‘Fake News’, guerra sucia, valores y verdades: La urgente tarea popular de vigilar y regular la acción de los medios
“Creo que para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser un buen hombre o una buena mujer…las malas personas no pueden ser buenos periodistas”. Ryzsard Kapuscinski
Por: Patricia Barba Ávila
@Patyseti2022
A raíz de la inclusión en las mañaneras de la sección “Quién es quién en las mentiras de la semana” los rasgados de vestiduras y alaridos histéricos de los vendedores de mentiras e hipocresía hacen sumamente relevante lo expresado por uno de los periodistas más respetados a nivel mundial: Ryzsard Kapuscinski, a quien estaré citando justamente porque puso el dedo donde todos aquéllos que aspiran a comunicar deben colocarlo: la conciencia, la ética y el respeto absoluto que deben profesar no sólo por sí mismos sino por aquéllos que escucharán y/o leerán sus noticias, análisis y comentarios.
Por décadas los medios controlados por las empresas transnacionales se han dedicado a difamar, distorsionar y mentir con todo descaro encubriendo regímenes violadores de todos los derechos humanos.
Por ejemplo, desde que en 2018 llegó a la Presidencia Andrés Manuel López Obrador, la prensa carroñera y resentida por la pérdida de privilegios, ha desatado una andanada de mentiras y distorsiones contra el primer gobierno soberano en el Siglo 21 en México, arrastrando la tarea de informar a la sociedad a niveles inéditos de inmoralidad y cinismo que los ciudadanos tenemos la obligación de erradicar porque, como lo he expresado en otras ocasiones, el contar con una información precisa y verídica es una herramienta fundamental para el desarrollo equilibrado y sano en el ámbito personal e igualitario en el terreno social y por ello se torna en un derecho inalienable que hay que defender a toda costa.
En virtud de lo anterior estoy convencida de que los ciudadanos en cada país del mundo tendríamos que empezar a monitorear más continua y estrechamente la actuación de medios que por depender económicamente de rapaces e insaciables élites transnacionales lógicamente defienden sus intereses que, por supuesto, son contrarios al bienestar popular. Adicionalmente, podríamos empezar a promover el enjuiciamiento de empresas y periodistas con inmensa responsabilidad en el encubrimiento de crímenes de lesa humanidad y ataques contra gobiernos de corte popular y realmente democrático como ha ocurrido y sigue sucediendo con naciones soberanas como Cuba, Venezuela, Bolivia, Brasil, México y otros países del mundo con gobiernos de corte popular.
Como hemos venido constatando, de manera desvergonzada estos medios de desinformación sometidos y controlados por los explotadores de siempre, se han acogido oportunistamente al derecho inalienable a la libertad de expresión; sin embargo hay que dejar muy en claro que lo que ellos ejercen no es este derecho sino un libertinaje irresponsable y criminal que ha justificado corruptelas, saqueo, impunidad, masacres, invasiones, golpes de estado militares y “suaves” a través del famoso lawfare que incluye el financiamiento ilegal e ilegítimo de ONG’s y otros agentes golpistas por parte de gobiernos extranjeros, específicamente el norteamericano a través de sus agencias como la NED (National Endowment for Democracy) y la USAID (United States Agency for International Development).
Un ejemplo paradigmático de organizaciones financiadas por estas agencias y que supuestamente defienden al “periodismo independiente” es Artículo 19 que se ha dedicado a hacer pública su condena a los esfuerzos de gobiernos democrática y legítimamente elegidos para desmentir infundios y distorsiones, tachándolos de “represión” y “violación a su libertad de expresión”.
Vaya manera de querer encubrir sus mentiras y protegerlas del escrutinio público pegando de alaridos y haciéndose las víctimas, como si ignorásemos que históricamente, los poderes fácticos locales en colusión con los que dominan dentro de los E.U., principalmente, han tomado banderas como la “democracia”, la “defensa de los derechos humanos”, la “lucha contra el terrorismo”, etc, para explotar, saquear, invadir, intervenir y robarse los recursos de los pueblos. Lo que parece no quedarles claro a agentes como Artículo 19 y Reporteros sin fronteras, por nombrar a un par de ellos, es que ya los ciudadanos no nos tragamos sus mentiras y distorsiones y que cada vez más nuestro sentido de alerta se incrementa y nuestro repudio por estas actuaciones contrarias a la auténtica democracia que no es otra cosa que el poder del pueblo.
Tal como lo acaba de expresar con toda claridad el Presidente de México en respuesta a una pregunta tendenciosa de la canalla mediática mexicana, sincronizada con la extranjera, en relación con los recientes disturbios patrocinados y organizados desde el imperio contra el gobierno soberano de Cuba, es que lo más humanitario que debe hacerse es suspender el inmoral bloqueo que por 60 años el indefendible desgobierno norteamericano ha mantenido pese a varias votaciones que en momentos distintos se han registrado en la ONU a favor de levantar ese bloqueo infame que fue impuesto para ahogar y hacer fracasar la Revolución Cubana. Y lo mismo podemos decir de Venezuela que posee la reserva petrolera más grande del planeta y esa es la principal razón para la guerra ininterrumpida que en todas las modalidades ha sido desatada contra esa hermana nación sudamericana.
Varios de los principales exponentes de las luchas de emancipación en las distintas naciones han promovido la creación de medios totalmente independientes de las élites que históricamente han depredado las riquezas de los pueblos. Por ello en 1959 se fundó Prensa Latina a instancias de Jorge Ricardo Masetti, periodista y guerrillero argentino. Otros medios y agencias fueron emergiendo; por ejemplo, en 2005 y con el apoyo del gobierno del Comandante Hugo Chávez nació Telesur, entre otras agencias que no han olvidado que su principal compromiso es con la ética y la obligación de entregar a los ciudadanos noticias apegadas a la verdad y análisis honestos y sin distorsiones.
Finalizo esta reflexión citando nuevamente lo que escribió Ryzsard Kapuscinski en su libro “Los cínicos no sirven para este oficio” publicado en 2006: “si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias y convertirse inmediatamente en parte de su destino. Es una cualidad que en sicología se denomina ‘empatía’. Con ella se puede comprender el carácter del interlocutor y compartir en forma natural y sincera el destino y problemas de los demás”.
Sin duda alguna, para que los ideales de Kapuscinski se cristalicen en una realidad, lo que tendría que ocurrir como resultado de la acción directa de los ciudadanos, es la absoluta independencia del periodismo de los poderes fácticos y dejar de ser empresas que “venden” la información como una mercancía en lugar de considerarla un derecho inalienable de la sociedad.
“Vamos a crear una nueva corriente de pensamiento”. Andrés Manuel López Obrador