Hoy el Presidente López Obrador retó a sus adversarios para que se reagrupen y voten en la consulta de marzo del año que viene sobre la revocación de mandato, para que como resultado de ella logren retirarlo de la presidencia.
Aunque parezca increíble, el primer mandatario está promoviendo que la derecha salga a votar masivamente en contra de que él continúe gobernando al país. Cualquiera pensaría que esto es un despropósito e incluso, como muchos de los mollera sumida señalan, la manifestación de alguien que no se encuentra en sus cabales.
Y es normal que piensen así porque su visión de la realidad apunta hacia el egocentrismo y la voracidad. Para ellos esas son las actitudes naturales del ser humano, porque no pueden ver más allá de sus narices.
El mandatario los invitó a que hagan otra vez lo que hicieron en las pasadas elecciones del 6 de junio, cuando se juntaron los partidos de oposición con los oligarcas, con los funcionarios parásitos del INE y con los medios chayoteros tradicionales, en un esfuerzo desesperado para intentar arrebatarle a Morena la Cámara de Diputados y con ella, el control del presupuesto federal.
En esa ocasión a pesar de todo su esfuerzo, de las trampas del árbitro electoral para retirar candidaturas de la izquierda y del gasto propagandístico que dilapidaron, fueron arrasados en forma contundente por Morena.
En la consulta ciudadana realizada el 1 de agosto, también fueron aplastados en forma escandalosa con un 97% de preferencia por la opción de enjuiciar a los expresidentes criminales, a pesar de que el mismo INE profundizó su estrategia de sabotaje, al primer proceso de la historia en el que se ejercitó la democracia participativa a nivel nacional dentro del marco constitucional.
Cualquiera pensaría que el Presidente está pecando de exceso de confianza, sin embargo no alcanzan a ver el fondo del asunto.
El propósito de esta invitación a la derecha es la promoción del avance de la democracia participativa en México, que es la democracia plena. Es necesario que la oposición también vote y se haga escuchar a través del ejercicio libre de su derecho en las urnas.
Hasta que todos los mexicanos estemos convencidos de que la participación democrática es la forma natural de dirimir nuestras diferencias, podamos y decidamos hacerlo así, la democracia plena en nuestro país no se habrá consolidado y el objetivo del Presidente es exactamente ese.
Con toda seguridad el proceso democrático para votar por la revocación del mandato del año que viene, será objeto de la mayor difusión que vayamos a ver en mucho tiempo. El INE, los medios basura, los parásitos del sistema y los políticos rateros del pasado y del presente, harán su mejor esfuerzo para intentar juntar una cantidad abultada de votos que les permita concertar su sueño húmedo de quitar al Presidente de su cargo.
Y aunque no lo van a lograr y serán vapuleados por 4ª ocasión por los ciudadanos con memoria y consciencia colectiva, también con toda seguridad ganará la democracia en ese ejercicio y avanzará hacia la consolidación de nuestra madurez como nación.
Como dijo el escritor mexicano Enrique Florescano: “Al acercarnos al otro nos abrimos al conocimiento de la diversidad, uno de los valores fundamentales para el desarrollo de la tolerancia y de la convivencia civilizada”.