Lo que faltaba, la prensa defendiendo al general
El más ridículo hasta ahora, ha sido Ciro Gómez Leyva.
Con lágrimas en los ojos, habló en su programa de ayer, sobre una “regla del periodismo” que tiene que ver con las “coincidencias”. Para este periodista identificado plenamente con las causas conservadoras, hay coincidencias sospechosas entre el arresto de Genaro García Luna hace unos meses y la captura que realiza el gobierno americano el día de ayer, en la persona de Salvador Cienfuegos, exsecretario de la Defensa Nacional.
Ciro concluye de dos actos en que la justicia norteamericana pone a disposición de las autoridades a dos relevantes miembros del neoliberalismo que gobernó en nuestro país hasta hace poco, que existe un deseo del gobierno de Donald Trump, para trabajar en favor del presidente López Obrador.
Victimiza a quienes hoy enfrentan cargos por narcotráfico (sabemos en este momento que existen cinco cargos en contra de Cienfuegos por este tipo de delitos) y fabrica un “contubernio” entre Trump y López Obrador, para llevar a la cárcel a personajes respetables e importantes durante el periodo neoliberal.
En síntesis, para Gómez Leyva, García Luna y Cienfuegos, son dos blancas palomas a las que el gobierno de la Cuarta Transformación intenta manchar, con ayuda de las autoridades norteamericanas.
Ciro pretende colocar en el banquillo de los acusados al actual presidente y de paso dar un empujón al partido demócrata estadounidense, al que le rezan en este momento panistas, calderonistas y priistas. Piensan que Joe Biden favorecerá el intento de “reconquista” del poder, que intenta el neoliberalismo mexicano.
El pequeño Krauze (León) señala por su parte que el arresto de Cienfuegos, puede constituir una mancha a las fuerzas armadas nacionales y un problema grave para la administración del presidente López Obrador.
Raymundo Riva Palacio, veterano “chayotero” reaccionario y Javier Risco, promesa relevante del periodismo “sicario”, hablan también de una falla dentro del gobierno del presidente López Obrador, al no estar enterados con anticipación de la captura que se preparaba en contra de Salvador Cienfuegos. Hablan de un desaire del gobierno norteamericano a López Obrador.
Y así toda la prensa conservadora. Nadie habla de la responsabilidad de Enrique Peña Nieto, al nombrar como Secretario de la Defensa Nacional, a un general que era investigado por la justicias estadounidense, desde tres años antes de que Peña Nieto asumiera el poder.
La investigación que lleva a la captura de Salvador Cienfuegos, no es nueva. Tiene una larga historia, que debió conocer el anterior presidente. Con todo y ello, decidió que este personaje hoy detenido, debía estar al frente del aparato militar en nuestro país.
Si hay un culpable adicional sobre las acciones delictivas de Salvador Cienfuegos, ese es Enrique Peña Nieto. Lo mismo sucede con Genaro García Luna, a quien entregó Felipe Calderón el aparato de Seguridad Pública.
Pero la prensa “sicaria” pretende ocultar el día de hoy esta realidad.
Hablan de que durante los dos primeros años de gobierno de López Obrador, no se inició investigación alguna sobre Cienfuegos, pero nada dicen de Felipe Calderón y de Enrique Peña Nieto, que tuvieron conocimiento obligado de estos hechos, ocurridos desde hace más de diez años.
Porque la investigación que inicia la DEA, se da durante ese periodo, pero los presuntos delitos de Cienfuegos, deben necesariamente ser anteriores.
¿Nada vieron Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto sobre el comportamiento delictivo del general?
¿Van a negar “calderónicamente” haber estado enterados de su conducta?
La prensa “sicaria”, las granjas de bots, los grupos opositores y los partidos políticos hoy en desgracia, intentan de una manera que solo se puede calificar de “antipatriótica”, manchar de cualquier modo a nuestras fuerzas armadas.
Señalan hoy que hay en este momento comandantes de zona, que fueron nombrados por Salvador Cienfuegos y que por lo tanto, son sospechosos también de conductas ilícitas. No presentan prueba alguna sobre lo que afirman en sus notas. Su intención es crear la idea de que el gobierno de la Cuarta Transformación, es igual de corrupto que los anteriores gobiernos neoliberales. Así sea llevándose entre las patas a los integrantes del ejército mexicano.
La forma en que están tratando el tema de Salvador Cienfuegos, es totalmente política. En realidad, a los conservadores no les interesa el futuro o el final de Cienfuegos. Ven en esta captura un peligro para su causa, al quedar evidenciados (más de lo que ya están), como los representantes de un régimen plagado de corrupción. Un régimen descompuesto desde el más alto nivel.
La estrategia que siguen en este momento, es intentar pasar esa factura al gobierno de la Cuarta Transformación y al presidente López Obrador.
Convencer al pueblo de México de que todo lo relativo a los casos de Genaro García Luna y Salvador Cienfuegos, es más bien un caso de venganza política, que un asunto de justicia.
Los dos detenidos en cárceles norteamericanas, son en realidad “perseguidos políticos” por los que hay que sentir compasión.
La realidad es distinta y a “El Tigre” no lo va a engañar la prensa “sicaria” y corrupta.
Hay un nuevo Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas en el país. Se llama Andrés Manuel López Obrador y su política transformadora, nada tiene que ver con los vicios del neoliberalismo. El Ejército, la Marina y Guardia Nacional, obedecen instrucciones diametralmente opuestas a las que ordenaban Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
Las Fuerzas Armadas mexicanas, no masacran, no violan derechos humanos, ni torturan y rematan a los sobrevivientes.
El mando cambio y con ello el trabajo realizado por las áreas de seguridad nacional.
Los delitos que se achacan a García Luna y Cienfuegos, ocurrieron durante los gobiernos neoliberales. Los representantes de esas administraciones corruptas son quienes deben responder por sus acciones.
“El Tigre” no se deja engañar y menos por los medios conservadores, las granjas de “bots” y la clase política reaccionaria.
Sabe que la corrupción, la violencia y el narco-Estado fueron fruto del neoliberalismo.
La Cuarta Transformación es el antídoto que el país necesitaba para terminar con esa plaga.
Genaro García Luna, Salvador Cienfuegos y demás políticos a los que se investiga dentro y fuera del país, enfrentan procesos que tienen relación con sus actividades personales. No es persecución. Son delitos cometidos dentro de un esquema de asociación delictuosa.
Que respondan a título personal por estas acusaciones. Que no se intente desvirtuar a instituciones que se están limpiando actualmente y que en pasado, en muchos de los casos, actuaron al margen de la ley, por instrucciones de los comandantes supremos de las fuerzas armadas.
Esto es, por órdenes directas de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
Ellos marcaron el rumbo violento y letal que descompuso toda actividad en el país.
Malthus Gamba