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¡Que me apunten en la lista!
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¡Que me apunten en la lista!

Miguel Francisco Barrera Aldama
Abogado, escritor y profesor
Twitter: @mbalda16

Cuando se es parte de un movimiento social, político, que busca la justicia y la transformación de un orden social y económico injusto, no hay lugar para las medias tintas. Se es, o no se es. Pero no se vale de “medio soy”.

Hay una frase que resume lo anterior, tomada de la tradición judeocristiana: “a los tibios los vomita Dios”.

Es decir, ¡ni siquiera en un plano metafísico atribuido a una deidad hay lugar para posiciones timoratas! Se es parte del movimiento, o no se es. ¡Punto! Lo anterior lo quiero comentar a raíz de una entrevista que el pasquín infame, favorito de la reacción mexicana, el diario “Reforma”, publicó el pasado domingo 9 de enero del presente año, realizada a Ricardo Monreal Ávila, a la sazón senador de la República (gracias al partido MORENA) y presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado mexicano. En esta entrevista, por enésima vez, trasluce su talante veleidoso y acomodaticio, amenazando soterradamente a la militancia morenista e, incluso, al propio partido, de diversas dificultades “que se pudieran presentar” si Monreal no es ungido candidato presidencial morenista para el 2024.

La entrevista de marras cabecea con la siguiente frase: “con radicales no va a quedar país”.

Habría que preguntarle al senador Monreal si conoce la etimología de la palabra “radical” (habida cuenta que presume ser doctor en Derecho por la UNAM), que estoy seguro no desconoce. Radical proviene de la locución latina “radix”, que en español significa “raíz”. Entonces, alguien que es radical, es alguien que va a la raíz, al cimiento, al fundamento de algo, ¿verdad?

En este orden de ideas, el movimiento social y político al cual el senador Monreal dice pertenecer es, precisamente el Movimiento de Regeneración Nacional, encabezado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, auténtico luchador social desde siempre. Uno de los objetivos de este Movimiento, que ha evolucionado para ser un partido-movimiento es transformar la vida pública del país, por eso es un Movimiento de Re-Generación, regenerar, volver a generar, volver a edificar la vida pública del país bajo las premisas enarboladas por el Presidente López Obrador desde siempre y que han marcado su camino en la vida política del país, no robar, no mentir y no traicionar al pueblo.

Así las cosas, la Cuarta Transformación de la vida pública del país es un anhelo del pueblo mexicano, que trasciende incluso al propio partido MORENA y al Estado mismo, pues este anhelo de regenerar la vida pública del país y dejar atrás el antiguo régimen de corrupción y privilegios que primó por décadas en nuestro país es un mandato y un imperativo que el pueblo le ha dado al Presidente López Obrador y a MORENA, como instrumento jurídico y político de dicho anhelo. Ante esta descripción, ¿qué no se pretende transformar DE RAÍZ -es decir, desde los cimientos, desde los fundamentos- la vida pública nacional de nuestro México? Entonces, parafraseando al Presidente de México “si ser radical es ser humanista, que me apunten en la lista”.

Monreal, en esta entrevista publicada por un medio de la reacción neoliberal, con la connotación negativa que pretende imprimirle a la palabra “radical”, cuando quienes militamos, simpatizamos y deseamos la Transformación del país (así, con mayúscula) la deseamos “desde la raíz”, es decir, desde el origen y el fundamento.

¿Qué de negativo tiene lo anterior, señor Monreal? Si usted está en un partido-movimiento de Regeneración Nacional y no está comprometido de raíz con los propósitos de este, le pregunto ¿qué hace siendo senador de la República, representando a un partido-movimiento “radical”, pues dicho movimiento desea la Transformación del país desde el origen, desde “la raíz”? ¿Qué es eso de “correrse al centro”? Acuérdese, señor Monreal, a los tibios ¡hasta Dios los vomita!

Es evidente la mezquina ambición de Monreal y, por lo visto hasta este momento, no ha entendido aún la pauta que impulsa el Presidente López Obrador, lo que importa es el encargo, no el cargo. Monreal parece más preocupado por el cargo.

¿Por qué no desea someterse a la encuesta y acepta la decisión que se tome, llegado el momento para ello? ¿Por qué pasar a la historia como un traidor, pudiendo quedar como uno de los impulsores de la Cuarta Transformación del país? ¿Por qué manchar así su nombre para la Historia, cuyo juicio es inescrutable e inapelable? Ojalá -sé que me voy a ver muy inocente- reflexione y recapacite. Acuérdese, señor Monreal, que el bien supremo de la actividad política debe ser beneficiar al pueblo. México es mucho más importante que su capricho personal. Ojalá recapacite.

Miguel Francisco Barrera Aldama
Abogado, escritor y profesor
Twitter: @mbalda16

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