El fraude llamado México Libre
¿De verdad queremos a México Libre en una futura boleta electoral?
Esta posibilidad queda abierta, de acuerdo a lo manifestado por el presiente López Obrador el día de hoy.
“Ustedes saben lo que opino de ese instituto” agregó el presidente. Hace unos días, el titular del ejecutivo calificó de “palero” al INE, rememorando los numerosos fraudes electorales que vivimos los mexicanos durante el periodo neoliberal.
Sabemos que el INE no es en ningún modo un organismo confiable. Actualmente está dirigido por una camarilla conformada por incondicionales de los grupos políticos y económicos neoliberales. Responden a esos intereses.
Su imparcialidad es ficticia y es evidente que una de sus encomiendas prioritarias, a favor de la derecha, es otorgar el registro como partido político, a la agrupación México Libre que promueve el expresidente Felipe Calderón.
Sobre todo esto, hay cosas que precisar.
López Obrador comentó en la conferencia de este día, que una de las finalidades de “las mañaneras”, es fomentar el debate sobre cuestiones relacionadas con el quehacer político y ciudadano.
El presidente abre este foro, con el fin de que la sociedad se exprese y sea escuchada. El debate implica puntos de vista diferentes, pero no necesariamente encontrados.
Y el caso de México Libre se presta particularmente para exponer puntos de vista distintos.
López Obrador nos dice hoy que, como titular del poder ejecutivo, no ve inconveniente alguno para que se otorgue el registro al partido político México Libre.
Nos dice que en una democracia, son preferibles las voces organizadas que se agrupan para participar en cuestiones políticas, siguiendo los lineamientos que marca la ley, a las agrupaciones clandestinas, que utilizan la violencia para lograr sus fines.
En un país tan violento como lo es México en este momento, se entiende un razonamiento de esta naturaleza.
La sociedad mexicana está cansada de la brutalidad desatada durante el periodo neoliberal. Desea recuperar la paz de otros tiempos y por lo mismo, apoya decididamente el proyecto de Cuarta Transformación.
Pero el planteamiento del presidente es solo parcialmente correcto. Si no hubieran surgido con fuerza a lo largo de nuestra historia, grupos clandestinos opuestos a los gobiernos conservadores de otros tiempos, no hubiéramos tenido independencia, reforma y revolución.
Cuando en México, las instituciones del Estado han sido secuestradas por los grupos de poder, la presencia de movimientos revolucionarios, que inician siempre con acciones clandestinas, han sacado adelante al país, aunque en el curso de estas luchas, pierdan la vida quienes impulsaron en su origen, la batalla por la reivindicación social.
La Cuarta Transformación es un caso especial, que nace y se mueve en la esfera de la lucha partidista-electoral.
Por situaciones muy peculiares que aún están pendientes de un análisis profundo, el neoliberalismo entrega el poder a quien democráticamente ganó en las urnas.
No hay balas, ni ejércitos de por medio. La transición se da de una manera tersa.
Y es precisamente esta forma pacífica para recuperar nuestra democracia, la que nos obliga a defenderla diariamente.
Todos los mexicanos conocemos el pasado oscuro y siniestro de Felipe Calderón. Sabemos que su secretario de seguridad pública, se encuentra preso en cárceles de la Unión Americana.
Conocemos su propensión a la violencia para dar solución a los problemas del país.
Por boca de Vicente Fox, su antecesor en la titularidad del poder ejecutivo, sabemos que Felipe Calderón llega al poder mediante un fraude descarado, impulsado desde la misma presidencia de la república.
Sabemos de sus intenciones para colocar a su esposa al frente del gobierno del país, durante las pasadas elecciones.
Es claro que Felipe Calderón es responsable directo de miles de muertes ocasionadas por su estúpida guerra en contra del crimen organizado.
Es evidente también que las faltas cometidas por Genaro García Luna, al concretar un acuerdo mafioso con el cártel de Sinaloa, son compartidas por Felipe Calderón, en su calidad de jefe inmediato.
Después de estar en conocimiento de todo lo anterior, nosotros como mexicanos ¿estamos dispuestos a que el partido político que está impulsando Felipe Calderón, reciba el aval para participar nuevamente en la vida política del país?
Cuando el presidente habla de ciudadanos que por vocación democrática se organizan para impulsar una agenda que puede ser de beneficio para la nación, no puede estarse refiriendo a la asociación creada por Felipe Calderón.
La intención del expresidente es recupera un poder, que sirvió en el pasado para impulsar el saqueo generalizado de los recursos de nuestro país.
Un poder utilizado para enriquecer a un pequeño grupo de privilegiados, a costa de la pobreza, el hambre y la muerte de millones.
México Libre representa hoy en día, toda esa suciedad.
Es el intento por restaurar un orden político-económico que ha demostrado ser dañino en extremo.
Es entendible que el presidente López Obrador no pueda manifestarse abiertamente en contra de la participación de alguna fuerza política naciente.
Pero eso no implica que la autoridad electoral, por “palera” y servil que sea, tenga autorización del gobierno para burlar la legislación vigente y otorgar el registro a una agrupación que presentará con toda seguridad, documentación viciada.
La compra de firmas para el registro de México Libre, fue evidente.
Las asambleas que no cumplieron con el quórum establecido fueron muchas y has material gráfico que comprueba ambos hechos.
Felipe Calderón ha sido mentiroso, violento y deshonesto durante toda su trayectoria política y no va a cambiar al final de la misma.
México Libre puede constituirse en el huevo de la serpiente que en el futuro próximo, eche por tierra, si por mala suerte accede al poder, todo el trabajo de reconstrucción que lleva a cabo la Cuarta Transformación.
El fraude y la compra de conciencias pueden llevar nuevamente al país al desastre neoliberal que creíamos superado.
México Libre aún no tiene registro.
Hay que analizar con lupa toda la documentación que presente.
El INE debe ser presionado al máximo por la sociedad mexicana, para que la verificación de requisitos sea transparente y pública.
Nos corresponde a todos, como sociedad, impedir que el huevo de la serpiente incube en el confortable nido que pudiera estarle preparando un organismo “palero”, como lo ha sido hasta ahora el Instituto Nacional Electoral.
De ningún modo podemos permitir que se otorgue el registro a la tramposa organización de Felipe Calderón.
Malthus Gamba