“Es una tontería pretender enfrentar al gobierno a periodicazos”
“Cuando un gobierno es electo democráticamente, hay que respetarlo”
Carlos Slim fue entrevistado por el saliente presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Carlos Salazar Lomelí y habló en esa charla del error que están cometiendo las cúpulas empresariales en este momento.
Sus declaraciones son contrarías a la posición del grupo empresarial que es visto por la sociedad mexicana, como el de los viejos “Traficantes de Influencias”, quienes ejercieron en el pasado un poder enorme, a la sombra de los gobiernos priistas y panistas neoliberales.
Slim fue más a fondo y calificó a ese enfrentamiento como “una tontería”. Señaló que a partir de los años 80 del siglo pasado, se dio un fenómeno de deterioro en el país, que afecta hasta la fecha a la totalidad de los mexicanos.
Dijo que no debió permitirse la pérdida del poder adquisitivo del salario, que registró un deterioro del 65% durante ese periodo.
La bonanza petrolera fue dilapidada y nunca se pensó invertir parte de las ganancias, en el fortalecimiento de PEMEX. La empresa casi se arruinó por la falta de responsabilidad política.
Al hablar con claridad en la entrevista, Slim señala que resulta ridículo y nada beneficioso para alguna de las partes, el que las cúpulas empresariales estén enfrentadas al gobierno por “caprichos”, o por diferencias ideológicas.
“Todos estamos en el mismo equipo”, concluyó.
Esas declaraciones, son contrarias a la postura empresarial del grupo comandado por Claudio X González, donde está incluido de forma no tan disimulada, José Antonio Fernández Carvajal (El Diablo), presidente y director general de FEMSA.
Los señalamientos sobre “caprichos” y diferencias ideológicas, de alguna manera van dirigidos a ellos.
A estas alturas del cambio que vive México, puede considerarse un “capricho” la intención de no pagar impuestos, vía una condonación que ya fue suprimida por Ley.
Es otro “capricho” el intentar seguir recibiendo suministro eléctrico, sin pagar el consumo correspondiente. Eso no se va a permitir en adelante.
Las cúpulas empresariales están entendiendo poco a poco este cambio. Pero algunas, como la COPARMEX, que forma parte del Consejo Coordinador Empresarial, se empeñan en revertir una transformación que no tiene vuelta al pasado.
De la mano de Claudio X González y de los partidos políticos neoliberales, hoy en franca desgracia, se empeñan en detener los cambios que impulsa el gobierno del presidente López Obrador, en base a una campaña de guerra sucia, en donde los destartalados comunicadores del pasado, intentan engañar incautos, en base a montajes y noticias falsas.
A ese proceder es al que califica Carlos Slim de “tontería”
No van a frenar los cambios ya iniciados, a “periodicazos”. Tampoco tienen fuerza para erigirse en una oposición sólida, en contra de una transformación que ya es una realidad.
Las modificaciones a la Constitución son irreversibles en el corto y mediano plazo. No hay manera de que las cosas vuelvan a ser lo que antes fueron.
Carlos Slim aconseja el diálogo franco con el gobierno. Abrir canales de interlocución en las Secretarías de los distintos Ramos. Presentar ideas y proyectos viables.
Esa ruta es la que deja beneficios a todos.
En la conferencia mañanera del día de hoy, el presidente López Obrador contó un episodio reciente de su gobierno.
Al llegar la pandemia de Covid-19 a nuestro país, las cúpulas empresariales se acercaron a él, para pedirle que se impulsara una estrategia de rescate, que salvara a la economía nacional.
La propuesta giraba en torno a dos ejes.
Que el gobierno contratara de inmediato deuda pública, para brindar apoyo económico a las empresas.
Y que se declarara una moratoria en el pago de impuestos, para beneficio de los empresarios.
“No lo hacían por egoísmo o por maldad”, señaló el presidente. “Es que así se acostumbraba actuar durante el neoliberalismo”. “Se tenía la convicción de que si se apoyaba arriba, algo de ese beneficio goteaba abajo, donde se ubica la mayor parte de la gente”
“Les dije NO y se molestaron”. “Más tarde, cuando se dieron cuenta de que habíamos tomado el camino correcto, apoyando abajo y protegiendo el consumo, me pidieron disculpas”.
Esa es la diferencia ideológica a la que se refiere Carlos Slim.
Las cosas se piensan y hacen de manera distinta y el gobierno de la Cuarta Transformación, demuestra a diario que la ruta elegida, es la correcta.
Hay otras pruebas de ello.
También en la conferencia mañanera, el presidente López Obrador abordó el tema de los fertilizantes. Para tener seguridad alimentaria, se requiere ser autosuficientes en esta materia. Producir fertilizantes en el país es importe.
Eso va a llevar tiempo, pero ya se está trabajando para alcanzar la meta, más adelante.
Sin embargo, los campesinos pobres del país, están recibiendo fertilizantes en forma gratuita. En Guerrero y Puebla así sucede. Pronto pasará lo mismo en Chiapas, Oaxaca y otros Estados del sur de México.
Es un enfoque diferente el de este gobierno, donde se apoya la producción desde abajo.
Hay oportunidad de negocios para las empresas, pero dejando en claro que no todo es negociable y que la preferencia y la responsabilidad más grande del gobierno, es con quienes menos tienen.
Negocios donde la corrupción queda desterrada. Donde todos cumplen con sus obligaciones fiscales, están abiertos a todos.
Es difícil que Claudio X González y el “Diablo” Fernández atiendan el mensaje de Slim.
Pero es evidente que son día a día, un grupo más reducido. No representan a todo el empresariado nacional. Su lucha en favor de la vieja práctica de la corrupción y la impunidad, no es compartida por buena parte de los empresarios del país.
Y su guerra sucia, en base a montajes y desinformación, ya es calificada como “una tontería”
Y no únicamente por gente afín al proyecto nacional, que impulsa el presidente López Obrador.
Así lo están viendo los empresarios más poderosos en el país.
Lo que dice Slim, pesa bastante dentro del mundo empresarial.
Claudio X González y su coalición en favor de la corrupción, se debilita a la vista de todos, día con día.
Malthus Gamba