Revocación de Mandato, una parte sustancial de la 4T
Revocación de Mandato, una parte sustancial de la 4T
Escribe: Javier Lozano
“El pueblo pone y el pueblo quita”
En la imagen podemos observar a los principales arquitectos que han acuñado la agenda del presidente de la República. Uno de ellos es Ricardo Monreal; y por un lado el personaje activo de Cristóbal Arias Solís. Dos figuras claves y sustanciales de la cámara de senadores, que han marcado una dirección responsable bajo el contexto que ha destacado el mandatario de servir a la Nación, concentrando la responsabilidad en la sociedad como uno de los compromisos de campaña y, de todos los actores medulares desde el legislativo.
A muchos ha causado una dimensión distinta y, un camino a fin de confeccionar prejuicios sobre las intenciones que tiene López Obrador a posteriori. De entrada sustentamos que la realidad política que ha matizado Andrés Manuel, para nada visualiza un esquema autoritario o dictatorial de una imagen que hasta ahorita: goza una legitimidad impresionante. Es más, se ha convertido en una alternancia que ha rotó con los privilegios que brindaba el poder. En términos políticos, estamos en una efectividad social a la que podemos llamar: democracia.
Las propuestas de campaña de Andrés Manuel, han ido aterrizando en el plan denominado la “Cuarta transformación”, que es un esquema que se apega a las acciones y programas que se estructuran para atender principalmente la demanda social, a través del funcionamiento de los mecanismos e instrumentos de la función publica. En ese itinerario iba implícito la propuesta de Revocación de Mandato, que es un instrumento democrático que evalúa el desempeño generado por el ejecutivo federal.
El avance constituye un derecho político, libre y consiente de aportación a decidir si la figura presidencial, está cumpliendo en términos políticos con los compromisos; para nada representa un mecanismo regresivo o simplista, porque plasma la opción de darle un equilibro democrático a nuestro territorio. Hasta ahora la experiencia que tenemos con AMLO, no hace suponer que exista una suspicacia con la finalidad de perpetuarse en el poder; simple y sencillamente, la participación ciudadana que por anticipado reflexiona el accionar político de los mandatarios, sobre los avances y logros obtenidos en un periodo establecido en el ejercicio ciudadano, decidirá libremente la continuidad de un proyecto sexenal.
Hay que señalar que desde mi óptica, esto no constituye un recurso que insoslayablemente pueda sesgar un proceso, sino, es el reflejo de la imagen que ha alcanzado un porcentaje de legitimidad sustancial. Sin embargo, la evidencia de un contrapeso cuyo patetismo se ha agudizado porque gozan de una exclusión como producto de la podrida ruta presidencial, han tratado de desvirtuar la postura y acciones que encauza el presidente; esa fue la característica principal de viejo régimen y, de un variopinto esquema partidista; estas conductas, fueron evidenciando el clientelismo, el nepotismo y la desconfianza por el descredito de partidos como el PRI, PAN y PRD.
La aprobación de la Revocación de Mandato, constituye un gran avance a la incipiente democracia que está floreciendo con el esquema de AMLO. Sí, es prematura, pero se ha ido consolidando por el giro sustancial que ha posicionado el presidente. Aunque la oposición contraponga estrictamente el bosquejo de la 4T, este avanza provocando la inclusión evidente ante una participación que naturalmente va a fortalecer la democracia.
“El pueblo quita, y el pueblo pone”. Los ciudadanos decidirán el futuro del país, por ende, se materializará el desdén o la aprobación de las mayorías sobre los resultados efectivos. Por mucho se ha evidenciado el avance de una imagen que representa a una sociedad que sufría la desigualdad social a mansalva.
“Por cierto el contrapeso cuasi-izquierdista de los Chuchos, ya está cortejando con la COPARMEX; es una mezcla irracional, pero no me resulta un estupor, porque estas figuras se venden al mejor postor.
Nos vemos pronto