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Calderón: El verdadero peligro para México
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Calderón: El verdadero peligro para México

Ayer, Twitter fue testigo de una batalla intensa, entre las hordas de bots, pagadas por Felipe Calderón, conservadores desesperados que buscan un liderazgo salvador y empresarios que no terminan de aceptar que, los grandes negocios que se hacían en el pasado, con la colaboración de los corruptos gobiernos neoliberales, terminaron.

Ese pequeño ejército, nutrido en mucho por cuentas automatizadas, logró colocar como tendencia, una etiqueta en favor del apoyo ficticio que brinda Calderón, al reducido grupo de federales amotinados, en defensa de prestaciones y derechos, que nadie pretende retirarles.

La otra fuerza en Twitter, opositora a Calderón, estuvo conformada por miles de ciudadanos activos, que lograron colocar seis etiquetas como tendencias nacionales, desaprobando al grupo de la policía federal inconforme y a Felipe Calderón. Su apoyo, fue para el gobierno del presidente López Obrador.

Aquí, de acuerdo a los primeros estudios demoscópicos presentados, no es apreciable una significativa cantidad de cuentas robotizadas. La conversación orgánica es apreciable.

Esto nos da un panorama claro de lo que está sucediendo en el país en este momento.

Los conservadores que aún defienden un proyecto neoliberal, que ya fue abandonado por las grandes potencias mundiales, están trabajando en Facebook y Twitter preferentemente, para crear un escenario artificial, en el que uno de sus exponentes aparezca ante los ojos de la sociedad, como líder de opinión y capitán de los ejércitos conservadores.

Necesitan con urgencia a alguien que enfrente a López Obrador, con alguna posibilidad. Por desgracia, no cuentan con caras nuevas, o limpias, que puedan presentar con decoro. El PAN, el PRI y el PRD, no prepararon cuadros políticos, para enfrentar una crisis como la que viven hoy en día.

¿Por quién optar entonces?

Pues por quien ha demostrado ser un adicto al poder político y a los beneficios económicos que pueden conseguirse, cuando se carece de escrúpulos y honestidad.

Es ahí donde aparece Felipe Calderón.

Desde sus inicios, Calderón demostró que lo único importante en su vida, es él mismo. Nadie más importa.

Las traiciones a lo largo de su carrera, son innumerables, pero destaca aquella de que fue objeto su maestro y guía político, Carlos Castillo Peraza.

En una carta personal, que se hizo pública, Castillo Peraza califica a Felipe como “inescrupuloso, mezquino y desleal a principios y personas”. El maestro conoció la verdadera personalidad de su alumno, demasiado tarde. Lo mismo sucedió con la afición que desarrolló Calderón desde muy temprano: “Ahora tengo que añadirte que me pareció desconsiderado de tu parte no haber acudido a la cita de anoche, sin siquiera haber avisado, y que me dolió y preocupó haberme enterado por boca de subalternos menores que el presidente del partido salió de la oficina ‘muy bien servido”, dice en otra carta, Castillo Peraza.

Las andanzas de Calderón, son bien conocidas por la sociedad mexicana.

Fue presidente del país, gracias a un fraude descarado, que le colocó el mote de “espurio”, a partir del primer día de su mandato.

Desató una guerra contra la delincuencia organizada, sin plan bien definido, que derivó en la muerte de cientos de miles de mexicanos, atrapados en un conflicto que no tenía razón de ser.

Con todo y sus errores, la ambición de poder que padece no cesa. Ha intentado colocar a su esposa Margarita como candidata a la presidencia de la república, con resultados desastrosos. No hay apoyo social para cualquiera que lleve los apellidos Calderón-Zavala.

Durante los últimos meses, ha preparado la plataforma de otro partido político, que le permita continuar en la vida pública por más tiempo. Tampoco la respuesta de los ciudadanos le ha sido favorable.

Esta pequeña coyuntura que prepararon los conservadores, para manipular una protesta, quizá en principio legítima, por parte de la policía judicial, es la última carta que se juega.

Manipular al pequeño grupo disidente fue siempre su objetivo. Pero quería hacerlo desde las sombras y no se pudo. Alguien habló de más y Calderón se quita la máscara y dice defender los derechos de estos policías.

Recordemos lo que dijo Castillo Peraza: “…desleal a principios y personas”.

Para Felipe, los federales son carne de cañón, útiles para sus fines y desechables, una vez cumplido su propósito.

Lo que Calderón pretende es ser considerado como el líder indiscutible de la causa conservadora. Ser arropado por los neoliberales en desgracia, para conseguir apoyo económico y político, empujando así, a su nuevo partido.

Los reflectores le son indispensables en este momento. Solo así llegará el apoyo.

Al parecer, a los reaccionarios no les disgusta mucho este plan. Prueba de ellos es que sus comentócratas, intelectuales, empresarios y voceros, se unieron ayer para atacar al presidente López Obrador, usando como bandera la causa de los policías federales.

Una jugada que creyeron, sumamente brillante.

¿Pero qué se encontraron en el camino?

Una roca sólida en redes sociales, que les demostró el repudió existente contra todo lo que suene a neoliberalismo, corrupción y violencia.

Sin necesidad de bots y trolls, el pueblo de México participó activamente en las redes, apoyando a la Cuarta Transformación y a su proyecto de cambio.

La gente entiende hoy en día, que los cambios traen siempre problemas, pero que es necesario pasar por esa etapa de desajuste, para alcanzar la meta deseada.

La confianza en el presidente es enorme y el rechazo a quienes intentan con métodos violentos recuperar el poder, es también muy grande.

El pensamiento de Eduardo Galeano con que inicia este texto, ejemplifica bien el momento que vivimos:

Hay actualmente en el país, un grupo pequeño de indignos, que quiere descarrilar a la Cuarta Transformación, para beneficio propio.

Hay también una población indignada, por toda la violencia, pobreza, corrupción y abandono, que sembró durante treinta y seis años, ese pequeño grupo de indignos.

Cada ciudadano, cada mexicano, debe pensar en este momento de qué lado de la Historia quiere o puede estar.

Los conservadores, con Felipe Calderón a la cabeza, son una opción.

Millones de mexicanos apoyando a su presidente y a la Cuarta Transformación, son la otra alternativa.

Que cada quien lo piense serenamente y elija.

Algo que da confianza en el futuro de nuestra sociedad, es una frase de López Obrador al respecto:  “el pueblo de México es mucha pieza”.

Y eso, lo estamos demostrando a diario.

 

Malthus Gamba

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