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MORENA: Sufragio efectivo y no reelección
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MORENA: Sufragio efectivo y no reelección

Por: @bejerano_adrian
“La Historia es nuestra y la hacen los pueblos” Salvador Allende
La congruencia del Presidente

López Obrador no es líder moral o vitalicio, sigue siendo el principal dirigente y motor de la transformación profunda del País. Su lucha incesante ha sido, como la de la mayoría del pueblo, no para construir un partido o ganar la Presidencia de la República. Sino para acabar con un régimen de oprobio, que caracterizado por la corrupción, la impunidad y el cinismo había hundido en la miseria al país, sumido en una vorágine de sangre y duelo a la sociedad y había hecho del saqueo del erario y los bienes de la nación su modus operandi y vivendi;. La transformación de México fue el propósito que llevo a la formación de Morena. Un partido que fuera el instrumento para la transformación legal y pacífica. A pesar de las condiciones adversas la tenacidad de AMLO y la generosidad y esfuerzo de miles de militantes lo hicieron posible.

Tengo la certeza de que lo que haga o deje de hacer Morena en el próximo Congreso Nacional influirá en las posibilidades de la 4 Transformación. Como lo hizo desde la oposición el Presidente sigue pugnando por elecciones libres, también en el partido del que es su principal fundador. Así lo señalo el 21 de agosto sobre la elección en Morena: “pierden el tiempo los que creen que van a salir adelante haciendo política a la antigüedad… lo único que hay que cuidar es que voto sea libre, que no haya fraude, nada de esos espectáculos de acarreo, de reparto de despensas, frijol con gorgojo, también el sectarismo, el amiguismo”. Tal posición política corresponde a las Definiciones Esenciales del Estatuto de Morena, Artículo 2°, inciso C) La integración plenamente democrática de los órganos de dirección, en que la elección sea verdaderamente libre, auténtica y ajena a grupos o intereses de poder, grupos o facciones.

Hay una lucha soterrada al interior de Morena. Entre muchos de sus fundadores, los puros, sí así como en Harry Potter, y los que se afiliaron posteriormente, que son vistos como externos. Por un lado, se ignora que no todos sus fundadores abrigaron el ideal de López Obrador, algunos se integraron desde el principio por cálculo político. Basta dar una repasada a quienes aspiran a la Presidencia nacional del partido para comprobar que hay quien busca más el cargo y el poder, el interés personal o de grupo, que el objetivo fundacional de Morena y sus principios. Por otro lado, no todos los que llegaron posteriormente o buscan afiliarse a Morena tienen el propósito de adueñarse del partido, no dudo que los haya, la gran mayoría desea ser partícipe de la transformación. Hay que insistir en que Morena tiene un padrón de, en el mejor de los casos, tres millones de afiliados y fueron más de treinta millones los votantes en 2018, es decir, de simpatizantes. Es absurdo que la ciudadanía que voto, muchos promotores voluntarios del voto o que cuidaron las casillas y muchos representantes populares que fueron electos bajo el emblema de Morena no puedan afiliarse al partido. Debe cuidarse la afiliación, también debe ampliarse.

Para muestra bastan unos botones.

El Estatuto y Principios del partido tendrán que pasar ahora por la prueba de los hechos. En 2015 se realizó la renovación de los órganos directivos de Morena en Asambleas Distritales. Hubo irregularidades conocidas, militantes que no aparecieron en el Padrón. . En la Secretaría de Organización Nacional el titular nunca se encontraba y no hubo quien diera solución a tal anomalía. La Convocatoria establecía que quienes no estuvieran en el padrón pero pudieran comprobar su afiliación podrían participar en las asambleas. En una asamblea realizada en una Alcaldía de la CDMX presidida por la actual Presidenta en funciones del Comité Ejecutivo Nacional, esta se negó a cumplir tal excepción con el argumento de que el día anterior habían tenido una reunión y sólo iban a participar los que estaban en el padrón. A pesar de que Morena prohíbe el corporativismo, en la asamblea resulto electo el hijo de un líder de la demarcación, su organización era mayoría, con la finalidad de ser impulsado para candidato a diputado local. También un dirigente cuya única cualidad es ser cercano a un actual Senador, quien durante años lo ha apoyado con despensas y cobijas. En los últimos lugares quedo el anterior candidato a la entonces Delegación. Este sombrío panorama se completó con la designación del candidato a la Alcaldía, un rival de apenas ayer diría el Maestro Bernardo Bátiz. Llego a la encuesta, respaldado por un miembro del CEN de Morena, excompañero de la escuela, que ahora es un alto funcionario federal. Con todas facilidades porque en la encuesta había precandidatos con poca competitividad.
No Reelección

La Presidenta en funciones ha ejercido el cargo desde hace dos años, su postulación en los hechos representa una reelección. En días pasados dejó clara su visión patrimonialista de la Revolución de las Conciencias del 2018, la reduce a “sus resultados” electorales.

Desde La Sucesión Presidencial de 1910 de Francisco I Madero ha quedado claro en México que el perpetuarse en el cargo, en el poder, es una tentación de políticos sin vocación de servir al Pueblo.
Como lo vimos en diciembre de 2013, que los partidos del mal llamado Pacto por México aprobaron la reforma a diversas disposiciones de la Constitución Política en materia político-electoral. Incluía la reelección de legisladores locales y federales, el que las constituciones de los estados establecieran la reelección de presidentes municipales, regidores y síndicos. Crearon también su organismo a modo, el Instituto Nacional Electoral. Eliminar tales disposiciones de la Carta Magna es tarea de los legisladores del partido mayoritario, en congruencia también deben desaparecer de sus documentos básicos para la elección de dirigentes de los órganos ejecutivos en el próximo Congreso Nacional.

Otro tema para el Congreso, actualmente el Estatuto y la Convocatoria establecen la elección indirecta de los dirigentes de los órganos ejecutivos estatales y nacionales, democracia representativa. Por el momento no aplica la sugerencia de Obrador de elegirlos por encuesta. Debe explorarse el que los dirigentes de tales órganos sean electos por el voto universal, directo y secreto de los militantes que acuden a las asambleas, democracia directa. El espíritu del Art. 39 Constitucional debe considerarse en la elección de los dirigentes del Partido. “Que se deje en libertad a los militantes que decidan” como dice nuestro Presidente.

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