La nota falsa y la falta de ética en el periodismo
Empecemos con lo más básico… ¿Qué es el periodismo?
No lo que entendemos por periodismo, sino lo que realmente es. Definiciones de periodismo sobran, en el Manual del Periodismo (Ed. Grijalvo), escrito por Vicente Leñero y Carlos Marín, se señala que: “el periodismo es una forma de comunicación social a través de la cual se dan a conocer y se analizan los hechos de interés público”, también cita “el periodismo pervierte su función cuando tergiversa, cuando miente, cuando negocia y cuando escamotea la información” … y señala ” el interés público –y el interés periodístico en consecuencia– tiene como límite la intimidad de las personas”.
Un periodista es quien realiza el periodismo, dicho esto por la Real Academia Española, así también, el periodismo es una: Actividad profesional que consiste en la obtención, tratamiento, interpretación y difusión de informaciones a través de cualquier medio escrito, oral, visual o gráfico.
Como podemos ver, ambas definiciones aunque provienen de diferente fuente, coinciden en lo mismo.
La ética profesional del periodista está a favor de dos cosas, la verdad y el público. La información debe ser verificada antes de publicarla, es la obligación, es básico; no solo es pensar en “la encontré, la tomé y por eso la publiqué” (copiar-pegar como se suele decir), al hacer esto, se corre el riesgo de ser juzgados y recriminados por ello, y se debe aceptar la responsabilidad por ello. No vale el disculparse con un “la info no es mía, solo la tome. La culpa es de los otros.” No, el apoyar y difundir tales mentiras, nos vuelve parte del problema.
El medio digital Características, en su artículo “Noticia” del Autor: Julia Máxima Uriarte, menciona 10 principios del periodismo, los dos descritos abajo, resultan ser de total interés para fundamentar esta crítica.
Uno de los principios de la noticia es su veracidad. El contenido no ha de ser ficcional, ni fantasioso, ni especulativo, sino que debe atenerse estrictamente a narrar o explicar lo sucedido.
Muchas de las noticias que prometen ser un bombazo para golpear al Presidente, han sido solo especulativas, fantasiosas, muy ficticias y, algunas rayan en el ridículo total: vemos notas por los alimentos que consume, sus zapatos, su forma de vestir, a dónde viaja y como viaja; su forma de hablar, las expresiones que usa, incluso apoyan simples suposiciones sobre su salud y, todo proveniente de especulaciones o rumores
Otro de los principios regentes de la noticia es su brevedad. Ya sea en soporte escrito, radial o televisivo, se espera que una noticia no tome más tiempo del necesario para reseñar puntualmente la información, ya que no hay lugar en ella para las divagaciones, reflexiones o ningún otro tipo de elaboraciones secundarias.
Un principio que se ha violado últimamente en los múltiples montajes en contra de los hijos del Presidente.
Reportajes basados en divagaciones y elaboraciones secundarias, cuyo único fin es el golpeteo político al Presidente por medio de su familia, más no el informar en sí.
Dichas noticias, no son claras, no están confirmadas o la información se encuentra sesgada, convirtiéndola en una verdad a medias y, una verdad a medias es una mentira franca.
No son breves, puesto que al ser desmentidas con verdades buscan la manera de poder alargarlas y sacar más y, más datos fuera de contexto. Se trata de seguir en su golpeteo, aferrándose a que su verdad es absoluta e indiscutible.
Desmentir a un periodista no es agredir ni coartar su libertad de expresión, tampoco es atentar contra la credibilidad del periodismo (la propia actividad) y su ética. Un periodista que miente o engaña a su público, en automático está faltando a la ética periodística, se falta al respeto a sí mismo y por ende a su público.
El querer generar rating, seguidores, vistas y polémica por medio del posteo y divulgación de noticias falsas y sesgadas, raya en un periodismo viciado y falso, en pocas palabras… no es periodismo, ni son periodistas.