Odebrecht: Las ratas también se doblan
Odebrecht, la empresa brasileña favorita de los gobernantes más corruptos en todo Latinoamérica, repartió dinero en México a diestra y siniestra desde finales del gobierno de Calderón y durante todo el de Peña Nieto, a fin de conseguir contratos ventajosos que le reportaran ganancias a costa de cualquier cosa, sin que en este país se le tocara ni con el pétalo de una rosa.
Mientras en otros países del subcontinente iban cayendo en la cárcel mandatarios y exmandatarios acusados de corrupción por su colusión con Odebrecht, en México la información relacionada con esta máquina de reparto de sobornos estaba reservada por el “Instituto de la Transparencia” a piedra y lodo.
Sin entrar en más detalles, esta semana nos enteramos que el gobierno federal había terminado con las condiciones leoninas que favorecían a una filial de esta corporación, relacionada con la obligación que tenía PEMEX de suministrarle gas en condiciones ridículas, el cual había sido celebrado por los gobiernos anteriores.
Solo este contrato ocasionó un quebranto al erario mexicano equivalente en 5,112 millones de pesos entre 2016 y 2020.
En las condiciones acordadas con los presidentes y funcionarios corruptos de los sexenios pasados, el contrato establecía que PEMEX debería entregar a Braskem, una filial de Odebrecht, la cantidad de 66 mil barriles diarios de gas etano durante 20 años y que ésta obligación podría extenderse otros 15 años adicionales.
Como PEMEX no está en posibilidad de entregar esa cantidad de gas porque sus propias plantas lo requieren, lo cual sabían muy bien los funcionarios que autorizaron ese contrato, los términos del mismo establecían una penalidad para PEMEX en la que debería pagarle a Braskem un monto equivalente a 200% del valor de los barriles que no pudiera entregarle.
Lo que es peor aún es que el precio establecido para que la empresa pagara el gas era menor que el de su valor en el mercado y para colmo, PEMEX pagaba también el transporte del combustible.
Una vez que el gobierno federal decidió no continuar con el contrato e impugnarlo por la vía judicial, los descarados de Odebrecht aceptaron las condiciones que establecía PEMEX para llevar a cabo este negocio en términos convenientes para la petrolera; es decir, las que deberían haberse negociado y aprobado antes de firmar el contrato original, que nos hubiera ahorrado el quebranto en el que incurrieron todos estos corruptos con su negocito saqueador.
El nuevo contrato establece que PEMEX sólo estará obligado a entregarle a esta empresa 33 mil barriles diarios, que son la mitad de lo que establecía el contrato original y que representa una cantidad que PEMEX puede proveer sin problemas. Solamente está obligado a hacerlo hasta el año 2024; el precio del gas no estará subsidiado, Braskem pagará el transporte y no se le pagará un centavo de penalidad en relación con lo que se le dejó de entregar durante 2019 y 2020.
Con esto el gobierno demostró que hasta con estos corruptos se pueden hacer negocios en condiciones favorables, sin sobornos, que no hay necesidad de humillarse para hacer negocios y que los tratos a los que llegue el gobierno, no tienen por qué significar pérdidas para los mexicanos.
Ahora sólo tenemos que esperar a ver quiénes son los funcionarios mexicanos corruptos, responsables del quebranto ocasionado a PEMEX y como le van a hacer para repararnos el daño a los mexicanos. Este segundo capítulo de la historia lo iremos conociendo en su momento, porque ese momento va a llegar.
Como dice el refrán popular: “No hay peor ladrón, que el de tu misma mansión”.