatario estatal y lo respalda en su trabajo.
En realidad, el reclamo de Monreal se dirigió al final a la Fiscalía del Estado. El argumento es el haber realizado una detención arbitraria, violando garantías y derechos del funcionario en prisión. Sobre este asunto habrá que ver el desenlace, pues el día de ayer, corrió la información de que La Comisión Nacional de Derechos Humanos, atrae el caso de José Manuel del Río Virgen, secretario técnico de la JUCOPO en el Senado, para investigar si se dieron omisiones o violaciones por parte de la Fiscalía de Veracruz, al ser detenido por su presunta participación en un homicidio.
Una buena parte de los comentarios en Twitter, son desfavorables a Monreal. Se le descarta como posible abanderado de Morena rumbo a la presidencia. Pero no solo es él el afectado.
Monreal decide visitar al secretario técnico y amigo en el penal veracruzano donde se encuentra recluido. Habla de acompañamiento al amigo, en un mensaje de Twitter.
Marcelo Ebrard, otro de los precandidatos autodestapados rumbo al 2024, señala que aplaude esa muestra de solidaridad y amistad de Monreal, hacia el amigo. Es lo único que contiene el posteo del canciller.
Quienes se han mostrado contrarios al actuar de Monreal, extienden su desagrado a Ebrard, por mostrarse solidario con alguien que defiende a un acusado de asesinato. Aunque está pendiente de ver si efectivamente esa participación o complicidad es real y existen elementos que la comprueben.
A Ebrard se le señala también como opositor al proyecto del presidente López Obrador y se le descarta como posible candidato de Morena a la presidencia. La causa: un tuit que no gustó.
Recuérdese que toda esta crítica nace en la izquierda y es retomada con el oportunismo y falta de ética de siempre, por los medios de comunicación y políticos conservadores.
Un posteo del canciller Ebrard, produce una dura crítica por parte de un sector de la izquierda en Twitter. Y ahí hay militancia y simpatizantes del movimiento.
En esta visión crítica, los únicos aspirantes válidos que quedan para Morena, son la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum y el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández. Y no por algún mérito personal, verificado en los últimos días. Es por haber guardado silencio sabio en una situación un tanto difícil.
Pero incluso a Claudia Sheinbaum le comenzaron a llover ataques de otros sectores de izquierda que apoyan a distinto candidato. Han señalado que no es en modo alguno la mejor opción y sacado a relucir supuestas deficiencias en sus gestiones pasadas y presente.
La conclusión a esta nota es la siguiente.
Vivimos, como ha dicho en diversas ocasiones el presidente López Obrador, tiempos inéditos. Y las redes sociales no están exentas al cambio.
Habrá mucho debate ríspido de aquí en adelante. Pero eso es parte de la democracia. Hay mucha pasión en Twitter y por lo mismo, no siempre se miran las cosas con objetividad.
Lo cierto, lo que se está dando realmente, es que ni Monreal, que ya anunció que no se va de Morena, ni Marcelo Ebrard que, aparte del mensaje señalado, nada ha agregado sobre el tema, ni Claudia Sheinbaum, que ha guardado un recomendable silencio, quedan descartados por este incidente.
Las vías democráticas en Morena siguen abiertas para todos. La crítica en Twitter, por severa que sea, no altera ni define candidaturas, ni incluye o excluye a alguien.
Sí muestra posibles fallas en política por parte de los posibles precandidatos. Si muestra (como las encuestas y sondeos) la radiografía del momento. Pero nada más.
Faltan 3 años para que se dé la sucesión presidencial. Un poco menos para que se definan candidatos e inicien precampañas y campañas.
En ese tiempo van a ocurrir muchas cosas. Caídas y subidas de aspirantes.
Al final, será el pueblo quien decida a quién entrega su confianza, mediante encuesta abierta.
Pesará lo que se haya opinado en redes sociales seguramente. Pero no serán ellas quienes den el voto decisivo.
Son tiempos nuevos. Hay que opinar y defender puntos de vista. Entender que otros van a pensar distinto. Y que ésa es la forma en que se construye la democracia.
La izquierda puede tener diferencias, pero en los puntos centrales, se ha mantenido unida hasta ahora.
Un pronóstico es que así seguirá sucediendo en el futuro.
Entendemos que el enemigo está fuera de casa.
Malthus Gamba