La Decisión de la Fiscalía General de la República en el sentido de no ejercer acción penal contra el general Cienfuegos a partir de las pruebas que le envió la Agencia Antidrogras de los Estados Unidos o DEA, incendió las redes y el ambiente de la discusión pública.
En un expediente con aproximadamente 750 copias fotostáticas que contenían transcripciones de llamadas telefónicas y mensajes, enviados y recibidos desde dispositivos móviles, se incluían hasta Memes alusivos al narcotráfico y de acuerdo con la Fiscalía General de México, dichas pruebas no constituían elementos probatorios suficientes para que se le pudiera abrir un proceso a Cienfuegos.
Al día siguiente de la declaración oficial por parte de la Fiscalía, el Presidente de México declaró en su conferencia matutina, que la DEA no había aportado más que estas pruebas, que hacían las veces de información útil para la fabricación de culpables por su falta de solidez, respaldando así la decisión de las autoridades de procuración de justicia y refrendando su apoyo al Fiscal General de la nación.
Resulta interesante señalar que el general viajó en marzo del año pasado a los Estados Unidos con su familia y no fue detenido por las autoridades de aquel país, sino hasta que lo volvió a hacer meses después, en un momento cercano al de las elecciones estadounidenses.
Con las pruebas aportadas por la DEA, es difícil creer que una investigación que duró 7 años por parte de agentes super entrenados, sólo haya aportado los elementos que incluye el expediente enviado a las autoridades mexicanas y es más difícil creer que las pruebas en las que las autoridades estadounidenses basaron su acusación, se hubieran recabado entre marzo y la fecha de la detención de un exsecretario de la Defensa de su país vecino.
Una de las reacciones más relevantes ante el comunicado de la Fiscalía mexicana, fue la declaración de la vocera del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, Nicole Navas Oxmam, quien anunció en la revista Vice, que ese país se reservaba el derechos de reiniciar el enjuiciamiento de Cienfuegos si México no lo hace.
En relación con este asunto, es necesario señalar algunos detalles en el manejo de la información que resultan inexplicables.
Este general fue Secretario de la Defensa Nacional en el período más corrupto de gobierno en la Historia moderna de México y por lo menos las autoridades actuales deberían tener alguna información en el manejo de dinero que se hizo desde SEDENA en varios proyectos donde intervino, como el del aeropuerto de Texcoco, sin mencionar casos como el de Ayotzinapa y Tlatlaya, en los que Cienfuegos fue por lo menos encubridor.
Por otro lado, era el Fiscal en persona quien debería haber salido ante la opinión pública a explicar en detalle los fundamentos de su decisión, respondiendo a los cuestionamientos que hiciera la prensa al respecto y no el Presidente de México, tomando la responsabilidad de explicar una decisión de la Fiscalía, que es una institución autónoma.
Se entiende que la Fiscalía no informe gran cosa en asuntos que se encuentran en proceso, por razones obvias, pero este caso en particular era ya un asunto concluido, en el que no hay razón para que el Fiscal no revele toda la información y delegue la responsabilidad de explicar su decisión en el Presidente, lo que favoreció la especulación sin necesidad.
Como dijo el presidente estadounidense Abraham Lincoln: “No se puede escapar de la responsabilidad del mañana, evadiéndola hoy”.