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Entre patriotas y traidores
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Entre patriotas y traidores

El mundo está viviendo tiempos difíciles. Crisis de salud, acompañada de una preocupante caída económica, derivada de la enfermedad y de la falta de acuerdo entre los países productores de petróleo, para fijar cuotas de extracción que beneficien a todos.

México sufre las consecuencias de estas dos circunstancias mundiales, intentando sortear el momento de la forma menos severa posible. A favor del país, está el hecho de que mucho antes de que se dieran los problemas referidos, habíamos transitado del corrupto modelo neoliberal, a una propuesta nacionalista novedosa, encabezada por el hoy presidente de la república.

Las naciones que más están sufriendo en este momento los efectos de la pandemia de Covid-19 y de la crisis económica que la acompaña, son aquellas que aún se mueven en terrenos neoliberales.

Como bien lo ha dicho López Obrador en infinidad de ocasiones, el problema más grave en estos países, es la corrupción. El dinero destinado a educación, salud y desarrollo social, sencillamente no llega a los ciudadanos. Se queda en el camino y pasa a ser botín del reducido grupo de privilegiados que gobiernan.

En México tuvimos tiempo para cimentar el cambio de rumbo, que impulsamos en las urnas.
A la llegada de la epidemia de coronavirus y al presentarse la baja en el precio de barril de petróleo, nuestro país corría ya por senderos distintos a los neoliberales. La atención del gobierno de la Cuarta Transformación, se enfocaba decididamente a los programas de bienestar social.

La epidemia y el bajo precio del petróleo no nos tomaron desprevenidos. Buena parte de la corrupción dentro de las dependencias del Estado, ha sido desterrada. La oportunidad para que los beneficios sociales lleguen a los grupos vulnerables de la sociedad, es hoy muy alta. El dinero dejó de perderse en el camino.

Con todo, los grupos de la derecha mexicana, reducidos a retazos partidistas y a círculos empresariales de segundo orden, no han dejado de señalar que nuestro país está en manos de uno de los peores presidentes de los últimos tiempos.
Aunque el número de muertos a consecuencia de la epidemia es bajo y no se ha dejado de atender a todo contagiado, el conservadurismo mantiene una campaña permanente de desprestigio, en contra del gobierno de López Obrador.

Igual sucede en el plano económico. La prensa conservadora se dedica diariamente a publicar noticias amarillistas, sobre una inminente catástrofe nacional. Vienen tiempos malos, en los que millones de mexicanos perderán sus empleos y morirán de hambre. La insensibilidad del gobierno de la Cuarta Transformación, provocará un deterioro social nunca antes visto.
Estos tiempos de penuria están a la vuelta de la esquina, dicen y se hace necesario trabajar por el relevo presidencial, o por obligar al actual mandatario a regresar al modelo neoliberal, como única ruta de salvación posible.

¿Quiénes dan estas recetas para regresar al pasado corrupto del que apenas vamos saliendo?

¿Quiénes piden la cabeza del presidente López Obrador y el final de la Cuarta Transformación?

No son los grandes empresarios del país. Ayer por la tarde, tuvo lugar una video conferencia entre varios empresarios mexicanos y el presidente López Obrador. Gente como Carlos Slim, Germán Larrea y Alberto Bailléres participaron en el encuentro.
López Obrador platicó el día de hoy en la conferencia mañanera, que en esa reunión, los hombres más ricos del país no pidieron trato especial alguno. Al contrario. Ofrecieron su apoyo al presidente y se manifestaron de acuerdo con las políticas económicas que impulsa el gobierno.

Quienes piden un trato preferencial al presidente, son empresarios de medio pelo, como los que se agrupan en la COPARMEX, a la que manejan Gustavo de Hoyos Walther y Claudio X González Guajardo. Estos empresarios y otros más del mismo corte, son los que presionan al gobierno para que se les disminuyan, difieran o condones sus obligaciones fiscales.
Junto a ellos, está lo que queda de una partidocracia en agonía, que mantiene la esperanza de recuperar terreno en las elecciones intermedias del 2021.

Estos partidos políticos de la derecha, se han negado rotundamente a renunciar a la mitad de sus prerrogativas políticas, para que el sector salud cuente con los recursos suficientes, en la atención de la actual crisis epidemiológica.
No desean perder un solo peso de lo que les fue asignado al inicio de año.
Por último, está la prensa conservadora, que tiene intereses económicos en el asunto. Ya no reciben dinero por parte del Estado. Los periodistas que cosecharon el “chayote” durante décadas, ven disminuidas sus entradas económicas, vía corrupción. Es natural que estén en campaña permanente en contra del gobierno.
Estos tres elementos, que en realidad solo miran por sus intereses particulares, son los que trabajan a diario en contra del interés público.

Es mentira que la actual estrategia de salud esté equivocada. Es mentira que se escondan datos y se altere información sobre el desarrollo del coronavirus.

La guerra sucia pagada con dinero de los empresarios inconformes, apoyada por los políticos identificados con la corrupción y difundida por los medios de comunicación siempre serviles a quien mejor pague, intenta fijar esa falsa idea en nuestra sociedad.
Tampoco es verdad que nuestro país transite en este momento hacia una crisis económica inevitable. Los empresarios más importantes en el país no lo ven así y están de acuerdo con las políticas del gobierno. Las inversiones extranjeras directas se mantienen, porque hay confianza en el país. Es un buen lugar para hacer negocios.

Vemos entonces que existen dos evidentes posiciones políticas en México. Por una parte, está la Cuarta Transformación y su proyecto de bienestar social que está funcionando y creando bases sólidas de prosperidad.
Por otro lado, está el modelo neoliberal que pretenden revivir, en base a guerra sucia e intentos desestabilizadores. Un modelo neoliberal que ha demostrado ser nocivo en cualquier nación.
Hay un amplio sector social que está mostrando patriotismo y solidaridad en estos momentos difíciles y otro sector pequeño y muy belicoso, al que únicamente le importa sostener sus privilegios de clase.
El México vanguardista, se maneja con la verdad. El otro, el México de fracaso que intentan recuperar las fuerzas reaccionarias, usa la mentira y el engaño para crear miedo, incertidumbre y desestabilización.
En tiempos de crisis, es obvio que solo con la Cuarta Transformación podemos salir bien librados del problema que vive el mundo y que por lo mismo, afecta a nuestro país.

Lo otro, lo que proponen los conservadores, es la opción que nos regresa a la suciedad neoliberal de la que apenas vamos saliendo.
No hay que pensarlo mucho.
Solo existe una opción sana y patriótica para México. Lo otro, es propio de traidores al país.

Malthus Gamba

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