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Feminicidios, ¿Problema socioeconómico neoliberal en México?
Ilustración: Ana Yañez
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Feminicidios, ¿Problema socioeconómico neoliberal en México?

Ilustración: Ana Yañez
PROBLEMA SOCIOECONÓMICO NEOLIBERAL EN MÉXICO

Los FEMINICIDIOS surgieron en México como una epidemia súbita y focalizada, que autoridades políticas, empresariales y eclesiásticas encerraron en un mero problema de incompetencia policial, sin análisis de su impacto social y nacional, ni sus razones de ámbitos más amplios que su tragedia familiar.

Paralelo al impulso que daba Salinas de Gortari a CIUDAD JUÁREZ como polo maquilador de empresas transnacionales, aprovechando la mano de obra barata y controlada por el gobierno, surgió una epidemia de asesinatos de mujeres jóvenes, enterradas en el desierto. Todas tenían puntos comunes que nadie se atrevió a situar en un contexto más amplio y aterrador, pues se relaciona con la Economía de Mercado del Neoliberalismo.

La mayoría de “Muertas de Juárez” (si no todas), eran JÓVENES, en plena ETAPA REPRODUCTIVA, de estrato socioeconómico bajo o medio-bajo, buscando mejoría familiar y PERSPECTIVAS DE FUTURO, CONFIADAS en los trabajos de maquila mal remunerados que el gobierno publicitaba. Todas representaban UNA PRESIÓN a los servicios públicos que debía proporcionarles EL GOBIERNO FEDERAL, ESTATAL Y MUNICIPAL. Eso no entraba en la ecuación neoliberal, atenta sólo a las ganancias que debían reportarle las maquiladoras y su mano de obra esclava.

La tecnocracia gubernamental mexicana se topó de pronto y en los hechos, con las teorías malthusianas de repercusiones demográficas, económicas y sociopolíticas. De entrada pretendió limitar el problema de feminicidios estrictamente al ámbito policial. Seguramente fue lo que indujo a Pedro Aspe, secretario de Hacienda de Salinas, a minimizar la pobreza como “MITO GENIAL”.

Thomas Robert Malthus, clérigo inglés del siglo XVIII, planteó la teoría de que los pobres se multiplicaban sin obstáculos y hasta en condiciones de miseria, obedeciendo sólo a su instinto de reproducción, con lo que se creaban cargas de manutención de padres e hijos que presionan las alzas en costos de insumos.
Malthus decía que la población crecía geométricamente, mientras que los alimentos lo hacían de forma aritmetica. Planteaba que la población debía regularse de modo natural mediante guerras, epidemias Y MENOS SEXO.

Durante 2 siglos la relación malthusiana entre población y riqueza no trascendió hasta que Ronald Reagan (que no era economista ni con profesión escolar alguna) alarmó a una sociedad de ricos privilegiados que vieron en la sobrepoblación una amenaza a su nivel de prosperidad.  

Fue la “Reaganomía” neoliberal que difundió la sobrepoblación como causa de futura escasez de alimentos y el peligro para su bonanza general. Ahí fue cuando la mujer centró la atención, pues era el eje de todo desarrollo poblacional. Sólo las mujeres, por naturaleza, tienen la capacidad de reproducir y propagar la especie. Si ellas no se reproducen, no hay amenaza de escasez de alimentos ni presiones a la economía neoliberal.
Eso llevó a Alemania y otros países alarmados por el malthusianismo, a prohibir que sus mujeres tuvieran más de 2 hijos (cuando mucho), lo que 30 años después se les revirtió como problema ante el envejecimiento de su población que no rejuvenecía de forma suficiente para mantener el engranaje productivo de sus naciones. Ahora convocan a extranjeros a preñar a sus mujeres para repoblar a sus países.

En México, el feminicidio se propagó como medio de CONTROL NATAL, especialmente cuando organizaciones humanitarias sin vínculos clericales ni empresariales, revelaron las esterilizaciones sin consentimiento que autoridades sanitarias practicaban en mujeres pobres o indígenas. “La gente decente” jamás eran tocadas, ni siquiera molestadas. Ellas sí pueden reproducirse sin limitaciones, más que las inducidas por sus confesores eclesiásticos.

No es ocioso mencionar que los feminicidios durante mucho tiempo fueron ocultados o clasificados como crímenes pasionales, sin merecer atención especializada de impacto social, como sucedió -por ejemplo- durante el gobierno de Enrique Peña Nieto en el Estado de México, cuando el contubernio PRI-PAN desechaba y ocultaba las denuncias de organizaciones femeninas y los exhortos de los entonces opositores para que se declarara ESTADO DE EXCEPCIÓN POR FEMINICIDIOS la abundancia de asesinatos de jovencitas en los diversos municipios, especialmente los más poblados o pobres.

PRI y PAN no querían perturbar los propósitos presidenciales que Televisa había puesto en marcha a favor de su gobernador consentido y cuidado al extremo.

Nunca le importaron las vidas de tantas muchachas que representaban el futuro prometedor de sus terruños y sus familias. Aunque la muerte de cada mujer, corta de tajo las posibilidades de varios futuros, en las proyecciones tecnocráticas cada una de esas muchachas es una VARIABLE A SUPRIMIR, para no perder control del comportamiento macroeconómico.

La teoría de Malthus fue siempre antepuesta a la VIDA DE MUCHACHAS INOCENTES, cuyo único error fue nacer en una Era Neoliberal gobernada por la avaricia sin límite.

Por @Migueliz8

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