Tres golpes de autoridad en las conferencias de Claudia Sheinbaum

Por: Manuel Galeazzi Ramírez

En las conferencias de la presidenta Claudia Sheinbaum se ha notado su estilo firme, sin opinar de más de lo que no está enterada, con discurso cercano a las mujeres y demandas sociales.

Las tres primeras conferencias del pueblo de la presidenta Claudia Sheinbaum arrancaron con momentos importantes: temas polémicos de la agenda nacional, importantes anuncios gubernamentales y estructurar un nuevo esquema semanal de los encuentros con la prensa.

Por si faltaran más simbolismos, a la ya importante llegada de la primera mandataria en la historia de México, la doctora arrancó este ejercicio un 2 de octubre, donde firmó una declaratoria para pedir perdón a todas las víctimas de la matanza de Tlatelolco a nombre del Estado Mexicano y comprometerse a nunca dar la orden de reprimir o permitir semejante “crimen de lesa humanidad”.

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“¡Casa llena!”, fueron sus primeras palabras sorprendida al entrar al Salón Guillermo Prieto, pues el evento generó una amplia expectativa tanto de medios nacionales e internacionales. Luego de recordar los terribles hechos de 1968, firmar la declaratoria de perdón y responder 5 preguntas, culminó en menos de dos horas el miércoles de ‘Humanismo Mexicano y Memoria Histórica’.

Para el segundo día, en jueves de ‘Las Mujeres en la Historia’, la presidenta detalló el arranque de la pensión universal para personas Adultas Mayores de 60-65 años, a quienes se les entregarán 3 mil pesos cada dos meses a partir de enero de 2025, y firmó iniciativas para reformar seis artículos de la Constitución y siete ordenamientos, con la finalidad de garantizar los derechos de las mujeres, brindarles igualdad sustantiva, erradicar brecha salarial y asistirlas contra la violencia.

“Como primera presidenta de México, nuestra obligación es proteger a las mujeres”, dijo a modo de introducción de tan importantes anuncios en su segunda mañanera.

Como todo gobierno, no todo es terso, por lo que tuvo que posicionarse sobre la muerte de seis migrantes a manos de soldados mexicanos en Chiapas. No dudó en condenar, lamentar, exigir justicia y esclarecimiento de los hechos. “No puede repetirse una situación así”, aseveró.

Involuntariamente, en el viernes de ‘Suave Patria’, la titular del Ejecutivo aclaró que el expresidente López Obrador ya está en Palenque, y la presidenta se llama Claudia Sheinbaum Pardo, para que dejen de lado pensamientos machistas sobre las mujeres sin capacidad y que dependen de un hombre atrás. Es decir, la Patria tiene una dirigente que toma decisiones en función de sí misma.

El tema más polémico a tratar para Claudia Sheinbaum también llegó en fin de semana. Fue la admisión en la SCJN para validar la reforma al Poder Judicial, ya aprobada en la mayoría de congresos locales y en vigor. Aunque la doctora ya había tratado otros temas polémicos con mesura, como su idea de progresivamente hacer realidad la jornada laboral de 40 horas, este caso merecía mayor tiempo porque lleva varios meses en la agenda pública.

Por ello, sin titubeos, la científica de izquierda afirmó que en ninguna parte la Carta Magna afirma que la SCJN puede cambiarla, además de dar una magistral explicación sobre la potestad del Congreso de la Unión para hacer ese tipo de modificaciones, invocando a los artículos 39 y 135. Aunque Sheinbaum aclaró que no buscaría iniciar ningún tipo de juicio político o mecanismo contra los ministros que aprobaron la revisión de la reforma judicial, calificó que las acciones de los togados buscan preservar privilegios, tanto suyos como los de quienes “ellos defienden”. “Y yo más bien digo que es un golpe aguado, no un golpe de Estado, porque, la verdad, pues ¿qué sustento tiene?”, cuestionó la titular del Ejecutivo en una de los posicionamientos más contundentes, pero apegado a la investidura, sustentado en información y argumentos sólidos, mostrando sus dotes para exponer cual docente que ha sido durante muchos años.

En solo tres días, la presidenta Sheinbaum ha dado golpes de autoridad en cuanto a demandas históricas, para hacer sentir que ahora hay una mujer capaz comandando las riendas del país, dispuesta a subsanar lo que durante siglos se ha ignorado en materia de equidad de género, igualdad y para valorar la labor de las féminas en todos los ámbitos, como lo es en las labores del hogar.

Aunque podría ser prematuro delinear el estilo de gobernar de la presidenta, se comienza a gestar el sello presidencial. Firme, sin opinar de más de lo que no está enterada, con discurso cercano a las mujeres y demandas sociales, además de priorizar la materialización de acciones gubernamentales antes que la polémica y las provocaciones.

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