El proceso electoral que tendrá lugar en nuestro país este año, es el más grande de la Historia por el número de puestos de gobierno que están en juego. Están en disputa 21,368 cargos y 15 gubernaturas en todo el país.
Entre las gubernaturas que serán renovadas, se encuentran las de 8 Estados gobernados por el PRI que son Campeche, Colima, Guerrero, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas. El PAN gobierna Baja California Sur, Chihuahua, Nayarit y Querétaro. El PRD gobierna Michoacán, Nuevo León es gobernado por El Bronco, un candidato independiente y se elegirá también gobernador en Baja California Norte, puesto que el período de Jaime Bonilla de Morena fue durante solo 2 años.
A nivel local se elegirá a 1,063 diputados estatales en 30 congresos locales y se renovarán 1,926 ayuntamientos y juntas municipales también en 30 entidades estatales.
A nivel federal se renovarán los 500 diputados, 300 de los cuales serán nombrados por mayoría relativa y 200 por representación proporcional como plurinominales de acuerdo con lo que se establece en el artículo 51 de la Constitución.
Para que se pueda llevar a cabo el proceso se instalarán 4 mil casillas, más de las que se montaron en el proceso de 2018, para un total de 161 mil casillas, con capacidad para recibir los votos de casi 95 millones de mexicanos registrados en el padrón electoral.
10 entidades implementarán el voto electrónico para los mexicanos residentes en el extranjero: Baja California Sur, Chihuahua, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Querétaro, San Luis Potosí, Zacatecas y el diputado migrante de Jalisco.
Todo esto culminará con la votación el domingo 6 de junio, mientras el país se encuentra luchando para controlar la pandemia y el proceso de vacunación cubra alrededor de la mitad de las personas que se inmunizarán contra el virus SARS-COV2, lo que complica aún más la logística pues organizadores, voluntarios y votantes deberán continuar observando las medidas de precaución sanitaria.
Es fundamental que todos los ciudadanos estemos conscientes de que depende de nosotros que este proceso electoral se realice con pulcritud, se respete la voluntad de los votantes y se evite cualquier tipo de maniobra que pretenda alterarla.
En esta ocasión la sociedad ya cuenta con mejores herramientas que van a servir para lograrlo. Por primera vez en la Historia asistiremos a una votación en la que los delitos electorales son considerados como graves y quienes los cometan se irán a la cárcel sin derecho a fianza; contamos también con una Fiscalía Especializada en Delitos Electorales autónoma, cuyo trabajo es procesar las denuncias y castigar a quienes cometan ilícitos de esta índole.
Nuestra responsabilidad como ciudadanos, será la de votar y vigilar el proceso para detectar cualquier irregularidad, recabar evidencias sólidas que nos permitan comprobarla y denunciar ante la FEPADE, que cuenta con delegaciones en toda la República, para que se castigue a los responsables y se repongan los procesos que pudieran estar viciados.
En esta ocasión somos los ciudadanos quienes debemos coadyuvar con las autoridades, para no permitir que los tramposos de siempre, que hoy están moralmente derrotados y desesperados, retrograden el avance de la democracia que tanto trabajo nos ha costado conseguir.
Como dice el refrán: “Cosa mal guardada, de ladrones es robada”.