La doble moral de los conservadores
Para quienes profesan la fe católica, el miércoles de ceniza marca el inicio de la cuaresma. Tiempo de reflexión sobre los valores morales que deben regir la vida del hombre. Un tiempo para recordar que nacimos de la nada, del polvo, y que a final de cuentas regresaremos al polvo, que nos dio origen. El cuerpo frágil retorna a la miseria material y solo el cuidado del alma, salva y procura el bienestar eterno.
Hoy da inicio la Cuaresma con el miércoles de ceniza.
Para quienes no profesan esta fe, existen valores éticos que tienen un significado especial. El respeto a la vida, a la libertad, a la verdad y al derecho ajeno, son algunos de los preceptos que guían la vida de muchos ciudadanos. La ética es entonces la luz que señala el camino correcto.
Cuando vemos a un conservador bien vestido, ocupando puestos de responsabilidad en la vida pública y participando dentro de una plataforma política que dice ser defensora de la familia, las tradiciones y las buenas costumbres, cuesta trabajo darse cuenta de que en realidad, observamos a un personaje que en sus actos, demuestra no ser ni remotamente moral y mucho menos ético.
Los conservadores son dados a mostrar su falsa fe, públicamente. Procuran rodearse de figuras del alto clero, para dar testimonio de una creencia que en la práctica traicionan.
Del mismo modo, pretenden ser reconocidos como funcionarios de absoluta probidad. En su discurso aparecen como conceptos abstractos, las palabras democracia, justicia, legalidad y otras, que definen la rectitud y compromiso en todas sus actividades.
Por muchos años, los mexicanos avalamos ese engaño impuesto por los medios de comunicación y llegamos a admirar y otorgar todo nuestro respeto, a quienes formaron parte de los grupos de poder conservadores. Principalmente a los políticos formados en los partidos Acción Nacional y Revolucionario Institucional.
Hoy que es miércoles de ceniza, podemos ver, en redes sociales, en las páginas de los diarios de tenencia conservadora y en los medios electrónicos de comunicación, que no existe arrepentimiento, ni reflexión en quienes hundieron a nuestro país en la pobreza y la violencia desatada.
Existen las pruebas necesarias para acusar a los políticos panistas y priistas, del fracaso del modelo neoliberal y de las consecuencias criminales que hereda México, después de la salida de estos corruptos del gobierno.
La capacidad para entender que por muy grandes que sean sus ambiciones, se reducen al mezquino interés de posesiones que tienen un valor temporal y que en nada ayudan a sus almas, les está negado.
En redes sociales vemos los mensajes de Felipe Calderón y de otros integrantes de la clase reaccionaria, intentando recuperar un poder político que perdieron hace poco por falta de capacidad administrativa, pero sobre todo por la manera indigna utilizada para conducir al país. La única guía que siguieron fue la señalada por la corrupción.
La forma en que en este día, que debiera ser especial para todo católico, se conducen en su vida pública, es contraria a lo que señala la fe que dicen seguir.
Felipe Calderón miente una vez más, al señalar que su intento de partido político, es la plataforma que puede garantizar la paz en el país.
¿Dónde queda el examen de conciencia en este personaje repudiado por la mayor parte de la sociedad mexicana? Hay una falta total de valores morales y éticos en quien pretende convencer a los mexicanos, de que la misma persona que hundió en la violencia al país, hoy la puede salvar de ese mal.
Los periodistas conservadores difunden en sus columnas y en los medios electrónicos que controlan, calumnias y mentiras en contra del gobierno de la Cuarta Transformación. La intención no es defender puntos de vista válidos. Lo que realmente se pretende, es descarrilar un proyecto contrario a los intereses de un pequeño sector social, acostumbrado a enriquecerse con dinero público.
Sin embargo, los políticos conservadores aparentan en todo momento ser defensores de los valores morales y éticos, aunque los hechos diarios los desmientan.
Han aprovechado el problema del feminicidio que ellos mismos crearon, para atacar al actual gobierno, señalando que no hay una pronta solución para este tipo de violencia. Como si lo que ellos destrozaron en décadas, se pudiera reconstruir en el corto plazo.
Hoy intentan manipular un paro nacional de mujeres legítimo, porque piensan que esa protesta contra la violencia, la pueden canalizar en contra del presidente del país y de la Transformación que estamos viviendo.
Los periodistas conservadores mienten. Los políticos conservadores engañan y pretenden manipular a la sociedad. Los grupos reaccionarios idean estrategias que puedan llevarlos a la recuperación del poder.
Todos ellos, son en realidad adoradores del Becerro de Oro. Su interés será siempre material y la riqueza adquirida de la forma que sea, su meta.
Para quienes no profesan fe alguna, resulta evidente también que la clase conservadora carece de verdaderos valores éticos.
Y aquí viene a mi memoria un párrafo que se encuentra al final de la novela de Alejo Carpentier, titulada “El Reino de Este Mundo”. Carpentier fue un escritor cubano, perteneciente a la corriente denominada de “lo real maravilloso”. Carpentier no profesa algún tipo de religión. Pero como hombre, maneja valores éticos inmejorables. El párrafo es el siguiente:
“En el Reino de los Cielos no hay grandeza que conquistar, puesto que allá todo es jerarquía establecida, incógnita despejada, existir sin término, imposibilidad de sacrificio, reposo y deleite. Por ello, agobiado de penas y de Tareas, hermoso dentro de su miseria, capaz de amar en medio de las plagas, el hombre sólo puede hallar su grandeza, su máxima medida en el Reino de este Mundo”.
Los valores éticos se demuestran en la práctica diaria. En la conducta que mejora al individuo y procura el bienestar de los demás.
¿Esos valores éticos y morales se pueden encontrar en Felipe Calderón y lo que quiere ser su nuevo partido político?
¿Se encuentran en los grupos reaccionarios que pretenden hacernos creer que su regreso traerá paz y tranquilidad al país.
La fe reaccionaria es mentirosa como es todo lo que anida en ellos. Son manzanas podridas por dentro.
Su ética tampoco es real. Es discurso público y nada más.
No olvidemos esto, cuando llegan a nosotros con una limpieza externa, que sirve solo para ocultar lo sucio que hay al interior.
Eso es lo importante en este momento. México cambia para bien y hay algo que no podemos permitirnos.
Olvidar.
Malthus Gamba