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SE ACABÓ LA RESPETABILIDAD
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SE ACABÓ LA RESPETABILIDAD

De los señalamientos constantes que ha hecho el presidente López Obrador, a los grupos conservadores que se dedicaron por décadas al saqueo de los recursos del país, está en primer termino, el que se refiere a la forma en que la sociedad mexicana, veía y respondía ante el espectáculo de la corrupción.

“Los corruptos, en lugar de ser criticados y condenados públicamente, eran tomados como modelo a seguir. Se decía a los jóvenes que se preparaban para ocupar su sitio dentro de la sociedad: estudia para que seas como fulanito, que es rico y tiene buenas agarraderas”

Esos personajes de la vida política y empresarial del país “Ni siquiera perdían su respetabilidad”

La degradación que vivió México a lo largo de 36 años de neoliberalismo, se dio en todas las esferas de la vida nacional.

Afectó la economía, la política, la democracia, la paz y la seguridad social. Pero sobre todo, degradó nuestra escala de valores. Nos hizo partícipes, por acción u omisión, de conductas que no pueden ser toleradas y aplaudidas por una sociedad que se precie de disfrutar de una salud medianamente aceptable.

Erich Fromm nos habla de la enfermedad que sufre la sociedad capitalista, donde los valores se corrompen y solo las reglas del mercado operan. Trabajar sin tregua, como único objetivo de vida. Competencia donde el fuerte destroza a los débiles. Enajenación metal, producto de información manipulada, el consumo de basura mediática como forma de diversión. Y el uso de drogas, como salida fácil.

Una sociedad fácilmente controlable, en manos de los dueños del poder político y económico.

Nuestro país llegó a un extremo de corrupción tan grave, que se volvió intolerable para quienes ya no podían soportar por más tiempo el severo control ejercido. La pobreza, la muerte violenta y el abuso, alcanzaron límites inadmisibles.

De ahí el triunfo de un proyecto novedoso que se vio como sana posibilidad, al alcance de la mano.

2018 marca el fin del periodo neoliberal y al mismo tiempo, el arranque desde cero, de la dignificación del país y de los mexicanos.

Para el presidente López Obrador, lo más importante en el Proyecto de Cuarta transformación que vive el país, es el cambio de mentalidad de los mexicanos.
Esa recuperación de valores auténticos es, según lo expresa el presidente “Lo más cercano a lo irreversible”. “Lo material puede cambiar para mal (si regresan los conservadores al poder algún día)”. “Pero cuando un pueblo cambia, cambia todo”.

Lo anterior tiene que ver con lo que estamos viendo en la calle y en redes sociales, como consecuencia inmediata a la votación que se dio en la Cámara de Diputados, el domingo pasado.
Fue evidente para (al menos) el 80% de los mexicanos, que la Reforma Eléctrica no pudo ser incorporada a nuestra Constitución, por la traición a la Patria del grupo de diputados conservadores del PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano.

Aquí no se trata de lo que políticos, empresarios y periodistas neoliberales digan o escriban. Para el ciudadano común queda claro que estos legisladores prefirieron brindar su respaldo a empresas extranjeras, en lugar de apoyar el desarrollo del país, en el sector eléctrico.

Si a cambio de su voto en contra de la Reforma, recibieron dinero o algún beneficio indebido, es algo que no se conoce claridad en este momento. Pero las sospechas de que eso fue lo que sucedió, son grandes.

Estos diputados opositores, mantenían la idea de que nada pasaría después de haber votado en contra de la voluntad del pueblo. Quizá algunos días de malestar social, para dejar paso de inmediato al olvido tradicional del ciudadano mexicano.

Y esto, por primera vez, no se está dando así.

Los grupos afines a Morena, así como su militancia, se han impuesto la tarea de hacer pública la lista de todos los diputados que traicionaron la confianza de sus votantes.
Las redes sociales publican permanentemente las imágenes de los legisladores que traicionaron a su país, acompañando al señalamiento de traidores, el de corruptos, por haber cambiado la seguridad nacional en el sector eléctrico, por un puñado de oro.

La respetabilidad de estos diputados sentados en el banquillo de los acusados, no está saliendo lo limpia que se esperaba, después de la votación en la Cámara.

Hay un listado que se difunde desde antier mismo y que implica la invitación a no otorgar en el futuro, un solo voto a estos personajes.

Los grupos conservadores que comienzan a ver hoy el fracaso de su posición política en lo que corresponde a la Reforma Eléctrica, ven también que las posibilidades de triunfo en las muy próximas elecciones del 5 de junio, se alejan a pasos rápidos.

No solo los legisladores están siendo castigados por la sociedad mexicana. Los partidos políticos opositores, enfrentan un panorama negro y no van a salir bien librados en el siguiente proceso electoral.
El cambio de mentalidad en nuestra sociedad, comienza a ser evidente. La corrupción no se acepta, ni se aplaude. Se evidencia y exhibe públicamente.
Quienes en el pasado, vistiendo ropa de calidad y disfrutando de comodidades de toda índole, se permitían cualquier acción ligada a la corrupción, sin resultar agraviados en su respetabilidad, ven con asombro y terror, que las cosas están cambiando.

Lo de traidores a la Patria les molesta mucho. Pero en ese concepto los tiene la sociedad en este momento. Vieron por el interés de Iberdrola y otras empresas. Votaron en contra de la voluntad ciudadana. Se burlaron de la gente que acudió al Congreso a respaldar la Reforma. Declararon que los ciudadanos son ignorantes e idiotas, por respaldar las acciones del gobierno.
Su pretensión de salir de este episodio limpios de toda culpa, se fue a la basura.

Su respetabilidad está en el suelo.

Los valores se colocan nuevamente por encima de las reglas del mercado predador.

La Cuarta Transformación es eso en definitiva. Cambio de mentalidad.

Y quienes se creían dueños del país. Tan dueños que podían destruirlo o saquearlo, se dan cuenta ahora que ese pueblo menospreciado y agraviado, se levanta fuerte y poderoso, para restaurar el orden pervertido por el neoliberalismo.

El presidente López Obrador puede estar tranquilo.

Ese cambio de mentalidad impulsado a diario, está comenzando a dar frutos y es un cambio sano e irreversible.
Los corruptos, serán marcados socialmente y repudiados en público.

Ya no son ejemplo a seguir. Y nadie los está obligando a observar conductas que no pueden ser toleradas por los habitantes de un México que está cambiando.
Señalemos y quitemos la máscara de respetabilidad a quienes traicionen al pueblo.

Se acabó la corrupción y la tolerancia hacia ella.

Malthus Gamba

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