Protestas en EU, la antítesis que Palestina necesitaba

Textos y Contextos

Por Miguel Alejandro Rivera
@MiguelAleRivera

Toda tesis tiene su antítesis, una reflexión que nos dejan las bases de la dialéctica. Estados Unidos, el país de “las libertades, el patriotismo, las garantías y la democracia”, ese país que lucha contra “tiranías” en el mundo para buscar “la paz y la justicia” se topó con el clamor juvenil dentro de sus universidades, donde estudiantes, profesores y sociedad civil exigen el alto al fuego en la Franja de Gaza, lo que se ha calificado como un genocidio contra el pueblo palestino.
¿Qué hizo EU, nación cuya autoridad moral da asco ante sus enormes contradicciones? Reprimió a los universitarios. En dos semanas se han ejecutado al menos 2 mil 100 arrestos a través de unas 40 redadas masivas en colegios de todo el país.

Bernie Sanders, el senador independiente con más antigüedad en el Congreso de Estados Unidos y uno de los referentes de la izquierda a nivel nacional, dijo que la protesta en los campus universitarios en contra de la guerra de Israel podría convertirse en el Vietnam de Joe Biden.

“En 1962, organizamos sentadas para poner fin a las políticas racistas en la Universidad de Chicago. En 1963, me arrestaron mientras protestaba contra las escuelas segregadas. Pero teníamos razón. Estoy orgulloso de ver a los estudiantes protestar por la guerra en Gaza. Manténganse pacíficos y concentrados. Están en el lado correcto de la historia”, escribió el senador y excandidato a la presidencia en X.

Por su parte, Mitch Landrieu, copresidente nacional de la campaña de reelección del presidente Biden, dijo el domingo que la comparación que hizo Sanders era una “sobreexageración”.

A los gobiernos de las potencias occidentales les aterra otro 1968, un año marcado por el Mayo Francés, la primavera de Praga e incluso las protestas en México que decantaron también en una reprobable represión que, hoy día, algunos necios creen que era necesaria para frenar el comunismo en nuestro país: no hay peor ciudadano que el que defiende una masacre.

Y por eso ahora, la efervescencia en Estados Unidos alerta a países como Francia y Canadá, miembros del G7 donde ya se presentaron protestas estudiantiles que también exigen el alto al fuego en Palestina: qué ironía, una nación tan querida en el mundo, siendo la víctima más dolorosa en lo que va del siglo XXI.

Y es que hay que entender que, a diferencia de lo que dijo Mike Johnson en su visita a la Universidad de Columbia hace más de una semana, los campamentos y manifestaciones no son antisemitas, es decir, no buscan la violencia en contra de la nación judía.

Las protestas claman por la desinversión de las universidades en cuestión a proyectos que involucren al gobierno de Israel, pues, de forma directa o indirecta, se estaría patrocinando la guerra contra el pueblo palestino con los recursos que los estudiantes pagan para seguir sus carreras… Y sí, desde hace mucho tiempo la guerra dejó de ser contra Hamás, ya han muerto casi 35 mil gazatíes y más de la mitad son mujeres y niños: un bebé no puede ser terrorista.

Ese es el coraje de las juventudes. En Princeton 14 estudiantes remplazaron a una huelga de hambre, muchos otros campamentos se mantienen y el germen del apoyo a Palestina crece a nivel internacional.

Eso es lo bello de una antítesis: surge del mismo sistema al que es contraria y por ello es más posible que lo debilite. Decía Eduardo Galeano: “Tu Dios es judío, tu música es negra, tu carro es japonés, tu pizza es italiana, tu gas es argelino, tu café es brasilero, tu democracia es griega, tus números son árabes, tus letras son latinas. Soy tu vecino ¿Y todavía me llamas extranjero?”. Cualquier guerra que patrocine EU es contra sí mismo.