Encuadres del conflicto Rusia-Ucrania: el sesgo mediático a Putin y Zelenzki
Textos y Contextos
Por: Miguel Alejandro Rivera
Cuando leemos, miramos o escuchamos algo en los medios masivos de “comunicación”, siempre debemos tener en la mente el concepto de Framing, es decir, el encuadre con el que se expone el material escrito y audiovisual. En otras palabras, los líderes de opinión o las propias empresas informativas siempre mostrarán sólo una parte de todo el fenómeno en cuestión, siendo esta la más conveniente para los intereses del personaje o grupo que esté detrás de dicho medio comunicativo.
En la cobertura del conflicto Rusia-Ucrania, no paran de generarse noticas falsas que alimentan la infodemia internacional, más ahora que Europa vive una primera guerra en el contexto de las redes sociales, donde no sólo los medios masivos tienen la capacidad de colocar mensajes que llegan a audiencias conformadas por millones de personas.
La cobertura de los medios occidentales llevó a la Asociación de Periodistas Árabes y del Medio Oriente, con sede en Nueva York, a emitir una declaración condenando la “mentalidad generalizada en el periodismo occidental de normalizar la tragedia” en lugares como el Medio Oriente. Sobra decir que hoy, que los refugiados son europeos, blancos, privilegiados, están teniendo el foro que durante décadas ha sido negado a tantos marginados del sistema mundo como los árabes, centroamericanos, africanos, y otras tantas naciones desfavorecidas en Asia, Oceanía y el resto del planeta.
Pero, aunque este tema ha sido controversial y no se debe perder de vista, es importante destacar el framing que se hace en medios corporativos de Volodímir Zelenzki, un personaje que ya ha pasado a la historia del mundo, pero que en la narrativa cotidiana enfrenta muchos matices.
Diversos medios de comunicación, identificados ya con intereses occidentales, nos muestran un claro sesgo para crecer al personaje, incluso desde los encabezados, que muchas veces son lo único que ven las audiencias digitales: “Cómo Zelensky se convirtió rápidamente en un héroe de Ucrania y se ganó el respeto del mundo” (Infobae), “Zelenski, el inesperado héroe de la resistencia ucrania” (El País), “’El viaje del héroe’ de Volodímir Zelensky” (Letras Libres).
Así, montones de titulares enaltecen al hombre que, de ser comediante, pasó a líder internacional de un país que enfrenta a uno de los políticos más determinados de las últimas décadas: Vladimir Putin, quien dirige una potencia que es el contrapeso militar directo de los Estados Unidos, lo que no es cosa chica.
Pero uno duda cuando comienzan los análisis a profundidad. Una de las razones por las que Zelenski era enaltecido, fue por fotografías de él en el frente militar, dirigiendo personalmente a su ejército, en contra de la ofensiva rusa; sin embargo, portales como verifica.efe, sentenciaron que “las imágenes que circulan en redes del presidente ucraniano vestido con ropa militar en la línea del frente no son actuales, sino que fueron captadas en varias visitas a sus fuerzas armadas en la línea del frente en 2021”.
Luego entonces, y en un país como México donde ya “estamos curados de espanto”, dudamos y recordamos casos donde algunos políticos llegaron al puesto más por su relación con poderes empresariales o mediáticos, que por su talento para gobernar; por ejemplo, el ex presidente Enrique Peña Nieto, de quien hasta su relación marital con Angélica Rivera, se antoja una ficción.
Se ha enaltecido de gran manera la forma en la que Zelenzki ha hecho frente a una de las potencias más grandes del mundo; su sagacidad, su valentía y liderazgo, son tema de esta coyuntura internacional; basta escuchar declaraciones como las del actor Sean Penn que, en síntesis, dijo para CNN que Zelenzki nació para este momento, siendo una inspiración para él.
Pero, más allá de ser el prodigio que se muestra en pantallas y titulares, ¿no será más bien que el presidente ucraniano está muy bien asesorado? De entre los 30 estados que conforman la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN), entre los que se encuentra Estados Unidos y casi todo el G7, sería improbable que no existan una decena de buenos asesores para ser las mentes detrás de un tipo que está acostumbrado a encarnar personajes de ficción.
La cuestión entonces no es qué hace una tortuga en el congelador, sino quién la puso ahí, lo que nos hace voltear de nuevo los focos a la OTAN y a los intereses Occidentales por dominar la región del este europeo. Y aunque genere mucha suspicacia el caso Zelenzki, no quiere decir que esto sea decantar a favor de Putin; sin embargo, todavía es más claro que existe un sesgo o encuadre, cuando buscamos referencias al presidente ruso y claramente son contrarias a las que existen de su homologo ucraniano.
Con respecto a Putin, no hay medias tintas, según los medios empresariales es un dictador, un líder que comete innumerables errores, y quien es criticado por infinidad de celebridades: “Stajánov: el falso héroe soviético que inspiró la obsesión de Putin con el Donbas” (El Mundo), “La velada pero dolorosa crítica de un héroe del hockey ruso que siempre había respaldado a Vladimir Putin” (Infobae), “Kasparov: Dejen de llamar presidente a Putin, es un dictador” (Diario AS).
Se reitera: con este comparativo no se trata de generar simpatías a uno u otro de los presidentes mencionados, sino que, se invita a una reflexión más profunda cuando enfrentamos la información en los medios masivos de comunicación, más aún en el momento tan delicado que vive el mundo.