Trump, el camino del mártir
Por: Miguel Alejandro Rivera
@MiguelAleRivera
Textos y Contextos
Donald Trump puede ser menos víctima de lo que parece. Envuelto en un juicio y acusaciones por el soborno a Stormy Daniels, estrella del cine porno con la que tuvo alguna clase de relación y en 2016 compró su silencio, el republicano está aprovechando cada segundo que este hecho que le trae publicidad, propaganda y hasta recursos.
En una semana, luego de que comenzó el proceso, su campaña con miras a regresar a la presidencia en 2024 recaudó al menos cinco millones de dólares de personas que se identifican con sus ideas racistas, clasistas y el ya famoso Make America great again.
En los últimos días, el expresidente ha expresado diversas ideas controversiales en un país que se jacta por ser el ejemplo de la institucionalidad, de la defensa a la democracia y la justicia, así como punta de lanza para el primer mundo. Trump afirma que los demócratas utilizan como arma al sistema judicial y que, básicamente, su país “se está yendo al infierno”.
“Este caso infundado se hizo para interferir en las elecciones de 2024 y debería ser desestimado de inmediato”, aseguró el mandatario, que ha rechazado los 34 cargos de los que se le acusa, y aunque incluso el expresidente en su gestión, Mike Pence, podría declarar sobre la toma del Capitolio en enero de 2021, éste no es el caso más sonado por el cual Trump está rindiendo cuentas a la justicia, algo que también le beneficia.
El sistema de los Estados Unidos ya quiere olvidar ese tema, pues, Trump involucrado o no, el episodio puso en entredicho a sus instituciones, algo de lo más valioso que tienen en el país norteamericano. Por eso, ridiculizar al republicano con un hecho como el soborno a una actriz porno suena más llevadero, aunque esto podría fortalecerlo.
Por definición, el mártir es alguien que sufre o muere por sus creencias políticas y religiosas; se sabe que las personas identificadas socialmente bajo este concepto, suelen ganar simpatías y legitimidad debido a que luchan contra un sistema opresor que tiene razones para acallarlos o neutralizar su mensaje ideológico.
En la historia universal, existen ejemplos claros de este tipo de personajes, sobre todo aquellos políticos que son enviados a prisión por sus ideas opositoras; Nelson Mandela, que luchó contra el apartheid en Sudáfrica, fue encarcelado 27 años para después encumbrarse como uno de los presidentes más revolucionarios de la historia; lo mismo con Fidel Castro, que terminó tras las rejas antes de su icónica guerra de guerrillas, e incluso José Mujica, cuya imagen de presidente anciano y bonachón oculta un pasado rebelde que lo llevó a los calabozos en Uruguay.
Así podríamos retomar nombres llegando hasta ejemplos nacionales como Francisco I. Madero o Francisco Villa, entre muchos otros, que se posicionaron en la historia como héroes debido a su carácter de perseguidos o mártires.
En 2005, el hoy presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, entonces Jefe de Gobierno del Distrito Federal, fue desaforado para seguir un proceso en su contra, debido a que tomó la determinación de abrir una calle para facilitar el acceso a un hospital, lo que, se suponía, violaba propiedad privada.
La insistencia en el desafuero se debió a la gestión del Partido Acción Nacional, que, en conjunto con el entonces presidente del país, Vicente Fox, buscaban impedir la participación del representante de las izquierdas en las elecciones federales de 2006; sin embargo, cuando la Procuraduría General de la República presentó la orden de aprehensión, los diputados locales del PAN, Gabriela Cuevas y Jorge Lara, pagaron una fianza de 2 mil pesos para que el político tabasqueño un fuera a la cárcel, sabedores claro de que lo convertirían en un mártir, posicionando aún más su lucha contra el sistema conservador-neoliberal.
En el caso de Trump, vemos a un “pobre” magnate luchando contra la justicia de su país. Irá cosechando las simpatías de republicanos que no ven en su partido a otro liderazgo claro, y, peor aún, a jóvenes de la generación Z que ya comienzan a votar y el hecho de que un empresario se acueste con actrices porno les suene cool.
Los procesos judiciales encumbran mártires, ídolos, y Trump lo sabe. De no ser arrestado con un caso fuerte, la justicia de los Estados Unidos sólo le está haciendo un favor.