Como un invento mágico de simulación de López Portillo, un presidente que llegó al poder con el 100% de los votos a su favor, en un entorno profundamente antidemocrático y que estuvo ahí de 1977 a 1982, se inventó la figura de los legisladores plurinominales para que los partidos políticos distintos al PRI, pudieran tener representación en el Congreso.
Al principio eran mal vistos por sus propios colegas de las Cámaras, pues ocupaban un cargo para el que no habían tenido que hacer ningún esfuerzo y al que en su mayoría habían llegado perdiendo las elecciones, pero en el cual gozando de enormes dietas y del privilegio de inmunidad que les otorga el fuero constitucional, sus colegas les llamaban los “nacidos para perder”.
Después de la alquimia salinista, por medio de la cual se transformó la basura en oro, los cargos plurinominales se convirtieron en los más codiciados de los políticos zánganos y corruptos. Así, los miembros más influyentes de los partidos políticos, se adjudican los primeros lugares en las listas de parásitos que entran a las Cámaras, colgados de los que sí trabajaban en las elecciones para ganar el voto popular.
Son ellos los que en sexenios pasados, han realizado acuerdos en lo oscurito con los altos funcionarios del gobierno, para entregar las riquezas del país a manos de oligarcas ladrones, quedándose con una buena parte del erario convertido, en moches y sobornos de toda índole.
Lo más increíble del asunto, es que por ejemplo, en la Cámara de Diputados ocupan el 40% de las curules. De los 500 diputados que la conforman, 200 son plurinominales, que en una buena proporción no son más que políticos corruptos, rateros y perniciosos, en busca de privilegios y prebendas a las que no deberían tener derecho, porque no han hecho nada relevante para estar ahí.
200 diputados que pueden tranquilamente dedicarse a la delincuencia, sabiéndose prácticamente impunes al amparo de un fuero constitucional que se resisten a suprimir, financiados generosamente por los impuestos que todos pagamos, para que puedan vivir como miembros de una especie de realeza pulquera.
Ahora por fin, la bancada del partido Morena decidió presentar una iniciativa para que podamos deshacernos de esta lacra de la política que es la figura de los legisladores plurinominales, porque en el escenario actual solo estorban y cuestan dinero que podemos usar en otras cosas.
La iniciativa ya fue admitida en el Congreso y se discutirá en breve. Por desgracia, de ser aprobada, no se podrá aplicar en el proceso electoral de este año porque ya inició, pero para 2024 la Cámara de Diputados tendría 300 en lugar de 500 diputados y todos los que estén ahí van a tener que llegar por haber ganado el voto popular en sus distritos.
Es una gran noticia que el lodo disfrazado de oro falso por Salinas de Gortari y por su prole de neoliberales, esté recobrando su apariencia original de inmundicia que tan caro nos ha costado a los mexicanos.
Vamos a ver si después de este proceso electoral, todos estos nacidos para perder se ubican y por lo menos, se dedican a hacer un papel decoroso en su última aparición, antes de esfumarse para siempre.
Como decía el músico y cantautor argentino Gustavo Cerati: “Hoy son parte de una lluvia lejos, no te confundas, no sirve el rencor, son espasmos después del adiós”.