Es un hecho evidente para todos, que la clase conservadora en México, carece del mínimo de inteligencia requerido, para armar un proyecto político que pueda ser interesante al pueblo. Han pasado tres años desde su vergonzosa derrota en el 2018 y aún no encuentran la ruta que pueda reposicionarlos políticamente.
Cada paso que dan, los hunde más y deja en claro que no son opción válida para el ciudadano, en el ya cercano proceso electoral de este año.
Sus intelectuales, teóricos, periodistas y analistas han demostrado no tener el nivel requerido para crear algo que dé impulso vigoroso al decadente intento neoliberal.
Cuando impulsan algo en favor de su causa, se empantanan y dejan de manifiesto lo peor que existe en la clase que gobernó al país durante los últimos treinta y seis años.
El día de hoy, en su columna de El Financiero, Raymundo Riva Palacio trata de desacreditar una vez más, la construcción del nuevo aeropuerto Felipe Ángeles en Santa Lucía. Argumenta las mismas mentiras de siempre, sobre beneficios que brindaba Texcoco en el proyecto ya cancelado. Miente como siempre, sobre incapacidades técnicas que impedirán los vuelos sincronizados en los aeropuertos de Toluca, Ciudad de México y Santa Lucía. Son falsedades que nadie cree, por haber sido desmentidas en la práctica.
Pero agrega algo más.
Cita una declaración de Francisco Abundis, director asociado de Parametría, en la que, según Riva Palacio, señala que, a pesar de todos los conflictos vividos en México durante los últimos dos años, la popularidad del presidente López Obrador, no baja del 70%. Siete de cada 10 mexicanos tienen confianza plena en el presidente.
Ni la pandemia y la crisis económica mundial, han podido mermar la confianza que los mexicanos tienen depositada en el presidente y su gobierno. Esto obedecería a un fenómeno particular que resume el encuestador Roy Campos, (según Riva Palacio), de esta manera: a los mexicanos no les importa estar informados. Para el pueblo en general, es suficiente el hecho de “sentirse” informado.
Y ahí es donde Riva Palacio inicia su particular apreciación sobre los mexicanos. Para este notorio ‘chayotero’, presente en toda lista donde se expone al periodismo servil al neoliberalismo derrotado, a cambio de contratos por publicidad, o “concesiones” especiales, el pueblo de México esta formado por una mayoría de ciudadanos que carecen de capacidad de análisis y se dejan manipular por lo que el presidente expone en sus conferencias mañaneras y en sus actos públicos.
“Engaña bobos” llamó al acto donde se inaugura la nueva pista en Santa Lucía. Quien mira con buenos ojos el proyecto aeroportuario que construye la Cuarta Transformación y ve positiva la cancelación del aeropuerto en Texcoco, planeado para ser edificado sobre un lago, es por fuerza un bobo, según el veterano ‘chayotero’.
Habla al final de su artículo de que esta gente del pueblo, votó a favor de la cancelación del aeropuerto en Texcoco, a pesar de que la mayoría no vuela en forma cotidiana, o no utiliza el avión por su situación económica.
Un clasismo propio de todo conservador neoliberal. Solo tienen derecho a opinar y decidir sobre el rumbo del país, los ciudadanos que forman parte de la clase acomodada en México. La gente común no tiene derecho, según ellos, a influir en las decisiones importantes que definen el rumbo de la nación.
Pero en forma contradictoria, Riva Palacio manifiesta su molestia sobre el hecho de que el pago que corresponde a la construcción del nuevo aeropuerto Felipe Ángeles, deba hacerse con dinero público, aportado por todos, vía impuestos.
Por un lado, niega el derecho a buena parte del pueblo mexicano, a participar en la toma de decisiones importantes. Pero ve como algo natural que estos ciudadanos que, según él, no deben opinar ni decidir, paguen impuestos dócilmente, para que el país camine por el rumbo que más conviene a “los que más tienen” y sí opinan.
Clasismo, mentiras, incongruencia, falta de humanismo y la creencia estúpida de que el país es propiedad exclusiva de la clase conservadora, quedan de manifiesto en la pobre defensa que hace el neoliberalismo de sus intereses corruptos.
En la conferencia mañanera del día de hoy, el presidente López Obrador dejó en claro que los traficantes de influencias que hoy militan en el #TUMOR, “ni siquiera son empresarios”.
“Estaban acostumbrados a no pagar impuestos y a enriquecerse a la sombra del poder político”. “Se sentían con mucho poder y hacían lo que querían”. “Hoy están viendo que su poder no es tan grande y que deben cumplir con sus obligaciones fiscales”. “Eso es lo que les está doliendo mucho”.
La defensa que estos personajes intentan hacer del neoliberalismo, choca de frente con los intereses del pueblo de México.
En la misma conferencia, el presidente expreso que los mexicanos “son mucho pueblo, porque “México tiene a uno de los pueblos más politizados en el mundo”. “No hay analfabetismo político en nuestro país”. “La mentalidad del pueblo cambió”. “Y cuando la mentalidad del pueblo cambia, cambia todo”.
Cuando los conservadores intentan hablar por su causa, lo único que logran es abrir la tapa del estercolero que ofrecen como posibilidad de retorno a la corrupción del neoliberalismo. Solo eso.
No es que los mexicanos seamos conformistas y no entandamos de política y economía. Por el contrario, estamos más comprometidos que nunca con esas actividades.
Políticamente, sacamos al PRIANRD del gobierno federal en las pasadas elecciones.
Económicamente, apoyamos el combate a la corrupción, para que la brecha de desigualdad en el país, desaparezca.
Queremos darle recursos a un gobierno honesto, que obliga a los traficantes de influencias a pagar impuestos, subir salarios, invertir sin corrupción, dar seguridad laboral al trabajador.
Tan comprometidos e informados están los mexicanos sobre la verdadera situación del país, que ese apoyo al cambio, de 7 de cada 10 ciudadanos, que señalan las encuestas, se verá reflejado en las urnas durante el proceso electoral de junio próximo.
El estercolero neoliberal quedará sellado definitivamente en nuestro país, durante muchos años.
Ahí se darán cuenta los conservadores de que el pueblo sí sabe bien lo que conviene.
Malthus Gamba