Cada que la oposición siente que gana terreno y cree frenar las reformas que impulsa el gobierno de la Cuarta Transformación, recibe un “estate quieto” que lo regresa en forma inmediata al sitio de castigo donde se encuentra atrincherada.
Ayer, todo era felicidad entre la gente de Claudio X González, aglutinada en ese amorfo amasijo llamado TUMOR. Las candidaturas de Félix Salgado Macedonio y Raúl Morón habían caído, gracias al fallo a favor del INE, dictado por el Tribunal Electoral.
Aparte, esa misma instancia del Poder Judicial, había dado la razón al INE, en lo relativo a la no sobrerrepresentación en la Cámara de Diputados. La derecha tenía la esperanza de que, dejando fuera de la competencia electoral a los candidatos a gobernador en Guerrero y Michoacán, por Morena, tendría abierta la posibilidad para ganar espacios en gobiernos locales y sobre todo, curules en la Cámara de Diputados.
La fiesta duró solo unas horas. Morena anunció ayer mismo, que una mujer será su candidata para gobernar en Guerrero y que Alfredo Ramírez Bedolla, político fundador de Morena, participará como candidato a gobernador en Michoacán. Salgado Macedonio y Raúl Morón estarán dentro de las campañas electorales y el peso político que aporten, será enorme y suficiente para sepultar cualquier aspiración de la oposición.
Guerrero y Michoacán serán para Morena, a pesar del esfuerzo corrupto realizado por el Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral, para inclinar la balanza en favor de los opositores neoliberales.
Sin posibilidad de triunfos relevantes y con una votación estimada en el mínimo histórico para los otrora poderosos partidos neoliberales, el ajuste que trabajó el INE para obstaculizar la mayoría de Morena en la cámara baja, no va a rendir los frutos deseados.
El voto masivo en favor de Morena, se ve como una realidad que anuncian todas las encuestas publicadas, sobre intención de voto.
Hoy por la mañana, el presidente López Obrador hace un anuncio importante que vuelve a generar preocupación en los grupos neoliberales.
Viene una Reforma Administrativa impulsada por el gobierno de la Cuarta Transformación, que tiene como uno de sus fines principales, el desaparecer a los organismos independientes creados durante la etapa neoliberal.
Las funciones que desarrollan estas costosas entidades públicas, serán realizadas por las distintas Secretarías de Estado, que tengan que ver con la materia que trata cada una de esas instancias independientes.
Los altos sueldos para directores y demás funcionarios de alto rango, se acaban. El presupuesto asignado a estos organismos, se utilizará para fines sociales. El despilfarro y el lujo, desaparecen, en aras de la austeridad republicana.
Este golpe seco a la estructura que hereda el neoliberalismo, afecta sobremanera los intereses de la clase conservadora.
Los espacios de gobierno para los grupos de la derecha, se reducen más. La participación de estos organismos para favorecer los intereses empresariales de la clase privilegiada, desaparecen. No habrá quien defienda la competitividad, en favor de los monopolios y grandes empresas nacionales y extranjeras.
Los asuntos relacionados con el área de comunicaciones, se verán, después de aprobada esta reforma, directamente en la Secretaría de Comunicaciones.
La Secretaría de Energía atenderá lo relativo a combustibles, electricidad y energías alternas.
El presidente López Obrador señaló en la conferencia matutina de este día que, con esta reforma, se intenta evitar la duplicidad de funciones, disminuir el tamaño del aparato de gobierno y aprovechar recursos públicos que se desperdician actualmente, en el mantenimiento de una burocracia tan grande.
Ese instituto con salarios millonarios para los consejeros electorales, será depurado y reorganizado, con el fin de que sea en verdad una instancia que cumpla honestamente con su función de árbitro electoral.
¿Qué va a quedarles a los grupos neoliberales, después de la reforma administrativa?
En realidad, nada. Se quedan con sus medios de comunicación tradicionales, que son de los más desprestigiados en el mundo. Con unas cuantas gubernaturas en Estados donde arraigó la corrupción profundamente.
Se van a quedar sin el control de la Cámara de Diputados y por lo mismo, sin posibilidad de orientar el gasto público, en favor de los intereses de los grupos de poder.
La risa de un día que reflejaban los rostros conservadores por los logros conseguidos utilizando al INE y al Tribunal Electoral en su favor, dejan paso, en cuestión de horas, a la preocupación y desesperanza provocadas por las medidas que anuncia el presidente de México.
Falta un mes para el cierre de campañas políticas. Un mes que no alcanzará a los neoliberales para convencer a un pueblo que los aborrece, de que la opción que presentan en esta elección, es distinta al cúmulo de mentiras que propusieron e incumplieron en el pasado.
Van a perder en las urnas y después perderán su resto, con la Reforma Administrativa del Gobierno Federal.
Estamos asistiendo a la muerte de un régimen que no tenía más que ofrecer a la gente.
Un sistema político-económico sumido en la corrupción más brutal que registre la historia.
Los que hoy dicen defender la democracia, se encargaron de desaparecer perfiles, opciones e intenciones nacidas del pueblo. Democracia en sus labios tenía el significado real de plutocracia, donde el dinero era el verdadero gobernante del país.
Ese cambio histórico tiene un capítulo especial el seis de junio próximo.
Con un voto mayoritario en favor de Morena, apoyamos al gobierno de la Cuarta Transformación y nos deshacemos de una buena vez de los partidos corruptos del pasado.
Estamos a días de realizar el sueño de muchas generaciones. Acabar con el PRI, el PAN y sus rémoras, de un solo golpe.
A esa fiesta por la democracia no puede faltar el pueblo consciente.
La derecha no pasará,
Malthus Gamba