LUCHANDO POR PRIVILEGIOS
A partir del 2018, hemos visto una batalla sostenida, intensa, a nivel político y mediático, entre quienes impulsan un cambio profundo en el país y aquellos que pretenden que México no se mueva. Que se mantenga idéntico a sí mismo. Inalterable, sostenido por una población resignada a su destino, y miserable en su vida cotidiana.
Esta batalla busca por un lado, que la riqueza nacional se distribuya de manera equilibrada y justa, otorgando a cada mexicano los recursos y medios suficientes para que desarrolle plenamente sus capacidades personales. Que el dinero del pueblo se utilice en el desarrollo integral de nuestra sociedad, sin distinguir zonas geográficas, estrato social, o posibilidad de beneficio económico. México es un todo y por lo mismo, debe buscar su futuro de manera integral.
El Movimiento de Transformación trabaja a diario por esa vía.
Por otra parte, en la oposición se tiene una intención contraria al proceso de cambio que impulsa la mayoría del pueblo mexicano.
Su lucha es por mantener el régimen oligarca, plagado de corrupción, que gobernó en México por varias décadas. No desean cambio alguno, ni desarrollo sustancial en el país. Apenas intentan colocar parches en las zonas donde el descontento social, o la falta de atención adecuada, exige medidas de urgencia.
Los conservadores no desean cambio alguno, por una sencilla razón. Cada paso hacia adelante que da el pueblo de México, significa para ellos la pérdida de privilegios y lujos acumulados a lo largo de los años.
Cuando vemos que existen diferencias serias entre quienes proponen el cambio y quienes desean frenarlo, podemos tener la seguridad de que en medio de ese conflicto, está un privilegio que va a dejar de existir, si prospera la propuesta de cambio.
Los conservadores, han intentado desde el 2018, defender a toda costa sus intereses de clase. La política decadente que ha sido derrotada una y otra vez en cada proceso electoral, tiene esa finalidad.
Los viejos traficantes de influencias, representados por Claudio X González, intentan mantener su dominio sucio sobre la clase política gobernante, donde fuertes cantidades de dinero abrían cualquier puerta y permitían la privatización de cualquier empresa, recurso y actividad productiva en nuestro país. Ese privilegio desapareció con la llegada de López Obrador a la presidencia.
Los medios de comunicación intentaron mantenerse como fuerza política de grueso calibre, que ofrecía sus servicios al gobierno federal, a cambio de jugosos contratos de publicidad y el otorgamientos de “favores” y beneficios especiales. A cambio, dirigían sus ataques en contra de quienes eran considerados enemigos políticos de quien pagaba con esplendidez.
Esos privilegios fueron cortados de tajo al inicio de este sexenio. La publicidad que se contrata en medios informativos, es la indispensable para cumplir con las obligaciones del gobierno. La llave de los privilegios fue cerrada ahí, a pesar de los esfuerzos conservadores para que las cosas no cambiaran.
Hoy que vemos al Poder Judicial iniciar una campaña mediática, intentando ganarse el respaldo popular, debemos tener presente que el escenario cambia, los actores son otros, pero que en el fondo, la vieja batalla en defensa de privilegios, es la misma.
Ministros, magistrados y jueces, buscan preservar sus privilegios de clase, intentando que los “guardaditos” millonarios, asegurados en fideicomisos que están a punto de ser cancelados por el gobierno de la transformación, se mantengan intocados, a pesar de que el Congreso de la Unión ha decidido devolver ese dinero al pueblo de México.
Es mentira que la cancelación de trece de los catorce fideicomisos pertenecientes al Poder Judicial, signifiquen una afectación a los derechos de los trabajadores sindicalizados. A los empleados que vemos protestar vehementemente en contra de la cancelación de estos fideicomisos, los usan sus jefes inmediatos como voceros desinformados, que defienten privilegios que ministros, magistrados y jueces no son capaces de salir a defender en las calles. La clase privilegiada se mueve en salones, residencias y oficinas de lujo, pero nunca en la calle.
Hoy el presidente López Obrador lo dijo con toda claridad en su conferencia mañanera:
“Que bien que los trabajadores del Poder Judicial ejerzan su derecho a la manifestación y expresen sus inconformidades con entera libertad. Nada más les aconsejo que no se dejen engañar. La desaparición de estos fideicomisos, no los afecta en manera alguna. Lo que se intenta es cortar el copete de privilegios que se autoasignaron todos aquellos que han tenido y tienen cargos importantes al interior del Poder Judicial. Son ellos los que perderán privilegios vergonzosos que no pueden ser permitidos en un país donde hay millones de mexicanos que padecen pobreza. Yo les doy mi palabra y me comprometo a que ninguna prestación o derecho, afectará al personal sindicalizado. Esa garantía la respalda mi palabra”.
Privilegios
Otra batalla de la oposición por lo mismo.
El Movimiento de Cambio que vive el país, acaba uno a uno con cada espacio de poder y corrupción donde unos cuantos gozan de todo, mientras las bases trabajadoras y el grueso de la población, carecen de lo indispensable.
El domingo 22 de octubre, los conservadores tienen programada un manifestación nacional, en defensa de los privilegios que se dan en el Poder Judicial.
Convocan al pueblo de México a respaldar esta batalla en favor de quienes han estado siempre en contra de la gente y a favor de los dueños del dinero.
¿No han entendido los reaccionarios que su petición es vista con desprecio por el grueso del Pueblo de México?
¿No entienden que los ciudadanos se cansaron de ver como su dinero sirve únicamente para que unos cuantos se den vida de reyes”
El Poder Judicial tiene la etiqueta de CORRUPTO, colgada en el dintel de su palacio, donde la justicia brilla por su ausencia. Ahí no hubo, ni hay justicia verdadera.
No esperen que los ciudadanos salgan a la calle a defender sus vergonzosos privilegios.
Las cosas cambiaron a partir del 2018 y la limpieza en el país es general, sin dejar al margen a sectores burocráticos que antes fueron considerados intocables.
Los fideicomisos se van. El recorte presupuestal en el Poder Judicial se aprobará y con el Plan “C” del presidente López Obrador, llegará la Reforma Constitucional que limpiará de corrupción al Poder Judicial.
Es tiempo de Cambio. No de privilegios.
Malthus Gamba