La 4ta Transformación se encuentra en medio de una encrucijada. Por una parte debe de hacerle justicia a las mujeres quienes han sufrido por décadas una represión y abuso por parte del patriarcado.
Debe de detener el avance de la violencia de género, las violaciones y el feminicidio, que aterra diariamente a las mujeres de este país.
Sin embargo, las escenas de violencia en las manifestaciones “feministas”, nunca habían sido tan violentas como se han visto desde la llegada de la actual administración de la CdMx y del Gobierno Federal.
Sin capacidad de actuación, el gobierno de Claudia Sheinbaum, ha decidido simplemente a contener las agresiones de bombas molotov, martillos y palos; con extinguidores y escudos de plástico.
Pese a ello miembros de la derecha han acusado de “represión”; en su cinismo e hipocresía, políticos del conservador Partido Acción Nacional (PAN), Jorge Triana, señaló: “Ningún cambio, misma represión, pero más hipócrita”.
El partido que sus legisladores buscaban “al padrote” de una mujer o que en sus fiestas llevaban a mujeres para saciar sus instintos sexuales, hoy se dicen defensores de ellas.
Periodistas como Joaquín López Doriga, que hace unos años calló por las violaciones contra las mujeres de Atenco, hoy “alza” la voz por las mujeres.
Al tiempo, las evidencias han salido a la luz de que empresarios han impulsado algunas manifestaciones. Como Raúl Beyruti Sánchez, de GINgroup, empresa señalada como facturera, fomentando la toma violenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
O que decir de la priista Xóchitl Fuentes, quien es señalada de comprar a falsas “feministas” para realizar actos vandálicos, con dinero de FEMSA. Empresa de Antonio Fernández Carbajal “El Diablo”, quien hace un par de meses se dijo dispuesto a “invertir” miles de millones de pesos para sacar a López Obrador de la presidencia.
El Estado de derecho ha quedado soslayado en estos casos, pues al menor intento de la aplicación de la ley, los medios y políticos que antes callaban, hoy se dicen “amigos” y “defensores” de las mujeres (menos de sus libertades).
El movimiento que sólo pudo ser detenido por la pandemia, ha retornado y busca poner en jaque a la 4Ta Transformación. Es la aplicación de lo que el politólogo estadounidense Gene Sharp llamaba: el golpe blando.
El cual busca la desestabilización o derrocamiento de los gobiernos, realizado a través de mecanismos aparentemente legales, como es el caso de la legitima demanda de las mujeres. Lo que causa duda, es que, en el Estado de México, epicentro del terror para las mujeres, al gobernador Del Mazo, no se le toca.
Irónicamente, mientras los medios cuestionaban a Sheinbaum por la “represión”, en redes sociales hordas de bots, impulsaban el #EdomexFuerte, donde destacaban la “ayuda” del gobernador ausente hacía las mujeres.
Pese a que nunca en la historia reciente de México, había habido un gobierno tan atento a las problemáticas del país. Es a quien se le cuestiona por su actuar, acusándolo de “ajeno” y “machista”.
“La hoguera fuera de control” como lo señaló la periodista Blanche Petrich, será quizás la punta de lanza realmente efectiva de la derecha contra la actual administración. Misma que pese a su buena voluntad, no podrá apaciguar el enojo arraigado por los años, pese a que se ofrezca la mano amiga, tal como se le ha ofrecido a otros grupos afectados por el antiguo régimen.