AMLO tuvo razón: La economía está experimentando una recuperación en forma de ‘V’
A pesar de la muy precaria situación en la que se encontraban las finanzas públicas al inicio del gobierno actual, en menos de un año y medio se logró aplicar una nueva estrategia, que incluso alcanzó hasta para incrementar en 4 veces la infraestructura de salud pública, en preparación para que la capacidad hospitalaria no se saturara a raíz de la pandemia.
En 2020, a pesar de la contingencia sanitaria y de las resistencias mediáticas promovidas por la oposición corrupta, se logró mantener el nivel de recaudación que se tuvo en 2019; así como el presupuesto para financiar las obras de infraestructura impulsadas por el gobierno y para dar mantenimiento a la infraestructura en general, y por fortuna contra todos los pronósticos, el nivel de flujos financieros derivado del envío de remesas provenientes de los migrantes en Estados Unidos, aumentó en un 10%.
Adicionalmente y en una lógica de dinámica económica contundente, el gobierno decidió aplicar un plan de reactivación basado en la recuperación económica, a partir de impulsar directamente el consumo para que fuera este factor el detonador de dicha recuperación, a diferencia de como lo están haciendo en otros países.
La lógica neoliberal indica que los gobiernos proporcionen apoyos a las grandes y medianas empresas para que sean éstas quienes detonen la producción, los empleos y el consumo, en ese orden. El problema con esta estrategia, es que para que el consumo se mueva, primero tiene que moverse la producción y el ingreso por medio del salario de los que producen; el mecanismo es lento y poco eficiente porque una buena parte de los recursos inyectados se quedan en las cajas de las empresas, se producen inventarios que van a tardar en desplazarse y el consumo va a llegar demasiado tarde para que todas las mercancías acumuladas se vendan.
En la estrategia aplicada por el gobierno mexicano se entregan apoyos directamente al consumidor, además de a los pequeños negocios. Los consumidores salen a gastar los apoyos a los comercios; éstos tienen que resurtir las mercancías que venden y de esta forma las empresas producen para reponer los inventarios de los comercios. Es un mecanismo mucho más veloz y eficaz que el anterior para lograr una recuperación económica rápida y con menor sufrimiento de la población en general.
Para que tengamos una idea más clara de lo anterior, podemos revisar a grosso modo las cifras de actividad económica y empleo en México involucradas en el período de la pandemia.
Durante los meses de marzo, abril y mayo del 2020, la actividad económica en México se desplomó en un 22% y se perdieron 12 millones de empleos en total, considerando los sectores formal e informal de la economía.
Durante los meses de junio, julio y agosto, una vez que el gobierno comenzó a aplicar sus medidas de impulso al consumo, la actividad económica gano 14.2 puntos porcentuales de los 22 que había perdido, lo que significa una recuperación del 65% de la caída sufrida en solo 3 meses.
Por otro lado, en ese mismo período se lograron crear 8.4 millones de empleos de los 12 millones que se habían perdido durante los tres meses más severos de la emergencia sanitaria, también con una recuperación del 70%.
Como podemos ver y como lo anticipó el Presidente de México, la economía está experimentando una recuperación en forma de V, sin que para lograrlo se haya recurrido a la contratación de deuda adicional.
Estas evidencias son suficientes para demostrar que el manejo de la economía y de las finanzas públicas es no solo adecuado, sino hasta virtuoso por parte de las autoridades mexicanas, a diferencia de lo que está sucediendo en otros países.
Como dijo Napoleón Bonaparte: “Para triunfar es necesario, más que nada, tener sentido común”.