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Lilly Téllez al PAN; Gaby Cuevas y Germán Martínez preparan el ‘salto’
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Lilly Téllez al PAN; Gaby Cuevas y Germán Martínez preparan el ‘salto’

Hoy se hace visible un episodio que involucra a panistas destacados, que tuvieron que emigrar hace poco más de un año a la nueva plataforma política de Morena, al entender que Acción Nacional comenzaba a vivir tiempos difíciles.
Para muchos ciudadanos interesados en la política nacional, era evidente que la integración de Lilly Téllez al bloque parlamentario panista, era inminente.

La senadora ya se había declarado independiente desde hace algún tiempo, olvidando que el puesto de representación que hoy ocupa, lo obtuvo gracias a la imagen del presidente López Obrador y a la plataforma de la Cuarta Transformación. En este caso en particular, especialmente por quienes habitan en el estado de Sonora.

Aunque Lilly Téllez dice que no se afiliará a su nuevo partido, sí apoyará en todo, a la pobre agenda reaccionaria que mantiene en estado terminal, a una fuerza política que corre un peligro real de desaparecer en las siguientes elecciones del 2021.

Sin embargo, no hay que olvidar que esta senadora es simplemente un peón colocado estratégicamente por el sector empresarial, para defender sus intereses y privilegios de clase. Ese sector ya se dio cuenta de que no habrá modo de llegar a acuerdos bajo la mesa, con las autoridades que gobiernan el país. La Cuarta Transformación en verdad trabaja para eliminar privilegios especiales. No se presta a la corrupción y no reconoce la superioridad de grupo social alguno.
Se gobierna para todos. Se reconstruye el país de arriba abajo, dando prioridad a quienes menos tienen. Los favorecidos de ayer, dejaron de serlo hoy.

Por eso trasladan a sus piezas de segundo orden a sitios en donde piensan que se pueden abrir nuevas oportunidades.
Vienen las elecciones del 2021 y la derecha, que sí garantiza la continuidad de los privilegios para unos cuantos, requiere de todo el apoyo posible para ganar espacios políticos en disputa.

Vemos en este momento como se hace un llamado silencioso a todos aquellos que se pusieron camisetas de otras fuerzas políticas, para que regresen a casa. Es claro que personajes que se vieron forzados al viraje político (chapulineo), se aprestan a saltar de nuevo en apoyo a la plataforma política panista, en donde se encuentra su verdadera lealtad.
Gabriela Cuevas y Germán Martínez, preparan el camino para justificar una traición al partido que les abrió sus puertas, en el momento en que se encontraban en desgracia.

Morena aceptó durante el pasado proceso electoral a estos cuadros probadamente de derecha. Y lo hizo por dos motivos específicos.
La fortaleza de la Cuarta Transformación apoyada en la figura del presidente López Obrador, es enorme. Se pueden dar el lujo de acoger a cualquier político de trayectoria abiertamente conservadora, sin temer que esto les genere problemas mayores a futuro.
La segunda causa tiene que ver con el deseo de pluralidad que se intentó desde un principio, para impulsar un cambio de régimen. Era benéfico para el país que todos los criterios y formas de pensar, estuvieran participando en esa profunda transformación de la vida nacional.

Quizá se podría hablar también de otro factor de orden secundario. Eran tantos los puestos ganados en las urnas y en la administración pública federal, que hacían falta manos con experiencia administrativa para llenar todos los espacios.
Se dio oportunidad total a quienes verdaderamente dijeron identificarse con la nueva causa. Así lo vimos con Germán Martínez, a quien se le dio la tarea de reconstrucción en el Seguro Social. Las legisladoras Lilly Téllez y Gabriela Cuevas, tuvieron plena libertad para presentar iniciativas propias, de acuerdo a la plataforma política que dijeron defenderían en el futuro.
Lo mismo pasó con el anterior secretario de Hacienda, Carlos Urzúa. Se le dieron las facilidades necesarias para implementar un nuevo proyecto de política hacendaria, alejado de las fórmulas neoliberales del pasado.
Todos estos personajes ocuparon puestos de representación, o de responsabilidad administrativa, conociendo que la intención era romper con las políticas neoliberales y construir un nuevo régimen, basado en la igualdad de oportunidades para todos los mexicanos, así como en el combate permanente a la impunidad y la corrupción. No fueron engañados.

Urzúa es el primero en abandonar el barco, al no aceptar que las fórmulas neoliberales estaban muertas.
Desde hace un buen tiempo, Lilly Téllez había rechazado respaldar la política transformadora de su bancada. Para ella, los valores de la derecha, inclinados a la observancia de “las buenas costumbres” y mecanismos de control social, eran los únicos correctos. Una agenda progresista, le parecía inaceptable.

A pocos meses de que inicien formalmente las campañas electorales rumbo a las elecciones del 2021, los viejos cuadro incrustados en proyectos que en realidad no son de su agrado, comienzan a moverse hacia los pobres espacios con que cuenta actualmente el grupo conservador en el país.

El PAN, hace señales inequívocas y los chapulines políticos se aprestan a dar un nuevo salto.
Es por eso que escuchamos a Gabriela Cuevas descalificar a diario la política de salud del Dr. Gatell. Repite los mismos argumentos de la derecha, en forma permanente: “hacen falta más pruebas” “la estrategia de salud del gobierno está fallando”.
Germán Martínez inicia hoy la misma ruta de escape. Habla de que el Dr. Gatell “está sentado sobre los muertos”.
El presidente López obrador, en la conferencia matutina del día de hoy, desbarató este panorama de tragedia, inventado por los conservadores. Estamos en el lugar 18 a nivel mundial, en lo que corresponde al número de muertos por cada millón de habitantes. Ni remotamente vamos mal.
Pero los chapulines o traidores al partido que los cobijó cuando más lo necesitaban, necesitan pretextos para justificar su nuevo salto.
Se van de regreso al PAN, no por ser falsos y mentirosos en su actuar personal. Se van, porque “el fracaso en salud” los obliga a ello.
Recordemos que “la verdadera ideología de los conservadores, es la mentira” y hoy, estos cartuchos quemados que dan el salto hacia atrás, así lo demuestran.

Pero la Cuarta Transformación pierde poco o nada con su partida.
Como dijimos la fortaleza del proyecto de cambio es enorme.
López Obrador se va a preocupar bastante, cuando el pueblo de México le retire el respaldo que le ha brindado desde hace muchos años. Antes no.
La salida de dos o tres actores de segundo orden, es algo que se sabía posible y que por tanto, no inquieta hoy en lo más mínimo.
La Cuarta Transformación va, a pesar de traiciones y guerra sucia.

Malthus Gamba

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