Sin agenda, representación o intervención programada, acude Calderón a cazar ‘selfies’ en Glasgow
Como un favor concedido por quien fuera su secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinoza, que aprovecho su nuevo puesto como secretaria ejecutiva de la ONU para el Cambio Climático para regalar a su ex jefe uno de los codiciados “pases de cortesía”, Felipe Calderón acudió a la Cumbre Climática de Glasgow (COP26) a cazar autógrafos o ‘selfies’ con los hombres más poderosos del planeta para publicarlos en sus redes sociales.
Su presencia en la cumbre sorprendió a muchos asistentes, quienes lo trataron con cortesía derivada de la relevancia que a tomado México en el concierto de las naciones durante los últimos tres años, pues el ex mandatario no tenía motivo alguno para haber recibido la invitación: no daría conferencias, no participaría en debates, no era observador o facilitador en ninguna mesa de diálogo ni se tenía contemplada aportación o ponencia alguna de su parte.
Es más, su nombre no aparece en la lista oficial de más de 25 mil personas, sin embargo, el favor concedido por Espinoza le permitió a Caderón moverse por todas las áreas, importunando a los asistentes con su insistencia a posar “para la foto”.
Y es que la ex secretaria en verdad se esforzó para agradar a su ex jefe, pues utilizó todo el capital político que pudo haber acumulado para conseguir la credencial de franja azul que les fue negada a muchos científicos, representantes de los pueblos indígenas, sobre todo de los países más pobres, y militantes de organizaciones civiles en defensa de la Tierra, que no pudieron cumplir con los requisitos implementados no sólo por la envergadura del encuentro, sino porque se iba a celebrar en mitad de una pandemia y con el riesgo alto de que un brote precipitara la anulación de la cita.
Y es por eso que la presencia de Felipe Calderón en Glasgow sorprendió a los asistentes, pues no figura en la lista oficial, no forma parte de ninguna delegación gubernamental, tampoco funge de “observador” (condición casi reservada en exclusiva a los científicos, los académicos y los expertos) ni, por supuesto, es periodista de algún medio de comunicación.
Y peor: en la agenda de la Cumbre no figura ninguna intervención suya para hablar del clima, ni para aportar alguna idea o solución para atajar lo que muchos llaman la crisis más grave de nuestra era, ni siquiera hará de facilitador o mediador en alguna de las decenas de mesas que habrá para decidir el futuro del planeta.
Y así, como cualquier adolescente que persigue tomarse fotografías con alguna celebridad, para luego presumirlas en las redes sociales, Calderón se tomó imágenes con con el presidente de Estados Unidos (EU), Joe Biden; la canciller alemana, Angela Merkel, o con el ex vicepresidente de EU Al Gore.
Y mientras tanto, los políticos, científicos y ambientalistas, se dedicaron a analizar, negociar y conseguir acuerdos en atención al cambio climático y sus efectos, pues son personas muy ocupadas y no van como turistas, en tanto que otros muchos se lamentan no haber podido asistir porque “alguien” ocupó una de las muy limitadas plazas disponibles para ir a cazar ‘selfies’.