Los medios extranjeros parecen estar muy ‘preocupados’ por nuestro bien
Estamos viendo un fenómeno de comunicación bastante peculiar, protagonizado por la súbita preocupación que parece estar surgiendo como por arte de magia, de parte de los medios extranjeros hacia distintos asuntos de la vida pública de México, sobre los cuales rara vez llegaban a opinar en el pasado.
Antes de las elecciones del 6 de junio, como si fueran hongos, empezaron a brotar artículos y editoriales en medios extranjeros como el Wall Street Journal, Le Monde, The Economist y otros, advirtiendo sobre el enorme peligro que corría nuestro país si la desorientada población votaba para seguir apoyando el avance de la 4ª Transformación.
Era muy divertido observar cómo así de la nada y de nuevo, varios medios internacionales coincidían en intentar influir en el voto de los mexicanos. ¿De donde salió ese interés intempestivo y urgente? Como acostumbra decir el Presidente López Obrador, ¿De parte de quién?
Siguiendo con este interés inexplicable, una semana después de las elecciones el New York Times, con un director editorial al frente de la sección para América Latina, que fue empleado de Claudio X González en el pasado, publicó un reportaje muy mal fundamentado sobre el desplome de la línea 12 del Metro.
Es ridículo que un periódico neoyorkino, que hasta la fecha no ha logrado explicar con claridad lo que pasó hace 20 años en su propia ciudad, cuando colapsaron 3 edificios, entre ellos las Torres Gemelas, donde murieron más de 3 mil personas, trate de desinformar sobre las causas del accidente en la capital mexicana.
Esta semana Bloomberg, otro medio americano que no se distingue por su altruismo, publica otro artículo también sin fundamento y con información falsa, en el que se preocupa por el daño que podría estar causando el programa Sembrando Vida, que por cierto es el programa de reforestación más grande del mundo.
Hay que recordar que este medio, en sociedad con el periódico El Financiero, recibió un crédito del gobierno de México en el sexenio pasado, por 80 millones de dólares que no podría pagar, que tuvo que reestructurar con Bancomext por 120 millones de dólares y que todavía debe al día de hoy. Entonces no se preocupaban por ninguna de las acciones del gobierno de México y mucho menos por externar una opinión que las cuestionara. Su silencio cómplice nos costó 120 millones de dólares que todavía nos deben a los mexicanos.
Aunque suene absurdo, parecería que algunos reporteros cómodamente instalados en sus oficinas de ciudades como Nueva York, Londres, París o Frankfurt, creen que saben mejor que nosotros lo que nos conviene a la hora de emitir un voto, o que tienen más información de la que recibimos los ciudadanos mexicanos todos los días de parte del gobierno para conformar nuestro criterio.
Afortunadamente en el pasado proceso electoral los ciudadanos tomamos nuestra decisión libremente, a pesar de los deseos o intereses de los que pagan a esos reporteros para que nos traten de convencer de lo que nos conviene; porque quienes vamos a tener que vivir con las consecuencias de nuestras decisiones somos nosotros.
Seguramente, mientras aquellos que perdieron sus privilegios y que todavía están dispuestos a mal gastar su dinero para que unos cuántos reporteros extranjeros y algunos opinadores mexicanos de poca monta, nos digan lo debemos hacer con nuestras vidas, continuaremos viendo este tipo de artículos y editoriales. Por lo pronto los mexicanos ya decidimos que la 4ª Transformación de la vida pública de México siga avanzando.
Como dijo el poeta griego Sófocles: “Quien no haya sufrido lo que yo, que no me de consejos”.