Deshacer a MORENA: meta de la oposición residual
Por Miguel Ángel Lizama
@Migueliz8
En los albores de la primera prueba electoral POST-2018 del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), aparecen barruntos en el horizonte, para los que se preparan perfidias opositoras, de quienes siguen encolerizados por quedar expuesta su corrupción evidente y haber perdido moches y canonjías para su luminoso y próspero futuro personal y familiar.
Para medir la fuerza electoral del partido fundado por AMLO, que por momentos parece botín de disputas palaciegas e internas, empiezan a salir encuestas pagadas por los interesados en anticipar el futuro y acomodarse oportunamente con el vencedor. La primera hecha pública es de Mitofsky (Roy Campos es el encuestador de Televisa) donde expone la relevancia de MORENA que amenaza con volver a revolcar a sus opositores como en el 2018, aunque prevé dificultades en 9 de los 15 estados donde habrá cambio de Gobernador, pues sus actuales mandatarios sienten la URGENCIA DEL CONTINUISMO que les garantice su IMPUNIDAD, para no estar sujetos a Auditorías, pues ES MUY PROBABLE que dejen las arcas vacías de efectivo, pero llenas de cuentas por pagar y adeudos por financiamientos autorizados por sus Congresos serviles, para culpar al Gobierno Federal y que se haga cargo de pagar, como ha sido costumbre hasta hoy.
La oposición confía en que la ausencia del nombre López Obrador en las boletas, más los apoyos numerarios y en especie de las administraciones salientes, junto con la vista gorda característica del INE mediante sus OPLES nombrados y manejados por los gobernadores, logren su milagro de contrarrestar la influencia popular de MORENA, supuestamente enredado en diferencias políticas por pleitos de poder, que los opositores rezan para que lleguen hasta la supuesta autoridad jurisdiccional (llamada Tribunal Electoral) erigida como Deidad Inapelable, y decida lo más conveniente a sus patrocinadores, NO A LA MILITANCIA PARTIDISTA. Las muestras de esto abundan, pero permanecen en la ficción de “Democracia Imparcial” armada por el PRIAN para consumo público.
El problema de MORENA parecen las ambiciones despertadas en los “chapulines” que, previendo el triunfo de Andrés Manuel López Obrador en su tercer intento presidencial, saltaron a tiempo al tren amloista, donde fueron recibidos con cargos importantes (partidistas y electorales) que desplazaron a muchos fieles seguidores, con el pretexto de su falta de formación y experiencia políticas, que los arribistas sí tenían por los años de deambular entre tranzas y arreglos, principalmente en el PRI y PRD.
Para conservar y acrecentar su poder e influencia, la migración política se quiere aferrar a ínsulas que consideran suyas y tratan como “extraños” a los auténticos amloístas -quienes permanecen fieles y apegados al ejemplo de su líder indiscutible-, suprimiéndolos de la Lista de Afiliados (llamado Padrón) y recurren al Tribunal Electoral para que decida quién permanece y quién no, así como para que imponga su voluntad a un partido surgido del pueblo y no de la voluntad del gobierno. En este pleito por el poder en MORENA ciertamente tienen la misma responsabilidad sus actuales dirigencias, nacionales y estatales, que siguen el ejemplo tribal que llevó a la ruina al PRD, partido donde proliferó. Lo mismo Yeidckol que Bertha Luján, Mario Delgado, Ricardo Monreal, etc. en el ámbito nacional, que sus respectivos seguidores y adeptos en el ámbito local, no están dando un buen ejemplo de concordia y causa común con la Cuarta Transformación.
Yeidckol Polevnsky -en funciones de Presidenta de MORENA al dejar esa posición el titular original (AMLO)- relevada por Alfonso Ramírez Cuéllar, destacado luchador en El Barzón, parece pelear con uñas y dientes por aferrarse al puesto, dando elementos a la oposición y al circo mediático para exigir la intervención del Presidente y denostar al partido que los desplazó del poder por voluntad popular, no decisión cupular. Obviamente y como lo ha repetido sin que le hagan caso, AMLO no se mete en asuntos partidistas como antes se hacía y deja que internamente se resuelvan las diferencias. Yeidckol, debe reconocerse, es una mujer inteligente y combativa como demostró desde su liderazgo de los industriales de la transformación (entre quienes “el más chimuelo masca rieles”) y refrendó en su campaña por la gubernatura del Estado de México. Sin embargo, su confrontación con otros suspirantes por el cargo que tiene, ha sido materia para cebar a los carroñeros políticos y mediáticos. A Yeidckol, a no dudar, le corresponde, como dirigente, la mayor prudencia y congruencia para no fraccionar ni pulverizar a MORENA y con ello esfumar la labor de años de su fundador.
Basta con aceptar que en el ámbito nacional, como en los estatales, han habido quejas constantes del proceder y actuar de sus dirigencias, y plegarse a las decisiones de los órganos colegiados del partido, sin recurrir a ninguna instancia externa teóricamente imparcial, que imponga su voluntad a los afiliados. Yeidckol debe mostrar un frente unido y sólido en respaldo al Presidente López Obrador y sus esfuerzos por impulsar la Cuarta Transformación, a pesar de los constantes y continuos esfuerzos de sus detractores por nulificarlo y denostarlo.
A querer o no, y respetando su alejamiento decisorio del partido, ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR sigue siendo EL MAYOR ACTIVO DE MORENA, por su Honestidad, Sapiencia y Congruencia políticas, que los opositores, sus patrocinadores y medios afines pretenden reducir, difundiendo y magnificando las diferencias lógicas de la libertad de pensamiento, transformándolas en pleitos callejeros entre dirigentes y prominentes morenistas, exhibiéndolos como fieras que pelean a muerte un botín, mientras los opositores se muestran afables y corteses con sus otrora adversarios, en busca de unidad y como prueba de civilidad política para tranquilidad de la ciudadanía… en contraste con MORENA. Contra todos los Corruptos, MORENA SÓLO TIENE AL PUEBLO DE SU PARTE. No debe perderse ese apoyo por pleitos de intereses de quienes deben moderar sus ambiciones y encauzarlas en el BIENESTAR del país.