El traidor es visto siempre como un apestado.
Tanto para quienes sufren el daño causado por el acto traidor, como para aquellos que han pagado a alguien para que traicione, la presencia física del traidor, resulta ingrata. Molesta tener trato constante con individuos que carecen de principios, ética y moral.
Los que consiguen sus objetivos, pagando a los traidores, suelen utilizar por un tiempo a estos personajes oscuros. Pero cuando estos pierden utilidad, los arrojan sin miramientos al cesto de la basura.
Algo similar están viviendo en este momento los consejeros del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova y Ciro Murayama.
Estos dos consejeros electorales, han traicionado por años a la democracia y a los ciudadanos que intentan hacer válidos sus derechos electorales.
El fraude ha sido la marca del anterior Instituto Federal Electoral y del actual INE. Fraudes descarados a lo largo y ancho del país, han sido la constante de estas supuestas autoridades, que no han fungido en momento alguno como árbitros imparciales.
En complicidad con los gobiernos, políticos y empresarios de corte neoliberal, han ensuciado toda elección, con el fin de dar triunfos ilegítimos a los candidatos y partidos políticos representativos del corrupto conservadurismo.
La última página que han publicado en su grueso libro de traiciones al pueblo de México, tiene que ver con los derechos de cerca de 60 candidatos de Morena. Los han declarado inelegibles, al pretender aplicarles una sanción absurda y desproporcionada, por una supuesta falta administrativa que no implica delito alguno.
Estos candidatos de Morena, fueron elegidos como abanderados para representar al partido en el proceso electoral en curso, mediante un mecanismo de encuestas. No hubo precampaña y por lo mismo, no había gasto alguno que reportar al INE.
Pero como el reglamento del INE establece que debe haber un reporte sobre gastos de precampaña, se castiga severamente a los candidatos señalados, por no haber entregado con oportunidad un papel que dijera “No gaste ni un peso”, o “Declaro que mi gasto fue de cero pesos”.
Los candidatos penalizados, no hicieron mal manejo de recursos públicos. Tampoco gastaron en exceso, ni recibieron financiamiento ilegal.
Sencillamente no hicieron precampaña y por lo mismo, no tuvieron necesidad de erogar alguna cantidad.
Esto lo sabe el INE, pero los consejeros que por mayoría aprobaron la sanción, argumentan que el “papelito” que dice “mi gasto fue de ceros pesos” es indispensable y el no presentarlo, es una de las faltas más graves que puedan cometerse dentro de un proceso electoral.
Morena ha presentado las inconformidades pertinentes ante el Tribunal Electoral Federal. Lo mismo han hecho varios de los candidatos afectados.
Es destacable el hecho de que los dictámenes del INE, no tienen carácter definitivo. Las apelaciones tienen mucha posibilidad de prosperar en el Tribunal, ante lo ridículo del motivo y la severidad de la sentencia.
No está dicha la última palabra sobre este asunto, manejado por el INE de manera evidentemente antidemocrática y parcial.
Está bajando candidaturas de una sola fuerza política. Los representantes de los demás partidos, no han tenido problema alguno hasta el momento.
Pero el desgaste que ha tenido el INE a consecuencia de esta última afrenta a la democracia, ha sido grande.
Carece de confiabilidad a los ojos de los ciudadanos. No es un árbitro creíble y su inclinación hacia el fraude reaparece con más descaro que otras veces.
De tal magnitud es el desgaste actual del INE, que Ricardo Salinas Pliego, uno de los representantes más significativos del conservadurismo en México, ha dicho este fin de semana, que el fin de ese instituto está próximo. Que ya no cumple la función que tiene encomendada.
A quienes cobran por traicionar a la democracia, esta declaración venida de uno de los “jefes” a quienes sirven, debe haber caído como cubetada de agua helada.
Ataques del ala ciudadana progresista en el país, eran esperados por Lorenzo Córdova y Ciro Murayama. Las apelaciones a su fallo más reciente, también estaban en el radar de los consejeros que cuidan de su bienestar personal, antes que de la legalidad en los procesos electorales.
Pero ese golpe sufrido a sus espaldas, infligido por alguien que forma parte de la clase conservadora, no estaba contemplado.
Seguramente Ciro Murayama y Lorenzo Córdova, comienzan a darse cuenta de que están dejando de ser una herramienta útil a los interese neoliberales. Son productos a los que la fecha de caducidad está alcanzando.
Su siguiente escala, puede ser el basurero político donde se encuentran en este momento, otras reliquias de un neoliberalismo que no han podido sobrevivir al impacto de la Cuarta Transformación.
O tal vez pierdan aún más, si persisten en el uso de mecanismos que faciliten el fraude electoral. Este tipo de delitos son considerados graves y no alcanzan fianza.
La mayoría de los ciudadanos votantes, repudian desde hace un buen tiempo el comportamiento de estos pretendidos árbitros, que se han vendido históricamente al mejor postor.
Arrastran el repudio del pueblo desde hace un buen tiempo.
Pero que los mismos que han sido beneficiado de alguna forma con estos fraudes, señalen que el instituto debe morir por ineficiente, es algo nuevo.
Lo declarado por Ricardo Salinas, sacude al INE desde sus cimientos.
Los conservadores seguramente tienen en mente otro mecanismo para hacerse con el control de los procesos electorales
El pueblo por su parte, exige y pelea por una democracia auténtica.
De estas dos posiciones, saldrá en el corto plazo, el nuevo actor político que sustituya al INE.
Puede ser algo tan podrido como lo han sido IFE e INE hasta ahora, si triunfa la opción neoliberal, o algo nuevo y limpio, si el pueblo se impone.
La ventaja que tenemos los ciudadanos, es que en este momento, el gobierno nos pertenece.
Y de que somos más los buenos.
Apoyemos al gobierno del cambio.
Ni neoliberales, ni INE en el futuro de nuestro país.
Malthus Gamba