UN TRISTE HALLOWEEN PARA CLAUDIO X
La conmemoración de día de muertos, se adelantó para la oposición.
El segmento social reaccionario, no requiere de trajes especiales, confeccionados para hacer gala de las formas exteriores que identifican a reconocidos personajes aterradores. La sangre, la violencia, lo monstruoso y lo exótico, aparece a diario en su forma de pensar y actuar.
Porque el fifí conservador, no conmemora el tradicional día de Los Fieles Difuntos, donde el recuerdo, el respeto, la oración y el compartir nuestro pan con las personas queridas que ya no están con nosotros, tiene un enorme valor cultural. Algo propio de nuestra tradición.
El conservador amante de todo lo que llega del exterior, festeja el Halloween. Esa festividad de naturaleza celta que tiene que ver con el final e inicio de los ciclos agrícolas. El halloween será retomado “hollywoodezcamente” por la inocua cultura norteamericana, para hacer de ese ritual un motivo de fiesta, donde el disfraz, el baile, la comida y la bebida, tienen un lugar preferente en la celebración.
En México, el sector conservador no requiere del antifaz o la máscara grotesca tradicionales. En los rostros neo-fascistas hay una exteriorización de la frustración, el rencor, la preocupación y el desencanto inocultables.
La gente adherida al proyecto opositor de Claudio X González, ve con desconsuelo que nada se avanza en el intento por recuperar el poder en las ya no tan lejanas elecciones del 2024.
Todos los planes pagados a alto costo y construidos con la participación de empresarios, periodistas, políticos, e incluso agentes extranjeros, se vienen abajo a los pocos días de haber sido puestos en práctica.
Los montajes de Loret de Mola, son hoy papeles para el cesto de la basura. Nadie hace caso de ellos.
Los hackeos pagados a las Guacamayas para golpear al gobierno, entrando por la puerta de la Secretaría de la Defensa Nacional, no tuvieron repercusión alguna. No restaron respaldo al presidente López Obrador y por increíble que esto parezca, le sirvieron para aumentar su nivel de popularidad.
Del grupo de “corcholatas” reaccionarias, que tuvo que destapar el presidente, para que arrancaran las precampañas presidenciales opositoras, no se hace un solo candidato competitivo para el 2024.
Todos arrastran un pasado impresentable y el ciudadano honesto nada quiere saber de aquellos que son identificados como integrantes de la clase política que hundió al país en la violencia y la pobreza extrema.
La permanencia del Ejército en las calles, realizando labores de seguridad hasta el 2028, fue validada por el Congreso de la Unión y en más de la mitad de los Congresos estatales. Ya es Reforma Constitucional aprobada.
El libro del Rey del Cash, pasó por la vida nacional sin pena ni gloria. Quedó en mero chisme telenovelero.
La batalla que están dando los reaccionarios, para que el INE se mantenga fiel a la corrupción, carece de respaldo social. La gente desconfía del INE. Sabe que se trata de un agente encubierto, que juega a favor del fraude electoral conservador.
Los medios de comunicación opositores, así como los “gatilleros” que tiene contratados Claudio X González, para hacer presencia permanente en redes sociales, invitan a marchas, eventos y posicionamientos en favor del INE, pero la vida real, demuestra que el publicitado poder de convocatoria que dice tener el grupo opositor, no pasa de ser un espejismo que aparece mentirosamente en las plataformas Twitter y Facebook. En las calles, el respaldo al INE es nulo.
Es más que probable que el INE sufra una transformación profunda, o que desaparezca para dar paso a un organismo en nada ligado a la corrupción.
Para colmo de males, la bandera más utilizada por el grupo reaccionario, que tiene que ver con el nivel de violencia existente en el país, comienza a desteñirse y rasgarse.
El INEGI publica un informe, donde da cuenta de que en el periodo 2020-2021, las causas de muerte en el país, obedecieron a factores de salud y no a situaciones relacionadas con la violencia.
La mayor parte de los fallecimientos en México, tuvieron como causa directa, el paso de la pandemia de Covid. El segundo motivo de muerte, se relaciona con afectaciones asociadas a la diabetes y a fallas cardíacas.
El homicidio como causa de muerte, se ubicó en ese periodo, en la OCTAVA posición.
Toda la campaña fascista, basada en el engaño, se viene abajo. Es mentira que los niveles de violencia en el país, sean los mismos o peores a los encontrados al inicio del sexenio del presidente López Obrador.
El nivel de violencia decrece y esto es verificable con un dato duro que no se presta a especulaciones, como lo es el número de homicidios registrados. Todos se denuncian y se abren carpetas de investigación sobre cada caso.
Claudio X González y su gente, parecen espantapájaros en noche de brujas. Por ahí andan Lilly Téllez, Kenia López Rabadán, Xóchitl Gálvez, Mariana Gómez del Campo y Margarita Zavala, interpretando una parodia de aquelarre, con su presencia escandalosa.
Nadie lleva disfraz en este desfile de la derrota. Son los rostros y el ánimo por los suelos, lo que hace ver a estos personajes, como figuras grotescas, propias de un festejo celebrado entre muertos.
Porque a final de cuentas, estos descalabros sufridos permanentemente por la oposición, los acercan cada día más al basurero de la historia.
Al lugar del descanso eterno del neoliberalismo, donde los aguardan aquellos que saben que no regresarán al mundo político y que por lo mismo, prefieren el descanso en paz en otras latitudes.
Por esos rumbos donde penan hoy los cuerpos y las almas de Salinas de Gortari, Peña Nieto, Luis Videgaray, Aurelio Nuño, Felipe Calderón, Tomás Zerón y tantos otros funcionarios mayores y menores, que entendieron que es mejor poner tierra de por medio, antes que vestir el traje naranja característico, no de la calabaza festiva, sino del criminal atrapado, que debe pasar años de prisión, purgando los delitos cometidos durante sus años de corrupto.
El Halloween reaccionario, cuenta con máscaras aterradoras, pero carece del sentido del humor propio del festejo.
Más bien parece el velorio, en el que todos guardan silencio y se muestran afligidos por la presencia inocultable de la muerte.
Malthus Gamba