Se acabó el FOBAPROA; grandes empresas recurren a préstamos y pagan sus impuestos
Con la llegada del nuevo gobierno, se terminaron los privilegios para unos cuantos y eso ha desatado una oleada de críticas y descalificaciones al mandatario tabasqueño.
Desde la campaña del 2018, el ahora presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, prometía que durante su gobierno, primero se ocuparía de los pobres; aseguró que los privilegios para una minoría se terminarían y vaya que lo está cumpliendo.
En su columna para la Jornada, el economista, Enrique Galván Ochoa destaca la idea del gobierno de López Obrador de dar las ayudas a los más necesitados y a los consumidores de manera directa; pues así el dinero no se desviaría o se perdería en el camino.
El mandatario tabasqueño también sigue en su postura de no más rescates a los grandes empresarios; pues asegura que al final el pueblo lo paga doble o hasta triple. Solo basta recordar al FOBAPROA, que hasta la fecha se sigue pagando.
Durante la emergencia sanitaria por el Covid-19 en el mundo y en nuestro país, es cierto, la economía se vio afectada; pero México no es el único caso.
Sin embargo, analistas y la oposición, culpan al gobierno de izquierda de no actuar en defensa de los empresarios (pues según ellos son generan las riquezas de México).
Hace tan solo unas semanas, organizaciones empresariales insistieron a López Obrador repetir la receta y así ‘salvarlos’ de la ruina económica, pero con la factura al pueblo.
López Obrador no cedió y las empresas tuvieron que buscar otra forma de enfrentar la crisis.
¿Cómo están enfrentando –sin FOBAPROA– grandes empresas la crisis financiera ocasionada por la pandemia?
En la columna de Galván Ochoa se dio a conocer que FEMSA la principal embotelladora de Coca-Cola y dueña de los Oxxo, tuvo que pedir prestados 700 millones de dólares; además de esto, la empresa del ‘Diablo’, uno de los opositores al gobierno de la 4T, pagó un adeudo al SAT de 8,790 millones de pesos (397 millones de dólares) y finalizar “diferencias de interpretación” sobre impuestos devengados en el extranjero.
A FEMSA, se sumó a Kimberly-Clark de Claudio X González, padre de unos más férreos críticos de este gobierno. Esta empresa colocó deuda 500 millones de dólares; se acabó el FOBAPROA.
América Móvil emitió mil millones de dólares en bonos con vencimiento a 2030 en la Bolsa de Valores de Nueva York.
Famsa, una cadena de tiendas, tomó otra vía: buscó la protección de la Ley de Quiebras de Estados Unidos a fin de tener oportunidad de reestructurar sus finanzas.
Grupo Posadas, que maneja la cadena de hoteles Fiesta Inn, tomó la delicada decisión de dejar de cumplir con el pago de 15.5 millones de dólares de sus notas senior 2022, con el fin de asegurar la continuidad de sus negocios como resultado del importante deterioro relacionado con el Covid-19 en los ingresos operativos y los flujos de efectivo de la compañía.
“El sector empresarial experimenta un periodo de ajuste severo, vivían en un paraíso gracias a la condonación de impuestos y la manga ancha con los factureros, pero ya se acabó”.
Con información de La Jornada/Enrique Galván