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Xóchitl, Güer yu fron?
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Xóchitl, Güer yu fron?

Por: Rafael Redondo
@redondo_rafa

Ayer, comenzó a circular en redes, un vídeo en el que, Xóchitl Gálvez se encuentra con un grupo de chicas extranjeras, y su reacción inmediata es, tratar, mal, de hablarles en inglés. El sonido que se escuchó es un, algo, más o menos, como esto: Güer yu fron?

Nadie está obligado a ser políglota, por supuesto; sin embargo, aún no se desvanecen aquellos reclamos de los adeptos y practicantes de la derecha mexicana, contra López Obrador, relacionando su supuesta incapacidad para ocupar el puesto de jefe de Estado, con su carencia para hablar inglés. Como si una cosa, relacionara a la otra.

La pregunta dirigida a toda esa gente de derecha que, aunque no vive en Las Lomas, se cree, casi, casi, emparentada con alguna monarquía europea, es: Cuando apoyan a un personaje como Xóchitl Gálvez, ¿hablan en serio?

No se nos olvidan personajes como, Denise Dresser quien, con fingidos modales de clase alta, y un tono de voz ñoño que, según ella, y según muchos, les otorga un estatus, casi, casi, de hijos putativos de algún miembro de la línea dinástica Bourbon; aunque, en realidad, lo que se escucha sea un tono de tarado, que nada tiene que ver con algún tipo de refinamiento. Bueno, Dresser, exigía un presidente global, elegante y por supuesto, que mínimamente, hablara inglés. Un presidente como Justin Trudeau. ¿Qué opinará Dresser de la vergonzante escena de Xóchitl, emulando a don “Juay de rito”? Sería bueno preguntarle.

El problema de este desastre que se avecina en la oposición al gobierno actual no es Xóchitl Gálvez, sino, el repudio hacia el presidente por parte de sus detractores acérrimos. Es decir, Xóchitl, es solo el síntoma, no la enfermedad.

A Xóchitl, no le he escuchado o leído, un solo plan concreto de gobierno. Eso sí, la hemos visto mutar de la pobre indígena del huipil, a la mal lograda, señora de la Colonia Del Valle. De la humilde vendedora de gelatinas, a la flamante empresaria. No nos queda claro, cuál es la más sobresaliente, dentro de su código de valores. Respecto a su historia con las gelatinas, en una conferencia dijo, hacer 600 gelatinas diarias, y después, en una entrevista, mientras cocinaba tamales, dijo que, eran 60 gelatinas diarias. ¿Por fin?

Luego, hablando frente a miembros del PRI, se refiere a su padre, orgullosa de él, como un hombre fiel al partido y que, murió siendo un priísta. Después, en entrevista, se refiere a su padre como un alcohólico y golpeador. Un golpeador, ¿hará que los priístas se sientan orgullosos de ese militante? Ya no entendí.

No olvidemos cuando claramente dijo que, no estaba de acuerdo con las pensiones y apoyos sociales, porque, su abuelo, le había enseñado que la gente debe ganarse sus alimentos, con trabajo. Después, dijo que no era cierto, y hasta denunció al presidente por ello. ¿En qué quedamos?

Su discurso no tiene dirección, ni autenticidad y pareciera que, tampoco, tiene verdad. Xóchitl, durante la precampaña y al término de la misma, se ha dedicado a hacer lo que hizo siempre en el Senado: muchos performances y denunciar a media humanidad. Ningún plan de gobierno, ningún diagnóstico o evidencia concreta de los errores que, dice, padece México debido a un gobierno equivocado. Nada. Creo que, la mayoría de los mexicanos, no confiaríamos el país a una “influencer”, pues, parece que, en eso ha consistido su accidentada y errante campaña: una muy mala estrategia de marketing.

Todas sus apariciones y palabrería, enmarcados en su risa nerviosa que, lejos de hacerla parecer simpática, provoca pena ajena. Confieso que, a mí me da ternura porque, en el fondo sabe que, quienes la introdujeron en esta vorágine, no le ayudan porque no la apoyan. Y cuando pretenden apoyarla, están tan quemados políticamente que, terminan haciéndole más daño. La señora no tiene habilidades para hablar en público, no tiene convicciones claras que le permitan articular un discurso sin la ayuda de un guión. Las imágenes que circulan en redes de su cierre de campaña, con una Arena Ciudad de México, casi vacía, resultan devastadoras.

Los “inteleituales”, los opinólogos, periodistas y grupos fácticos, están tan obsesionados con López Obrador que, poco les importa Xóchitl Gálvez. Tan no les importa, que le hicieron creer que los zapatos de candidata eran de su número. En la cosmogonía de esta oposición destruida por ella misma, los panistas peleando unos con otros. Los priístas migrando a otros partidos, o migrados como embajadores. El PRD, ¿todavía vive?

