Corral y el PAN ponen en riesgo la soberanía
Al inicio del conflicto en la presa “La Boquilla”, en el estado de Chihuahua, señalamos que tenía evidentes tintes políticos debido a la intervención directa de personajes con intenciones electorales tanto federales como locales; y no nos equivocamos.
Muy lejos del sentido que quieren hacer creer de defensa de los derechos de los agricultores, Gustavo Madero, como principal instigador del conflicto y pretendiente a la gubernatura de ese estado, agrupó a supuestos líderes agricultores que en realidad son grandes nogaleros y cebolleros largamente beneficiados por el indebido, injusto y abusivo reparto del vital líquido, sumándose autoridades locales con los más diversos compromisos privados que cumplir a quienes apoyaron o apoyarán sus candidaturas.
Javier Corral, gobernador de la entidad, decidió abonar al conflicto, en lugar de buscarle solución, debido a su pretensión de ser candidato a la presidencia de la república en 2024, haciendo grandilocuentes y explosivas declaraciones tendientes a confundir y tergiversar los términos y condiciones del Tratado de Agua signado en 1944.
No conformes con esto, la recién formada “Alianza Federalista”, conformada principalmente por gobernadores panistas y uno que otro opositor a la cuarta transformación, manifestaron su apoyo a Corral basados en una interpretación, digamos “muy libre” de dicho tratado.
Y es que, a diferencia de lo que estos políticos en campaña nos quieren hacer creer, el cumplimiento del tratado es obligatorio para México en este año, pues se trata de un fin de quinquenio establecido en el mismo, momento en que se deben saldar las deudas sin posibilidad de obtener un plazo, además de que atender este convenio internacional no depende solamente del ejecutivo mexicano, sino que habría que renegociar los ampliamente favorables términos para nuestro país detallados en el documento.
Estos personajes tratan de engañar expresando que el presidente “se niega a escuchar y aceptar las propuestas” planteadas, como si se tratara de un capricho y no de una cuestión de grandes y graves consecuencias para nuestra nación. Peor aún: presentan propuestas que tienen como premisa incumplir el compromiso contraído con el vecino país del norte, sin importarles los nefastos resultados que esto acarrearía para toda la población.
Javier Corral haciendo honor al que parece el comportamiento generalizado dentro de su partido, avienta la piedra y esconde la mano, pues condiciona el dialogo con el ejecutivo a que este último acepte sin cortapisas no honrar el multicitado Tratado De Aguas y, al no ser aceptada esta condición por el presidente, bloquea el diálogo, pero acusa tramposamente a la federación de negarse a éste.
Como claramente se puede ver, el conflicto en “La Boquilla” nada tiene que ver con los derechos de los empobrecidos agricultores chihuahuenses, sino con ambiciones electorales de mezquinos y ególatras políticos de la muy disminuida oposición que, a falta de convicciones ideológicas y de propuestas serias, se ven obligados a ondear falsas banderas de legítimos movimientos y reclamos sociales, como la causa feminista, la lucha contra la pandemia, la pacificación del país y ahora, el agua que, por cierto CONAGUA ha garantizado por completo para todas las concesiones ya determinadas. Aprovechando esta circunstancia, los grandes productores nogaleros, los cebolleros y la oligarquía local están intentando recobrar las corruptas ventajas que anteriores gobiernos les otorgaban y les permitieron amasar ingentes fortunas.
A ninguno de los actores que montaron con mentiras y engaños este conflicto les importa en absoluto las consecuencias internacionales que nuestro país pueda tener y hasta quizá lo deseen así, para tener otro tema para atacar arteramente el sano desarrollo de nuestra nación, ya que sólo les interesa la acumulación personal de poder y dinero y no el bienestar común.