La semana inicio para quienes integran la corriente conservadora, que desea recuperar espacios en las elecciones intermedias del 2021, con una actividad febril, pero que desafortunadamente para ellos, no alcanzó los resultados esperados.
A Felipe Calderón se le ocurrió la brillante idea de hacer uso de un nuevo personaje, para intentar provocar a la esposa del presidente López Obrador. Una oscura BOA provocando a una mujer que viajaba tranquilamente en avión.
Al final, salieron a relucir fotos de este personaje, acompañado de Calderón y su mujer Margarita Zavala, en distintos eventos.
Un fracaso total el intento por conseguir una respuesta equivocada, por parte de la señora Beatriz Gutiérrez Müller.
Pero las BOAs son expertas en la implementación de nuevos planes para alcanzar sus fines.
¿Recuerdan las caricaturas de “El Correcaminos”, donde el coyote fracasa una y otra vez, intentando en mil formas distintas, dar caza al correcaminos? Pues así opera en este momento la oposición conservadora.
Una encuesta organizada por el periódico El Financiero, fue difundida por buena parte de la prensa y medios de comunicación de filiación neoliberal, intentando crear la idea de que está empatada en este momento, la opinión pública que se muestra a favor o en contra del presidente López Obrador.
La mitad de los mexicanos apoyan al titular del ejecutivo y su proyecto de Cuarta Transformación, mientras que la otra mitad lo descalifica.
Sin embargo, lo que ninguno de estos medios y periodistas señala, es que se trata de una encuesta TELEFÓNICA, que solo consulta al pequeño segmento social que cuenta con línea fija.
Es decir, no es representativa de la opinión general de los mexicanos. Una encuesta domiciliaria, casa por casa, es más confiable si se realiza éticamente.
Pero una encuesta telefónica solo refleja el punto de vista de un reducido sector social.
Que los periodistas “chayoteros” hicieran suyos esos datos, no es de extrañar. A final de cuentas para eso les pagan.
Pero lo que la gente sí debe tomar en cuenta en adelante, es la forma en que otros periodistas, que navegan con la etiqueta de “independientes”, comienzan a mostrar su verdadera inclinación política, en víspera de elecciones. Alvaro Delgado, a quien algunos consideran un crítico independiente, manejó esta encuesta como un documento que refleja la realidad nacional. No proporcionó datos sobre la metodología usada (telefónica), ni tampoco sobre la casa que realizaba la medición (El Financiero). Solo después del reclamo de los usuarios en redes sociales, proporcionó los datos que omitió de inicio.
Otra encuestadora pro-conservadora, Mitofsky, publicó también su encuesta, donde señala que la aprobación social y respaldo al presidente, muestran una marcada tendencia a la baja. Lo ubican con un 46% de aprobación ciudadana.
Lo malo para Mitofsky, es su pasado.
Los ciudadanos aún no olvidan sus amañadas mediciones en la contienda presidencia del 2018, donde dieron en forma permanente, una amplia ventaja al candidato panista Ricardo Anaya, sobre el hoy presidente López Obrador.
Pocos creen en las encuestas de “MIENTOsky”
Los conservadores son muy dados a disparar a toda ave que sienten próxima de manera inmediata, pensando que van a atinarle al pato.
No tienen idea de los tiempos que deben observarse, ni de las posibilidades de éxito que puede tener una carta en determinado momento. Queman sus triunfos al instante y se quedan con las manos vacías.
Las dos encuestas señaladas, no tuvieron la repercusión que esperaban. La gente no es tonta y despreció de inmediato esta información truqueada.
Los conservadores sacaron encuestas a modo, antes de haber iniciado el periodo de precampaña. Ya quemaron su oportunidad de crear escenarios donde el respaldo al presidente fuera bajando de manera gradual y creíble.
En el futuro, sus encuestas pagadas no tendrán oportunidad alguna.
Quisieron comerse el pastel de una sola mordida, hablando de un drástico bajón en la popularidad del presidente, que era imposible de darse en tan poco tiempo.
El inicio de semana no pinta nada bien para las BOAs.
Por si fuera poco, las granjas panistas y calderonistas trabajaron el fin de semana pasado, varias etiquetas en redes sociales donde intentaban descalificar a la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval y a su esposo, el Dr. John Ackerman. Hablaban de propiedades de dudosa procedencia y de un potencial acto de enriquecimiento ilícito. Todo por la vía de la información manipulada que presentó #LordMontajes, Carlos Loret de Mola.
Tampoco les sirvió esta campaña en redes. Y quedaron peor de cómo iniciaron.
La finalidad de atacar al matrimonio Ackerman-Sandoval, tenía como meta empañar la imagen del Dr. Ackerman. Hay que recordar que él es miembro integrante del Consejo de Evaluación a nuevos integrantes al INE.
Ackerman estorba a Felipe Calderón, en su intento para que la fuerza política que él encabeza, “México Libre” consiga registro oficial como partido político.
Nada pudo esa campaña en contra del investigador de la UNAM. Ackerman se queda dentro del Consejo y aparte, anuncia que presentará una demanda en contra de Carlos Loret, tanto en tribunales mexicanos, como en los norteamericanos, por el uso de información que pone en riesgo su integridad física y la de su familia.
Además, en la conferencia mañanera del día de ayer, el presidente López Obrador advirtió a todas las fuerzas políticas, los gobernadores e integrantes del INE, que él personalmente, en su calidad de ciudadano responsable, estará al tanto del desarrollo de las siguientes elecciones y que denunciará ante la autoridad competente, cualquier intento de fraude electoral, así como el indebido registro de nuevos partidos políticos, si no cumplieron con los trámites de rigor.
Felipe Calderón ve cómo se aleja poco a poco la posibilidad de conseguir el anhelado registro de su partido.
Las BOAs no pueden levantarse del suelo. Viven a nivel de tierra desde las pasadas elecciones del 2018.
Sus intentos por recuperar un poco de credibilidad, se estrellan ante la muralla que el pueblo de México construyó, para defenderse de todo lo que suene neoliberalismo.
A diario pierden y pierden batallas. La idea que quieren fijar en la mente de la sociedad mexicana, en el sentido de que “hay dos Méxicos” con igualdad de fuerzas, nadie se la compra.
Ellos son un reducido grupo de BOAs, que mienten a diario, pensando que así lograran crecer ante los ojos del futuro votante.
No entienden que el país cambio y que la mayoría del pueblo verdadero (no el de las encuestas telefónicas, o pagadas), está a favor de la transformación en el país y otorgando su absoluto respaldo al presidente López Obrador.
Las BOAs no pasarán del suelo. Están solas y sin posibilidad alguna.
Malthus Gamba