Todos sabíamos que la contienda en la que Morena seleccionaría un candidato para competir en la elección presidencial del 2024, tenía que ser un proceso complicado y de lucha intensa, porque suponíamos que la oposición con los criminales que la integran, son capaces de todo, como lo estamos viendo ya en los sabotajes del Metro, y esperamos muchas cosas similares antes de ese proceso.
Lo que nunca imaginamos es que antes de la encuesta, la misma gente de izquierda fuera a comportarse como lo hacen los peores ejemplares de la derecha, descalificando, insultando, tergiversando la realidad y haciendo gala de actitudes fachas similares a las que vemos en las redes sociales con los opositores.
Tampoco esperábamos que el mismo aparato electoral de izquierda intentara cargar los dados hacia uno u otro precandidato de los tres actuales punteros del proceso, que por las evidencias que van saliendo a la luz, ya está sucediendo.
Aparentemente la consciencia política no alcanza para percibir que lo verdaderamente importante, es llevar adelante el proceso de transformación, sin importar cual de los los 3 precandidatos punteros lo encabece, ya que cualquiera de ellos puede hacerlo eficientemente, ganando primero la presidencia y la mayoría en el congreso. Pero algunos prefieren anteponer sus pequeños intereses mezquinos para que gane el precandidatos que más les conviene a ellos, aunque desencadenen una pelea dentro del bloque de izquierda que debería ser un frente sólido contra los criminales del PRI, PAN, PRD y Movimiento ciudadano.
Desafortunadamente, así como se encuentran miles de folletos en contra de Claudia Sheinbaum en la alcaldía Cuauhtémoc, se encuentran grupitos de simpatizantes de izquierda medio desnucados, liderados como zombis por algún empleadillo menor del gobierno de la ciudad que busca conservar su sueldito, no solamente apoyándola, sino comportándose como alumnos bien entrenados de Alazraki, Ferriz o Loret de Mola, insultando y amenazando a los que no la apoyan.
Flaco favor le hacen a la jefa de gobierno, actuando como si ella no tuviera los méritos suficientes para ganar la encuesta con base en el gran trabajo que ha realizado en la ciudad de México, que garantiza con creces que la gente vote por ella, sin necesidad de comportarse como priistas en el corporativismo más puro. Lo único que están logrando, es que los que tienen duda en apoyarla, lleguen a la certeza de no hacerlo por la falta de inteligencia con la que actúan sus grupitos de simpatizantes fanatizados, que injustificadamente siguen la motivación de algunos con intereses personales.
Por desgracia, gane quien gane la encuesta, va a tener que operarse un período de conciliación entre los grupos de izquierda que hoy apoyan a alguno de los candidatos una vez que esto termine, e incluso una entre los tres precandidatos que no están siendo tratados en forma equitativa.
El verdadero problema estriba en que realmente se produzcan fracturas que terminen por ser lo suficientemente profundas como para no poderse resanar en tiempo y forma, aunque la izquierda termine por ganar la presidencia a pesar de todos estos inconscientes, es posible que se pierda la mayoría en el congreso, con lo que ya podemos despedirnos de la 4ª transformación, todo por la falta de valores de unos cuantos ambiciosos.
Como dijo el autor gallego Nicholas Wells: “En un mundo sin valores el camino correcto no existe, pues el destino final será el mismo para todos”.