De estos hechos, me surgen muchas preguntas: ¿esta es la candidata de aquellos que, criticaban a López Obrador por unos zapatos empolvados? ¿Es esta, la candidata de quienes decían que, López Obrador estaba loco, que decía tonterías, que no hablaba bien español, que no hablaba inglés? ¿Favorecerán con su voto a esta candidata, los que odian las ”Mañaneras”, sin saber que, muchas, muchísimas de estas Conferencias Matutinas, son cátedras de Teoría Política, Historia y gobernanza? Pero, por supuesto, nunca las han visto. ¿Cómo pretenden enfrentarse a un contrincante que, ni conocen? Y se dicen, “la inteligencia mexicana”.

¿Es esta, la candidata de aquellos que, por tener un posgrado y/ o rentar un departamento en la Colonia Del Valle o en Polanco, que suelen ir a darse baños de realeza cuando cobran la quincena, yendo a cenar a “Au Pied de Cochon”, y ven en López Obrador, a un comunista, resentido y naco? ¿Esta, es la candidata de los intelectuales (a quienes yo ya nombró como, “inteleituales”), opinólogos de los medios de comunicación y periodistas “de calidad” tan, probada, pero que, siguen abandonando, a la fuerza, sus espacios de noticias y editoriales, echándole la culpa, claro, al presidente? Cualquier persona con dos neuronas funcionando correctamente sabe que, salieron de sus noticieros por falta de credibilidad y audiencia. Como Brozo y Azucena Uresti.

¿Esta, es la candidata de los tipos que aparecen en La Hora de Opinar y del periódico Reforma, cuya sapiencia, se tornó en humor involuntario? Ya, en serio, ¿no que eran muy fifís? ¿No que eran tan chic? ¿No que eran muy “nice”? ¿No que eran tan brillantes?

A todos ellos, yo les preguntaría: Is this what you’re looking up to?

A la par de todo este circo del absurdo, Claudia Sheinbaum, ya fue designada candidata oficial para la presidencia por el partido Morena, luego de una precampaña, que la llevó a recorrer todo el país, y que la colocó muy, muy arriba en las encuestas, al tiempo que, Xóchitl, luchaba por emular a La Divaza o a Wendy Guevara para, de esa manera, ganarse la posibilidad de asumir el cargo público más importante del país. Los “inteleituales”, de verdad, ¿no notan las profundas carencias de Xóchitl? ¿Los “inteleituales”, apoyan a una influencer? ¿Neta?

Les aviso. Ustedes, no tienen ningún interés por el país. Ustedes, se regodean en un individualismo enfermizo que, lo único que ha conseguido es que, la oposición, continúe con su rechinar de dientes. Por eso, no construyen candidatos sólidos. Su interés, es tener un presidente como Peña Nieto, un títere. Sin embargo, sus errores se les regresan como un boomerang un día sí, y otro también. Ni con los vanos esfuerzos de personas como Felipe Calderón, quien opina de todo, menos, de García Luna, Xóchitl, sube medio punto en las encuestas. Resultan en vano los intentos de “inteleituales”, opinólogos y periodistas en desgracia, vociferando, ¡Dictadura¡, ¡Dictadura!, producto, claro, de algún sueño de opio. Si tanto Azucena, Brozo y pronto, muy pronto, muchos personajes más que abandonarán, se los aseguro, sus espacios en los medios de comunicación fueran tan brillantes, ya se habrían tomado cinco minutos de introspección, y en un ejercicio de autocrítica y de una pizca de inteligencia, se habrían percatado de que, la censura hacia su forma de llevar su oficio no viene del gobierno, sino, de la gente, de la audiencia, que ya no les cree. Ni una grúa, hace elevar el puntaje, ni la simpatía de Xóchitl y ustedes, están perdiendo su trabajo y peor aún, perdiendo lo único que les da valor en el mercado laboral: su credibilidad. ¿Aún no logran darse cuenta de su error al satanizar, a este gobierno y, sobre todo, a López Obrador?

La oposición, sigue achacándole todos los males de México a López Obrador, dibujando su forma de gobernar con un concepto ya caduco como Comunismo; pero, se les olvidan, por ejemplo, las acciones ominosas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ante el caso Ayotzinapa, y ante montones de casos judiciales en los que, la corrupción, es el pan de cada día al impartir justicia. Se les olvidan, todas aquellas instituciones que, se resisten a avanzar con la Historia, y son precisamente estos resquicios viciados del Estado, los que colocan malos candidatos para la presidencia, los que quieren a Xóchitl. Sin embargo, de estas carencias del Estado, los “inteleituales”, los opinólogos y pésimos periodistas, no hablan, no analizan, no denuncian. Ellos, los que repiten una y otra vez, que, “critican al poder”. ¿Están seguros de hacerlo?

Esto, nos lleva a la conclusión de que, ellos forman parte de esa maquinaria oxidada. Por eso, fingen no escuchar los rechinidos. No. No todo en México, es López Obrador, señores. Ustedes, tampoco quieren un candidato sólido para México, porque su único interés, es vivir de México a sus anchas. Mamar de la vaca, sin darle de comer. Xóchitl es la radiografía de una oposición vergonzosa, ambiciosa, retrógrada. Y pese a ello, engreída. Xóchitl cometió el error, de caer en la trampa. Espero que en algún rincón de su ser lo tenga claro, por bien suyo.

A Xóchitl, yo le preguntaría: Where are you going to?

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