Hablemos de Ximena.
Ximena García, la Primer Oficial de Interjet suspendida mientras se le practican una serie de evaluaciones con el fin de determinar si es apta para permanecer en su empleo.
Presumiblemente, Ximena es una joven preparada con acceso a información. También podemos suponer que Ximena, hoy por hoy, en el fondo estaba consciente de que sus desafortunados dichos, podrían causarle muchos problemas, no solamente con quienes apoyamos las 4T.
Un piloto no puede bromear sobre bombas y terrorismo. Punto. Es así de sencillo.
Para algunos parece una exageración; otros la intentan defender con el pretexto de que sus expresiones fueron hechas en sus redes sociales. ¿Esos defensores de la apología de violencia en redes inscribirían a sus hijos en un colegio donde laborara un profesor que bromeara sobre pedofilia en sus redes sociales? O bien, ¿Se atenderían con un médico que bromeara sobre envenenar pacientes en su muro de FB? No lo creo.
Dado que Ximena García está en proceso de ser evaluada y al parecer la aerolínea tomó el tema con la seriedad que merece, me gustaría hablar del contexto que rodea a Ximena y a tantas “Ximenas” que hoy se han hecho presentes en México.
En un principio, mi reacción a la publicación de esta Ximena en particular, me provocó indignación y algo de confusión. Yo estuve en el Zócalo. Pensando en mí y que una joven que yo ni conozco y a quien posiblemente le entregué mi seguridad en alguna ocasión al volar por Interjet me deseaba muerta de una manera tan violenta, sí me causó bastante malestar.
Posteriormente, al pensar en todas las personas que acudieron al Zócalo para festejar el primer Grito de Independencia de AMLO, mi malestar creció. ¿De verdad existen personas que desean una muerte tan violenta a los niños, personas de la tercera edad, jóvenes, hombres y mujeres que asistimos con gusto y alegría a acompañar a nuestro Presidente? ¿Hay quien nos quiere ver muertos por haber votado libremente por la opción que más nos convenció? Pero, ¿y los niños? Ellos no votaron. ¿Los trabajadores de la CDMX que cumplían con su guardia y los vendedores ambulantes, también merecen morir?
Una cosa lleva a la otra y ese vaivén me hizo llegar al punto de compadecer un poco a Ximena. No la compadezco por las consecuencias que pudieran derivarse de sus actos irresponsables, que incluyen poner por escrito el deseo de un bombazo en una plaza pública donde, además, a unos metros de distancia departían embajadores de varios países. Creo que ella ya es adulta y como tal, debe asumir las consecuencias.
Ximena, además de piloto, es una de tantas personas que ha sido expuesta a los embates de una campaña constante para debilitar al nuevo gobierno, el famoso golpe blando que no ha cesado desde el triunfo avasallador de Andrés Manuel en las urnas.
Ximena ha sido el objetivo de un golpeteo constante en medios conservadores y redes sociales de un grupo golpista que diariamente nos expone a noticias falsas y sensacionalistas. Ella posiblemente cree que nos vamos a convertir en Venezuela, que AMLO y su familia consumen longaniza de $16 mil pesos, que a los jóvenes que están construyendo el futuro se les paga por no hacer nada, que se cerraron los refugios para mujeres violentadas, que nuestros médicos van a ser sustituidos por médicos Cubanos y que todos moriremos de hambre si no se construye el NAIM en Texcoco.
Ximena es síntoma de que los golpistas han logrado permear en la consciencia de algunos. En lo personal, quiero pensar que Ximena García en realidad no desea una masacre de 110,000 personas en el Zócalo. Le doy el beneficio de la duda y trato de entenderla porque creo que es importante comprender que muchas personas no tienen la capacidad de análisis para desmenuzar todas y cada una de las noticias falsas que conductores de noticieros, expresidentes, senadores, “influencers” en redes y hasta mal-llamados intelectuales nos recetan a diario. Todos los días por televisión abierta, Facebook, Twitter y hasta por Whatsapp, donde logran colar audios y notas hasta en los chats de las tías.
Es importante entender a Ximena y actuar en consecuencia. Nuestra labor de informar a quienes nos rodean debe redoblarse, pues es un hecho que hay personas que sí quisieran ver a quienes apoyamos a AMLO masacrados. Un grupo aún poderoso conformado por ex presidentes temerosos de ser llamados a cuentas, empresarios que ya no gozan de condonaciones o perdieron negocios jugosos, comentócratas que extrañan el chayote, sus jefes que están resentidos por la reducción de publicidad oficial, y otros damnificados por la revolución pacífica en las urnas que golpean al gobierno con la esperanza de infundir tanto miedo e indignación en la población que una “Ximena” o un “Ximeno” pase de los dichos en redes, a los hechos.
Twitter : @patinegrete