Los dos “Méxicos”, pero ¿quién divide?
En dos eventos que han tenido amplia difusión nacional, podemos observar con claridad, la polarización existente en la sociedad mexicana.
Afortunadamente, esta división no se da en porcentajes iguales.
Está por una parte, el grueso de la población, consciente de la necesidad de un cambio sano para nuestro país. En las pasadas elecciones se votó a favor un gobierno diferente, que hiciera realidad la serie de modificaciones que le urgen a la nación.
Del otro lado, se encuentran todos aquellos que sienten que este cambio afecta sus intereses o privilegios de clase. Son pocos en realidad, pero cuentan con el poder económico suficiente para intentar en todo momento recuperar un poder político y de gobierno que sienten propios.
Estas dos distintas fuerzas sociales, se encuentran en permanente conflicto.
La sociedad avanzada y bien informada, sabe que la política de corrupción y delincuencia generalizada, que vivimos durante el periodo neoliberal, no ofrece un mejor futuro, ni beneficios al grueso de la población.
Es una forma de gobernar, enfocada a la creación de pequeños grupos de poder, que concentran la riqueza nacional en sus cuentas bancarias y propiedades.
El resto de la población, participa en el proceso productivo y genera la riqueza nacional, pero solo recibe en recompensa, migajas que no le permiten mejorar su calidad de vida.
El conflicto es real y en este momento de transformación, adquiere relevancia porque quienes estaban acostumbrados a gobernar y a disponer de las riquezas del país, están en total derrota e intentando ponerse de pie, para competir de algún modo, en las próximas elecciones del 2021.
Uno de los exponentes de esa clase privilegiada, es el actual presidente de la COPARMEX, Gustavo de Hoyos Walther.
Esta agrupación empresarial, es pequeña. No tiene entre sus filas a los principales empresarios del país.
Hemos visto recientemente como el Consejo Coordinador Empresarial, que sí está integrado por propietarios de grandes empresas, apoya y participa en proyectos estructurales conjuntos, donde gobierno y particulares detonan la creación de empleos en obras de bienestar social.
En la COPARMEX, Gustavo de Hoyos logra reelegirse por cuarta vez como presidente del organismo.
Este personaje opaco, manipulado por Claudio X González Guajardo, es aspirante a candidato para la presidencia del país, en 2024.
No tiene trayectoria política. Carece de carisma y de la personalidad suficiente, como para atraer el voto popular.
No tiene tampoco un proyecto político propio. Repite las mismas consignas que a diario nos quieren vender los integrantes del partido Acción Nacional.
Es por eso que el presidente López Obrador, en la conferencia de este día, señaló que la COPARMEX actúa actualmente como “sector empresarial” del PAN.
Y sabemos bien cuál es la meta de los panistas en estos momentos: lograr que en las siguientes elecciones intermedias, el neoliberalismo se convierta en oposición fuerte. Al PAN le interesa que el régimen de corrupción y privilegios, regrese al gobierno.
Son los representantes de la derecha más radical en el país.
La reelección de Gustavo de Hoyos, antidemocrática evidentemente, nos muestra la verdadera forma de pensar de los conservadores: acusan mentirosamente al presidente López Obrador de ser autoritario, cuando ellos favorecen procesos electorales viciados, donde la reelección es permitida indefinidamente.
Para Gustavo de Hoyos, ésta es la cuarta vez en que es nombrado presidente del organismo empresarial.
El otro evento al que hacemos mención, se verificó el día de hoy y tiene que ver con el Premio Nacional de los Derechos Humanos, que fue entregado a la luchadora social Otilia Eugenio Manuel, defensora social de los pueblos indígenas Me´phaa, en Barranca de Guadalupe, Guerrero.
Otilia es una persona sencilla, del pueblo, que ha sufrido en carne propia la prepotencia y abuso de autoridad de las fuerzas del orden, durante los gobiernos neoliberales.
Es además una luchadora que trabaja en contra del maltrato a la mujer.
Ha sido secuestrada, golpeada y amenazada, intentando callar su voz que únicamente reclama justicia y libertad.
Otilia no habla bien el español, idioma que le fue impuesto por los dueños de la casa en la que vivió y sirvió un tiempo, en su afán por seguir sus estudios de secundaria.
Esta luchadora social nos narra cómo la atención a indígenas, se distingue por las maneras groseras y en ocasiones agresivas, usadas por los funcionarios públicos.
Nos habla de programas de esterilización forzosa, dirigidos a las comunidades indígenas.
Cuenta como el personal del ejército, llegaba a los pueblos indígenas con prepotencia, matando animales de granja, golpeando a la gente y violando mujeres.
Nadie se quejaba, porque la autoridad era parcial y nunca daba la razón al indígena.
Este México rezagado, injusto, violento y criminal, fue obra de los gobiernos neoliberales, que empobrecieron al grueso de la sociedad y dejaron en total desamparo a las comunidades indígenas.
Ahí está su obra.
Otilia Eugenio Manuel, indígena de la comunidad Me´phaa, nos dice que tiene confianza en el actual gobierno del cambio. Que hay confianza en su comunidad en la palabra de López Obrador. Por eso acepta el premio que se le otorga.
A pesar de la constante exigencia de los grupos conservadores, para que las fuerzas armadas retomen la estrategia de enfrentamiento letal, en su actuación cotidiana, la Cuarta Transformación, por voz del presidente de la república, reitera que “nunca más” ejército y marina serán empleados como órganos represores y violadores de derechos humanos.
La polarización de la que tanto hablan los conservadores, existe realmente. Pero tiene las características descritas.
Por una lado, un pequeño grupo de resentidos sociales, que pelean por revivir sus privilegios de clase.
Por el otro, una sociedad cohesionada, informada y combativa, que no va a dejar a los neoliberales regresar al poder.
El cambio que vive el país, es sano y hay que defenderlo.
No podemos aceptar el regreso de una clase política y empresarial, que desea el poder, no para beneficio de todos los mexicanos, sino para consolidar sus fortunas particulares.
Es lamentable escuchar testimonios como el de Otilia Eugenio Manuel, que da cuenta de la forma de vida en nuestras comunidades indígenas.
La visión de México que tiene Gustavo de Hoyos Walther, representante de los grupos reaccionarios, es totalmente distinta a la que nos presentó hoy, Otilia Eugenio.
La polarización como hemos dicho, existe, pero la mayoría de los mexicanos estamos apoyando al polo correcto.
Solo unos cuantos creen posible el regreso del neoliberalismo al poder.
Eso no va a pasar.
Malthus Gamba