La transformación no será fácil, no podemos ceder ni un centímetro a la desesperanza
Por: @AlamBeav
Maquiavelo decía que: “Todo aquel que desee saber qué ocurrirá, debe examinar qué ha ocurrido: todas las cosas de este mundo, en cualquier época, tienen su réplica en la Antigüedad”.
En el México de la post Revolución, el presidente Francisco I. Madero, buscó la reconciliación con los miembros que quedaban del régimen porfirista, sin darse cuenta de que sería su más grande error y que llevaría a su posterior asesinato.
En las calles de Chile en 1971, mujeres de clase media-alta protestaron contra el gobierno de Salvador Allende, después vendría el boicot de las empresas transportistas, la escases de alimentos y finalmente, ante el intento de acabar con el apoyo popular que tenía el Dr. Allende, se optó por el golpe militar. Todo esto promovido y apoyado por los Estados Unidos, que veían como perdían el control de su principal proveedor de cobre.
En el México de la 4ta transformación, la debilitada oposición, ha buscado menguar la popularidad del presidente a través de calumnias y tergiversación de la información; al mismo tiempo que han promovido fallidas marchas para pedir la renuncia del mandatario e incluso, un “juicio político”.
A pesar de esto, la aprobación de López Obrador se encuentra por arriba del 70% según el periódico Reforma, intentar quitar del poder a un mandatario con estos índices de popularidad desatarían protestas populares de gran tamaño, aún mayores que las que impidieron en 2004, que AMLO fuera desaforado.
Ante este escenario, la derecha ha buscado reestructurarse, pues al parecer en estos momentos se encuentra fuertemente dividida, sin un líder visiblemente fuerte. Ante esta situación el gobierno de López Obrador busca acabar con los intereses creados y quienes serán los principales opositores a su proyecto.
Para esto optó como primera medida, acabar con el millonario robo a Pemex, que significa según versiones de la periodista Ana Lilia Pérez, una millonaria cantidad de recursos para políticos y empresarios que se han beneficiado del saqueo a la paraestatal.
Y es que, la principal empresa del país sigue siendo un botín económico que se encuentra en manos de un prominente priista, Carlos Romero Deschamps, líder del sindicato, quien es acusado de enriquecimiento ilícito y que mantiene un poder que paralizaría la economía del país, si se buscara detenerlo de inmediato.
No es casualidad, que su abogado Juan Collado, fuera detenido mientras comía con el líder petrolero, y es que, Collado es el representante de lo que AMLO ha llamado “la mafia del poder”, pues este abogado ha trabajado para Carlos y Raúl Salinas, el “jefe” Diego, Peña Nieto, entre otros.
Las investigaciones por las cuales Collado fue sometido detenido, involucran a los expresidentes Carlos Salinas y Peña Nieto, este ultimo también mencionado por el abogado del ex secretario de Pemex, Emilio Lozoya, quien actualmente tiene vigente una orden de aprehensión.
Otro ex presidente, Felipe Calderón, ha sido señalado por ser la mano detrás de las protestas de la Policía Federal, una corporación encumbrada durante su gobierno y que cuenta con fuertes señalamientos de corrupción y relación con bandas del crimen organizado.
Esto es considerado por el analista y docente universitario, Carlos Fazio, como la antesala de una guerra de baja intensidad, que busca derrocar al gobierno de López Obrador. Y es que, estos grupos pertenecientes a la ultraderecha, cuentan con el apoyo del gran capital, quienes no ven con buenos ojos las políticas del actual gobierno.
Es por ello, que el FMI ha sido un gran crítico de la política implementadas por López Obrador, asegurando que la economía del país tendrá un crecimiento mediocre. No hay que dejar a un lado que este organismo financiero es quien durante toda la época neoliberal dicto sus recetas que ordenaban principalmente más privatizaciones y menor inversión a políticas sociales.
Y no hay que olvidar que, en 1989, Nicolae Ceausescu, presidente de Rumania, logró pagar la deuda que su país tenía con el FMI, y emitió una ley que impedía que en el futuro, el gobierno rumano contratar prestamos externos, para que de esta manera ningún organismo dictara las políticas del país.
Cabe agregar, que el presidente López Obrador declaró en su “mañanera” del 23 de julio, que:
“El FMI no decidirá más sobre la agenda de México”.
La transformación no será fácil, pero no podemos ceder ni un centímetro ante la desesperanza.